viernes, 13 de febrero de 2015

CÓRDOBA : LA MEZQUITA

 
 La Mezquita de Córdoba es una edificación increíble repleta de historia y arte, con una superficie de 24.000 m2 se encuentra ubicado en el corazón del casco antiguo de la ciudad y enfrente del puente romano que cruza el río Guadalquivir.

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Se trata de una enorme mezquita árabe a la que se le añadieron modificaciones en tiempos cristianos, especialmente en el siglo XVI cuando se erigió el templo o catedral cristiana en estilo básicamente plateresco.

Tras la ocupación de Córdoba por parte de los árabes durante el siglo VIII, la iglesia visigoda de San Vicente empezó a ser compartida para el uso religioso por los cristianos y los árabes.
Este uso compartido del templo de origen visigodo se mantuvo hasta que durante el reinado de Abderraman I se consideró la conveniencia de construir una mezquita, lo cual supuso la desaparición de la iglesia de San Vicente.

 La Mezquita de Córdoba se construyó entre 786 y 988 en cuatro fases, y fue consagrada como catedral en 1236. Joya del arte hispano-musulmán, la Mezquita, con sus columnas, arcos dobles y mosaicos bizantinos, es el ejemplo principal del patrimonio que el califato Omeya ha dejado en la península Ibérica. Hoy en día, en el centro del catedral, se alza una capilla mayor y crucero gótico-renacentistas del siglo XVI, y por los muros exteriores se encuentran numerosas capillas.



La Gran Mezquita Aljama de Córdoba, fue comenzada en 786 por Abd al-Rahman I, siendo la máxima expresión  del arte islámico en España y la más importante de Occidente. Almanzor dio los últimos toques a la Mezquita Aljama en 988 con una enorme expansión hacia el este. Durante cinco siglos, fue el principal lugar de oración de los gobernantes de Al-Andalus y una muestra de su poder político y económico.
  Probablemente , con anterioridad, se dedicó al culto romano de Juno a principios del primer milenio.



Para construir la mezquita primitiva, Abd al-Rahman I compró el terreno perteneciente a la Basílica cristiana de San Vicente, derrumbando el edificio pero aprovechando muchos materiales como columnas, capiteles fustes y basas. 
Asimismo, es posible que se aprovecharan los cimientos de la antigua iglesia.

En la mezquita primitiva de Abd al-Rahman I construida en 786, la gran sala encolumnada se abre a un patio, al estilo Omeya como los de Damasco o Qayrawan en Túnez.

  Sobre columnas se apoyaron una serie de dobles arcos, uno de herradura y otra de medio punto, logrando subir la altura de los techos a 13m y admitir más luz en el edificio. 
Esta distribución del peso estructural fue una solución nueva a las construidas con anterioridad.

 El arquitecto les dio color con segmentos de mármol blanco intercalados con ladrillo rojo.
 Se reutilizaron muchos materiales traídos de edificios en ruinas, y por lo tanto hay una gran variedad decorativa.

 De hecho, no hay ninguna columna hecha a medida para la mezquita en esta fase.


 El resultado de estos trabajos  fue una mezquita de once naves. 

La nave central más ancha y las exteriores más estrechas que el resto están separadas por un total de 142 columnas de diferente procedencia (romanas y visigóticas).

 Estas columnas soportan arcos de herradura y pilares que recogen por encima arcos estructurales de medio punto, creando una original arquería superpuesta de arcos donde se alternan dovelas de piedra caliza blanca con otras constituidas por tres filas de ladrillos rojos.


Adb al-Rahman II o Abderramán II en momentos de paz y prosperidad hace la primera expansión de la mezquita 64m hacia el sur en 833, añadiéndole siete tramos más a la mezquita originaria construida por su antecesor Abderramán I. 

Las columnas no llevan base, pero se decoran con los primeros capiteles islámicos. Los soportes siguen siendo viejas columnas visigodas reaprovechadas, aunque también aparecen los primeros capiteles árabes de modelo corintio.

En 964 Al-Hakam II lleva a cabo la expansión más rica, ampliándola 47m más al sur y dotándola con un lucenario, un mihrab decorado con mosaicos bizantinos, 3 cúpulas y una maqsura delimitada por arcos entrecruzados y lobulados


Durante el gobierno del califa Alhakén II  en el periodo de 961 al 976, se vuelve a ampliar la mezquita, alargando doce tramos de la sala de oración hacia el sur.

