viernes, 22 de enero de 2016

COLMAR II




Bien, continuamos en Colmar, hemos conocido sus calles y las hermosas casas, ahora vamos a adentrarnos en otros monumentos de interés.

En este apartado se encuentran las construcciones religiosas, de las que varias de ellas, salpican sus bonitas y coloridas calles.


La Edad Media ha dejado en la ciudad vieja magníficos ejemplos de arquitectura gótica entre las que destaca la Colegiata de Saint Martín, del s. XIII.

La iglesia Saint Matthieu, que fue edificada por los Franciscanos y hoy es de culto protestante.

O la iglesia de los Dominicos, donde se alberga una obra maestra de la pintura germana del s.XV, La Virgen del Rosal, obra de Martin Schongauer.

Estos edificios son testigos de un arte a la vez puro y sobrio, pero vayamos a conozerlos más detenidamente ya que tienen mucho que contarnos:


La Colegiata de San Martín

La Colegiata de San Martín está en el centro de Colmar, es el mayor recinto religioso de la ciudad siendo una de las iglesias góticas más importantes de toda Alsacia.

Durante la Revolución Francesa se le denominó catedral de Alsacia y hoy día se la sigue llamando así. 

Hay un arroyo canalizado que corre a la orilla del gran edificio gótico, en la plaza, encontramos agradables cafés y de ella parten calles llenas de tipismo, en las que resuenan las campanas del edificio religioso.

Se considera que la sonería de este conjunto de campanas es de las mejores de Alsacia.

Su aspecto monumental no difiere del de una catedral, pero el rango sí que es distinto, ya que una colegiata no es sede obispal, está considerada una de las mayores y más bellas iglesias góticas de la región de la Alsacia.

Sobre una iglesia otoniana, fue levantada en estilo románico la iglesia, que se reconvirtió en el año 1234 en el edificio gótico actual, una gran iglesia gótica de tres naves, cuyo transepto fue terminado en 1260.

Las obras continuaron hasta el 1300, por la nave y la fachada oeste que fue construida con sillares de piedra de arenisca de color ocre y roja de granito de los Vosgos, conocido por su tono rojizo.

En 1360 el ábside románico fue sustituido por un coro gótico, con su deambulatorio y sus capillas.

El edificio, que domina el ámbito de la ciudad, tiene el templo 78 metros de largo por 20 de ancho en el que destacan los enormes contrafuertes de los que algunos están aligerados con arcos abiertos..

La gran torre supera los 70 metros de alto, aunque nunca llegó a hacerse la segunda torre que figuraba en los proyectos originales.

Las puertas exteriores tienen tímpanos tallados, en el portal sur, llamado de San Nicolás.

Esta decorado con figuras de los oficios de la época, entre ellos, se encuentra el arquitecto que realizo la obra con la inscripción: Maestres Humbret y se representa con una escuadra sobre una plancha triangular.

En el portal sur, se representa la Caridad de San Nicolás, encima la temática es el Juicio Final en el que se ve en las expresiones de las imágenes la influencia románica.

La fachada occidental carece de ornamentación, así como la fachada norte, que también es muy austera y culmina con una torre inacabada.

El pórtico principal se compone de un tímpano doble donde se representan la Adoración de los magos y a Cristo en el Juicio Final.

La cubierta es de tejas al estilo alsaciano, que es una teja de cerámica vidriada donde predominan los colores: verde y ocre, según los pigmentos utilizados durante la cocción. 

En su interior la planta se divide en tres naves y sorprende un conjunto relativamente luminoso, de las que la central desemboca en un ábside pentagonal.

Las columnas con arcos apuntados góticos sujetan una bóveda gótica de crucería.

Las vidrieras son del siglo XIII con vivos colores que representan escenas de la Biblia : La ascensión de Elías, la última cena, la vida de Abrahán y Isaac.


En las capillas laterales cuenta con numerosas obras de arte, como el Cristo en la Cruz del siglo XIV, la Virgen y el Niño del siglo XV y un relieve policromado que habla de la vida de la virgen del siglo XVI.
 
Desgraciadamente un incendio en el siglo XVI, la Revolución Francesa y otras circunstancias determinaron la perdida de buena parte de sus riquezas interiores.

El órgano fue fabricado en 1754 por Johann Andreaas Silbermaan, aunque el mecanismo interno fue sustituido en 1979.