 Sin duda, se trata del espacio más suntuoso de la sala de oración y refleja el gran momento de brillantez cultural del gobierno de este califa.

 La población de Córdoba siguió creciendo durante el siglo X y la mezquita de los emires y califas se quedaba pequeña.

  Por esta causa y también como un alarde para afirmar su poder político, Almanzor, el caudillo primer ministro del califa Hisham II mandó realizar una ampliación ambiciosa entre los años 987 y 990 consistente en otras ocho naves.


  Almanzor casi duplicó el tamaño del edificio con su expansión en 988, ampliándolo hacia el este y volviéndolo a sus proporciones originales.

 Con eso, la mezquita llegó a su presente tamaño: 178m de norte al sur, 125m de este a oeste, y un total de 22.250 metros cuadrados incluyendo el  Patio de los Naranjos. 

 El recinto posee siete puertas : La del Postigo de la Leche, la puerta Deanes, la puerta de San Esteban, las puertas de Al-Hakam II, la puerta de Santa Catalina, la puerta del Perdón, la puerta de las Palmas.

 
 La puerta de Santa Catalina fue abierta en la época de Almanzor y da acceso al Patio de los Naranjos.

El nombre de dicha puerta proviene de la proximidad al convento de dicho nombre que luego pasó a llamarse Convento de Santa Clara.

Dicha puerta es de estilo renacentista-plateresco debido principalmente a su decoración.

 El escudo del obispo Cristóbal de Rojas y Sandoval decora la clave del arco de acceso atribuyéndose su construcción al arquitecto Hernan Ruiz II el joven.


Se trata de una puerta de arco de medio punto flanqueado por dos columnas; las enjutas el arco están decoradas con relieves del antiguo alminar musulmán de Abd - al - Rahman III y la puerta del perdón.
  Cuando Fernando III de Castilla conquistó Córdoba en 1236, la Mezquita fue consagrada como catedral. 

Recordemos que el término "catedral" significa una iglesia donde se encuentra el asiento del obispo, y que no todas las catedrales son enormes iglesias góticas. 

En 1266, bajo los auspicios de Alfonso X el sabio, se construyó una Capilla Mayor gótica ocupando parte de la expansión de Al-Hakam II y utilizando su lucernario, hoy en día llamada la Capilla de Villaviciosa, como altar mayor.

  Carlos I no llegó a ver terminado el proyecto, que duró unos 84 años y 3 generaciones de arquitectos.

 El primero en empezar las obras fue Hernán Ruiz I el Viejo, quien hizo la planta de cruz con brazos iguales y con la capilla mayor rectangular orientada de oeste a este.

 Muerto éste en 1547, su hijo Hernán Ruiz II levantó otro brazo del crucero, con otro estilo más renacentista que el lado opuesto construido por su padre, y siguió edificando el segundo cuerpo de crucero.


 Hernán II  murió en 1583. En 1599 se contrató a Juan de Ochoa para construir la base de la cúpula de la capilla mayor, siendo esta terminada en 1600. Se acabó la capilla mayor con su crucero en 1607 .

 Ciento cincuenta años más tarde, en 1757, se talló y construyó la sillería del coro barroco, creación de Pedro Duque Cornejo quién murió después de entregar el último boceto, con 80 años, siendo este el último ejemplo en España de un coro tallado en madera.

  Desde la conquista castellano-leonesa de la ciudad por Fernando III en el año 1236 es la sede del Obispado de Córdoba, siendo, por tanto, iglesia catedral cristiana de esta diócesis, estando prohibido ejercer cualquier práctica religiosa distinta de la Católica.

 Las partes más importantes del edificio son el antiguo alminar o torre, el patio y la sala de oración.

  El alminar fue levantado por Abderramán III a mediados del siglo X en sustitución de uno anterior que se habría erigido en tiempos del emir Hisham I.

 Esta torre se empleó como campanario cristiano pero debido a su mal estado de conservación recibió sucesivas obras de reparación entre los siglos XVI y XVIII, siendo convertida en la actual torre barroca.

  
 En la actualidad se sabe que constaba de un cuerpo principal rematado en una terraza y por encima otro más estrecho finalizado en cúpula.

 La decoración del alminar era a base de cuatro parejas de arcos de herradura geminados en cada cara y, por encima, arquerías corridas de arquillos también de herradura sobre columnillas.

  Una vez cruzada la puerta de Santa Catalina entramos en el llamado Patio de los Naranjos.

 Hay constancia de la presencia de naranjos desde 1512,aunque dicho patio ha sufrido diferentes remodelaciones hasta llegar a la configuración actual, muy similar a la del barroco aunque variando considerablemente el número de árboles.

El patio original de abluciones de la mezquita de Abderramán I fue ampliado sucesivamente por Abderramán III y Almanzor en el siglo X para adaptarlo al incremento de la superficie de la sala de oración.

 Contaba con arquerías de herradura en los lados exteriores mientras que estaba abierto a la propia sala de oración.

 Bajo los naranjos existe un amplio aljibe que aseguraba el agua necesaria para las purificaciones de los musulmanes.


 Además de para la purificación de los fieles antes de entrar en el oratorio cumplía diversas funciones como escuela infantil, juzgado, etc.


 El espacio claustral actual es producto de la remodelación total llevada a cabo en las primeras décadas del siglo XVI, cuando se cerró el muro norte de la mezquita que se abría al núcleo del patio y se sustituyeron las arquerías periféricas primitivas, por grupos de tres arcos de medio punto con alfiz separados por machones.

  La sala de oración fue construida sobre la antigua iglesia de San Vicente en la etapa de Abderramán I.

  Las obras se iniciaron en la novena década del siglo VIII y posiblemente se construyó en un periodo no superior a siete años, de ahí su gran homogeneidad estilística.


  Se accede a ella por la Puerta de las Palmas, empleada como principal puerta de los visitantes al interior del templo.


 Aquí podemos contemplar otra de las puertas que dan acceso desde la calle y situada bajo el Alminar con su terraza a media altura.



Una de las curiosidades de este primer tramo de la mezquita es su orientación hacia el sureste que difiere en 51 grados la correcta dirección hacia la Meca.

 Se han barajado diferentes hipótesis para explicar esta desviación que condicionará las sucesivas ampliaciones.

 Desde un simple error de cálculo geográfico, pasando por la orientación de las mezquitas de Siria, de donde era natural el emir o el respeto práctico de los cimientos y subsuelos de las edificaciones anteriores.

  
 Dada la cercanía de los muros al río Guadalquivir  bajo el reinado de Almanzor, se decidió la construcción a lo largo de todo el costado este.

 De modo que el mihrab de Alhakén quedaba definitivamente descentrado.


 Nada más entrar nos encontramos en la parte más antigua de la Mezquita, la mezquita primitiva de Abd Al-Rahman I comenzada en el año 786.


Hay una gran variedad de columnas de la antigua iglesia de San Vicente cuyo suelo se ha descubierto por debajo del suelo de la Mezquita-Catedral recientemente y de otras ruinas.
 

  La vista de la ampliación de Al-Hakam II hacia la gran sección de Almanzor es increíble, infinidad de columnas se levantan por doquier.

Aquí podemos ver la Cúpula de la capilla del muro oeste de la basílica renacentista, los frescos son de gran belleza.

 Los altares entre columnas fueron construidos sobre los restos del muro este de la sección de Al-Hakam II.

  
 La reforma más sustancial de la historia de la Mezquita de Córdoba se lleva a cabo en los siglos XVI y XVII con la eliminación de parte de los trabajos de ampliación de Abderramán II y Almanzor para construir la catedral cristiana.

  
 El techo se elevó a través de un doble arco, que algunos ven inspirado en el acueducto de Segovia.

 La gran altura, junto con los arcos abiertos al patio, daba luz.


 Llama la atención del visitante los espacios abiertos, diáfanos en su extensión, solo rotos por un mar de columnas y arcos, techos con unos trabajos increíbles en belleza y laboriosidad.

 Una maravilla que auna estilos y nos muestra como la integración  y unificación de diferentes creencias es posible.

   
Una cúpula octogonal sube por encima del mihrab y la maqsura, que son rodeados por arcos y decorados por mosaicos de estilo bizantino con inscripciones árabes.