Posee dos órganos y una bellísima sillería del coro.
Horario:
Se puede visitar todos los días de 08:00 a 18:30 horas.

La entrada es gratuita.


El antiguo Convento de los Dominicos

El Antiguo Monasterio de los Dominicos es el monumento más importante de la ciudad de Colmar.

Se halla en la plaza Unterlinden donde se instaló el museo de pintura gótica flamenca, uno de los más importantes de Francia.
 
El museo del convento de los dominicos alberga una rica colección de arte románico y gótico, hallazgos de la prehistoria y de la protohistoria, así como colecciones de pintura y escultura de la zona.
 
Actualmente alberga algunas de las principales obras de arte del pintor alemán Martin Schongauer, de las que destaca, La Virgen de las rosas, un políptico catalogado como una de las grandes joyas del gótico alemán.

Se trata de un retablo sobre tabla que data del año 1473, que fue robado en 1972 y encontrado por casualidad en 1973. 


Éste museo destaca por el retablo de Issheim pintado por Matthias Grunewald en 1512 y por el claustro gótico de su interior.

También podremos apreciar las vidrieras, del siglo XIV y los bancos del coro de época barroca.

Así mismo, posee arte moderno de diferentes autores, entre ellos Picasso o Monêt. 


Sin embargo, lo más destacado es el retablo de Isenheim de Grünewald expuesto en la capilla del convento.

El monasterio fue construido entre los años 1289 y 1364 y remodelado posteriormente en el siglo XVIII. 


Es de estilo gótico y fue fundado para su retiro por dos viudas nobles en el barrio norte, que sería construido por la Orden de los Predicadores.

Al santuario se le llamó Unterlinden, que significa Bajo los Tilos.

En 1252 llegó la orden de los dominicos que se integraron en el convento.

La parte más antigua del edificio es el claustro que data del siglo XII.

Durante sus muchos siglos de historia, el monasterio ha sufrido numerosas transformaciones.

La revolución francesa actuó de manera nefasta sobre él, llegando a sufrir un grave deterioro que obliga a integrar todas las obras de arte en un museo.

Gracias al archivero de la villa, Louis Hugot, se salvó en 1849 de ser demolido y en 1853 abriría las puertas.

Después de la Primera Guerra Mundial pasó a ser la Biblioteca Municipal, albergando más de 1.200 manuscritos, el más antiguo del siglo VIII.


Pero vayamos a su interior, el claustro y la iglesia se han dividido en dos niveles.

En el nivel cero de la iglesia esta una de las obras de arte más importantes, El Retablo de Issebheim, obra del pintor alemán Matthias Grünewald, que fue pintado entre 1512 y 1516.

Dicho retablo se realizó para la iglesia de la encomiendo de los antonianos de Issenheim.

Éstos eran canónigos hospitalarios, que recogían a los enfermos y peregrinos que habían llegado a venerar a san Antonio y poder así sanar del llamado mal de los ardientes o fuego de San Antonio.

Se trata de una enfermedad causada  fundamentalmente por el ergot o cornezuelo, Claviceps purpurea, que contamina el centeno.

Algunos conventos producían el milagro gracias a ofrecer a los enfermos durante su estancia pan de trigo, así, sin quererlo, producían la curación.

Los síntomas empezaban con un frío intenso y repentino en todas las extremidades para convertirse en una quemazón aguda, de ahí el nombre.

Muchas víctimas lograban sobrevivir pero quedaban mutiladas, podían llegar a perder todas sus extremidades.

Cuando el retablo se exponía tenía una función milagrosa, mágica, los enfermos rezaban delante del políptico para conseguir el milagro, que era considerado como una verdadera medicina.

Las aperturas de las hojas se hacían de acuerdo de las festividades litúrgicas, abriéndose por turnos las diferentes escenas.

El retablo esta pintado en nueve paneles, cerrado mide 2,69m. de alto y 3,07 m. de ancho con pintura de temple y óleo realizado sobre una tabla de madera de tilo.

Abierto llega a tener entre 7,7m y 5,90 m., ademas tiene una parte esculpida, obra de Nicolas de Haguenau.
Sus puertas cerradas tienen dos paneles centrales que forman una escena de Crucifixión, con el centro, ocupado por la Cruz de Jesucristo, ligeramente descentrado.