Esta cúpula, construida por al-Hakam II, ésta es una de las joyas de la dinastía Omeya.


 La mayor parte de las arquerías repiten básicamente el modelo de Abderramán I se comienzan a emplear.

 Espectaculares arcos polilobulados entrecruzados de tres y cinco lóbulos, dovelas en resalte, riquísimos mosaicos de técnica bizantina, columnas con fustes de mármol azul y rosa rematadas por capiteles corintios y compuestos, etc.

  
 En esta ampliación hay que destacar el fantástico lucernario de la antigua capilla de Villaviciosa, y la maqsura con sus otros tres lucernarios, además del muro de la quibla y el mihrab.


  En términos arquetectónicos,se encuentran dos catedrales dentro de la Mezquita-Catedral o Iglesia-Catedral de Córdoba.


Bastante más discreto que la catedral del siglo XVI que la reemplazó, es esta gran nave construida como catedral en el siglo XIII dentro de la expansión de al-Hakam II en el año 964.


 Por el muro oeste exterior de la Mezquita-Catedral, se modificó una de las puertas de la fachada califal al estilo gótico.

 Varias tumbas están en el suelo.

 En el siglo XVI el obispo decidió cambiar el sitio de celebración litúrgica al centro de la antigua mezquita y crear un coro cerrado.


 En 1523 las autoridades eclesiásticas de la catedral ordenaron que se construyera una nueva capilla mayor y crucero en el centro de la mezquita-catedral, ocupando parte de la expansión de Abd al-Rahman II. 

 Aunque esta decisión fuera bastante moderada en su época, tomando como referencia la destrucción previa de otras antiguas mezquitas en su totalidad para la construcción de catedrales nuevas.

 Las reformas propuestas enfrentaron al Cabildo con los canónigos en una disputa amarga que sólo se resolvió con la intervención del rey Carlos I.

   
 Aunque decidió a favor de la Iglesia (y en contra de las protestas de sus propios autoridades en la ciudad) al visitar Córdoba no permitió que los canónigos se regocijaran en su triunfo, y se mostró molesto por las reformas una vez que hubiera visto el edificio por primera vez. 

 El máximo lujo de la decoración se concentra en el mihrab, con su espectacular arco de herradura rodeado por alfiz en la puerta de acceso.

 La suntuosa ornamentación se basa en revestimientos de mosaico, mármoles con atauriques, epigrafía, etc.


  El interior del mihrab se cubre con una enorme concha de yeso de gran valor decorativo.

 Inscripciones en loor del califa fechan esta obra en 965.


 Las paredes interiores disponen de seis arcos ciegos de perfil trilobulado sobre columnillas.

  Los tres pabellones delante de la quibla están abovedados también con excelentes bóvedas califales.

 La central, justo antes del mihrab es la obra más perfecta del periodo de Alhakén II en la mezquita.

 Se forma un espacio central octogonal mediante el entrecruzamiento de ocho nervios.

 Dicho espacio central se cubre con una bóveda gallonada.


 Otra importante obra desarrollada en tiempos de dominación cristiana es la Capilla Mayor.

 Los Reyes Católicos permitieron la construcción de esta capilla en el siglo XV junto al lucernario de Alhakén II.

 Para ello se construyeron arcos diafragma de perfil ojival en una de las naves sobre los que se adaptó, ingeniosamente, un techo de madera, simulando una bóveda de medio cañón apuntado.

   El lucernario que se abrió en lo que hoy es la Capilla de Villaviciosa, o altar mayor, consiste en un soberbio cimborrio cuyo abovedamiento se lleva a cabo por un total de 17 cúpulas que cubren otros tantos espacios de superficie muy variable resultados del entrecruzamiento de nervios o arcos sin que haya en ningún caso clave común.


Aquí tenemos una vista del presbiterio y del altar mayor de la catedral desde el crucero. 


  La principal contribución artística y arquitectónica de los artífices de este tramo fue la creación de las bóvedas de arcos entrecruzados también llamadas bóvedas califales.

  
 Los Arcos califales juntos a arcos renacentistas y pináculos góticos se entremezclan dando al conjunto un aspecto curioso a la vez que hermoso.