Éste tiene una dramática expresividad, con la cabeza erizada por la corona de espinas y el cuerpo cubierto de astillas, tiene todo el peso del cuerpo sobre sus brazos, los dedos se crispan convulsos por el dolor.

La Virgen, sostenida por san Juan, no está resignada, sino angustiada al descubrir el cuerpo de su hijo crucificado. A los pies de ellos, la Magdalena implora.

A la derecha se ve a Juan el Bautista, simbolizando el antiguo testamento, que señala con el dedo el cuerpo lívido e inanimado de Jesús.

A los lados, aparecen San Antonio Abad, el patrono de la orden, a la izquierda y San Sebastián, protector contra la peste. a la derecha, la base ilustra el entierro.
Cuando se abre el retablo hay una posición intermedia que representa la vida de la Virgen María , con escenas de la Anunciación, la Encarnación y la Natividad, con la imagen de una Virgen y el Niño en el centro.

En el panel de la derecha una elegante Resurrección, donde se le unen la Ascensión y la Transfiguración.
Para poder exponer esta grandiosa obra de arte la han separado en diferentes dícticos o trípticos.
Además, en la nave de la iglesia se muestran una colección de pintura flamenca y túmulos funerarios.

Vayamos ahora al claustro:

La parte cero del claustro esta dividida en diferentes salas:

La sala de pintura hasta 1500.

La obra más antigua expuesta en el museo es la Crucifixión, que proviene de la Colegiata de Saint-Martín de Colmar.

Es un perfecto ejemplo del estilo gótico en el sentido más amplio, destaca por la estilización de los personajes, la expresión de gracia en las mujeres, aunque es un avance con la pintura románica pero conserva la tradición medieval, el detalle, la anécdota y el perfecto simbolismo de la escena.


Aquí podemos encontrar Retablo Bergheim, de 1515-1517, que fue construido para la capilla de Bergheim cerca de Colmar.

Esta obra se atribuye a Veit Wagner, un escultor activo en la región de Estrasburgo entre 1492 y 1510, inspirándose en los grabados de Alberto Durero, utilizando diversos materiales.

El Retablo de Bergheim es uno de los mejores ejemplos de la difusión de modelos de grabado.

Se representa a San Jorge matando al dragón, la Anunciación, la adoración de los pastores, que son representaciones clásicas de Durero.

Cuando está cerrado, el retablo presenta dos paneles pintados, con las figuras de San Juan Bautista y San Juan Apóstol.

Tambien destaca la pintura del díctico la Anunciación, obra de Martin Schongauer, que fue pintado entre 1470 y 1475 en óleo sobre madera de pino. Los paneles formaban parte del Retablo Orlier.

El cuadro de Holheim el Viejo, con su Retrato de una Mujer; una verdadera obra de arte por su precisión de los detalles y por la representación naturalista de la modelo.

Es su única obra expuesta en el museo.

De José Haller, pintor flamenco de Alsacia, también vemos una Crucifixión, de 1445, en el que desarrolla un nuevo estilo, lleno de dulzura y serenidad.

Esta es una característica de los nuevos pintores con influencia gótica flamenca.

De Lucas Cranach, la obra titulada Melancolía, éste pintor alemán adquirió fama por una obra meticulosa y de realista.

De Gaspard Isenmann, gran maestro del retablo, la Lamentación y entierro de cristo, esta obra pertenece a la Colegiata San Martín de Colmar.

Tambien vemos la cueva del vino, donde se encuentra una selección de barricas de robles decoradas y policromadas rescatadas de grandes museos de Alsacia.

Son una colección de barriles construidos entre 1654-1687; así como otros de la segunda mitad del siglo 18, recreada por Jean-Jacques Walz (Hansi).

También hay la sala reservada a las exposiciones temporales que el museo organiza en colaboración con otros museos del mundo.
En el nivel uno de la iglesia, el lugar que se correspondía con el antiguo coro, se ha instalado una gran selección de esculturas del siglo VI.

La sala Hansi, dedicada a mostrar las artes y tradiciones populares de Alsacia.

La sala dedicada a las artes del siglo XIX, en la que destaca la obra El Carro de la Muerte, de Théophile Schuler, pintado en óleo sobre lienzo, en 1848.

Las salas renacentista y gótica; la sala que contiene vitrales y tapicerías; la de armas y armaduras.

La sala del siglo XVII; la sala donde se explica la historia de la Colmar, la sala de las damas inglesas.

La sala de arte moderno tiene una gran selección de pintura y escultura del siglo XX, entre las que destaca la pintura titulada: Valle de la Creuse, de Claude Monet, pintada en óleo sobre lienzo en 1889.

También encontramos tres obras de Pablo Picasso: Busto de una mujer sentada, obra 1960, el Pintor en el Trabajo de 1964 y el Retrato de un hombre con sombrero, obra de 1971.

Además, podemos ver un tapiz, que es una alegoría de su famoso cuadro de Guernica.


Museo Unterlinden se puede visitar:
Lunes, Miercoles. de 10 a 18 h
Jueves. de 10 a 20 h
Viernes a Domingo. de 10 a 18 h
Martes : cerrado.


Precio de las entradas a fecha del post:

General 13 €
Reducida 11 €   para  Grupos a partir de 15 personas, jubilados, carte Cézam
Joven 8 €  de 12 à 18 añoss, estudiantes de menos de 30 años
Entrada familiar 35 €
Menores de 12 años, Entrada gratuita.
 
La entrada es conjunta con el monasterio. 


 Continuando nuestro recorrido por las calles de Colmar nos encontramos frente a la Iglesia de San Mateo.
La Iglesia de San Mateo fue construida en 1292 por los franciscanos, pero con la Reforma Luterana de finales del siglo XVI la iglesia pasó a manos de los protestantes.

Ya en el siglo XVIII, el templo fue dividido por un muro para acoger zonas de culto católico y protestante.

En el siglo XX se restauró la unidad, eliminando el muro divisorio y dedicando el edificio solo para el culto protestante.

El templo es sobrio y luminoso, alberga un Cristo del siglo XV.


En ella se celebra cada año el Festival Internacional de Música de Colmar, gracias a su impresionante acústica.

El horario de apertura es de 10:00 a 12:00 y de 15:00 a 17:00 horas.

Durante las celebraciones de misa permanece cerrada al turismo. La entrada es gratuita.





Aunque con menor interés constructivo, los últimos siglos también han aportado a la ciudad diversas edificaciones de interés.

En el entorno de la Grand Rue hay edificaciones entre las que cabe destacar la Corte de Apelación que afecta a los tribunales de justicia de Alsacia, en la avenida Raymond Poincare.

Se trata de un edificio de 1906, construido por la administración alemana, con un marcado aire historicista.

Otro de los edificios modernos de interés es la estación central de ferrocarril, construida hacia 1907, con una mezcla de aire neogótico y neorenacentista.

Se trata de otra obra desarrollada por la administración alemana que copia al modelo de la estación de Danzig, villa polaca conquistada poco tiempo atrás por Prusia.

Otras edificaciones de interés son por ejemplo el Antiguo Hospital, de proporciones sobrias y equilibradas de 1744.

Se encuentra situado en la Plaza dos de Febrero y ahora convertido en un edifico para usos culturales, es la sede de la nueva Mediateca Municipal, centro Edmond Gerrer, desde 2012.

El Ayuntamiento u Hôtel de ville de finales del XVIII, y que hallaramos en la rue des Clefs.Se trata de un edificio de estilo neoclásico.

El Tribunal de lo Penal, el Palacio del Consejo Soberano cuya fachada neoclásica se remonta a 1771del siglo XIX, un edificio situado en la calle Berthe – Molly.

Entre los museos está el Museo de Historia Natural y Etnografía, un espacio donde se explica la evolución y la naturaleza de la región.

El Museo de la Madera, con un recorrido por la artesanía hecha en madera que incluye juguetes históricos.

Y por último tenemos Museo de los Juguetes Animados y Pequeños Trencitos.

En este edificio, que antiguamente funcionaba como cine, hoy se pueden admirar más de dos mil juguetes distribuidos en tres plantas, con una colección de autómatas que recrean los cuentos infantiles franceses.

Bien, hasta aquí nuestro recorrido por esta bellisima ciudad, nos despedimos de ella esperando regresar pronto.

Ahora dirigiremos nuestros pasos hacia Neuchâtel.

Nos vemos en el siguiente post.