 Aquí la mezquita de Abd al-Rahman I del siglo IX se topa con la catedral del siglo XVI, con elementos góticos y renacentistas. Un pináculo gótico se apoya sobre una columna islámica, y arcos renacentistas imitan los arcos de medio punto califales.


   La construcción más importante fue, sin duda, la llevada a cabo en el siglo XVI durante el reinado de Carlos V cuando se edificó, no sin grandes oposiciones como hemos comentado anteriormente,, la actual catedral cristiana dentro de las naves de la antigua mezquita.

  Es una mezcla complicada de estilos llevada a cabo durante un periodo que vivió la transición del gótico al renacimiento, cuando se despertó el interés por la cultura clásica que se preservó por suerte, en gran parte, debido a los académicos de Al-Andalus y cuando el descubrimiento del nuevo mundo había cambiado la percepción medieval del mundo.

 El edificio lo inició en 1523 Hernán Ruiz el Viejo con permiso expreso del emperador Carlos V y se desarrolló a lo largo del siglo XVI, pero no se terminaron las obras hasta 1766 de la mano de diferentes arquitectos y de los que hemos hecho ya mención.

  
Aunque la catedral del siglo XVI parezca fuera de lugar en medio de la mezquita del siglo X, resulta imposible el no estar impresionado por el increíble trabajo llevado a cabo y las altísimos techos.

  El resultado en un edificio que suma estilos desde el gótico final, plateresco, renacentista y barroco.



Tiene nave y crucero, con planta de cruz latina.

 Los arcos son todavía góticos (apuntados), la ornamentación plateresca y la cúpula renacentista.

El gran retablo del Altar Mayor fue terminado en el año 1653.

Dicho retablo que es obra del jesuita granadino Alonso Matías, combina mármoles y bronces, y tiene un estilo parecido al del retablo de la basílica de El Escorial.
 

 Elementos destacables son el Altar de mármol rojo, la sillería del coro y el tesoro de la Catedral.
 
El antiguo alminar islámico fue "forrado" con envoltura barroca.

  Una de esas obras que tiene merecido protagonismo propio es la llamada Capilla Real.

 Construida a partir de 1312 tras la muerte de Fernando IV , a la postre obra maestra del mudéjar cordobés de influencia almohade en la bóveda y partes superiores y nazaríes en las inferiores.

  
Son soberbias las yeserías murales y, especialmente, la bóveda que cubre el espacio a base de arcos polilobulados entrecruzados perpendicularmente y en diagonal.

 Los espacios abovedados se cubren mediante mocárabes policromados.


  La belleza y el trabajo del altar mayor merecería un extenso catálogo de fotografías para poder hacerse una idea de su magnitud, solo estando allí podremos apreciarla ya que las fotografías no le hacen justicia.

   Habitualmente se considera que la superposición de dos pisos de arcos superpuestos y el empleo de la bicromía resultante de la piedra con el ladrillo fue una imitación y readaptación de la estructura de ciertas obras de ingeniería romanas. Como el Acueducto de los Milagros de Mérida.


Esta Mezquita-Catedral o Catedral-Mezquita, como la queráis llamar, posee una gran cantidad de tesoros, no solo de carácter arquitectónico sino artístico de valor incalculable.

  
 En nuestro recorrido podremos visitar el interior del museo que posee una gran variedad de tesoros de todo tipo, desde religiosos a restos arqueológicos.

  En el tramo de la Mezquita Catedral de Córdoba que fue edificada en tiempos del califa Alhakén II se expone una interesante muestra de piezas halladas durante los trabajos arqueológicos realizados por Félix Hernández en los años treinta del pasado siglo.

 Dichas piezas corresponden a la iglesia hispanovisigoda de San Vicente y otros edificios anteriores del mismo solar.

  En este pequeño "Museo Visigodo de San Vicente" encontramos desde pequeños ladrillos y placas pétreas con decoración visigoda, crismones, pasando por un estupendo tenante de altar, un fragmento de un sepulcro paleocristiano, hasta la propia pila bautismal de la basílica cristiana.





  Terminada nuestra visita a la mezquita, salimos al exterior por otra de sus puertas y recorreremos su periferia para hacernos una mejor idea de sus dimensiones a la vez que iniciaremos la visita a la ciudad y sus monumentos, sus calles y su vida, pero eso lo dejaremos para el siguiente post.






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