sábado, 7 de marzo de 2015

GUATEMALA : LA ANTIGUA (1)


En la Antigua tenemos mucho que ver, por eso dividiremos el post en dos partes, ya que de otra manera sería demasiado largo y tedioso.

Esta es una ciudad cargada de un pasado glorioso en el que bien vale la pena adentrarnos a curiosear un poco.

 La iglesia de la Merced, plazas, calles llenas de encanto, diferentes monumentos, siempre acompañados por el Volcán Agua que nos observa impertérrito y orgulloso.

Recomiendo no dejar de visitar el mercado, muy pintoresco. Junto a él, la estación de autobuses, todos ellos muy coloridos y alegres y como no, saborear el Pollo Campero o comer los platos típicos.

 Un dato importante, si queremos tomar una botella de agua hay que pedir AGUA PURA si no nos darán Pepsi u otra bebida gaseosa.


Aquí también es muy habitual tomar Rosa de Jamaica para beber en las comidas. Se trata de una infusión tipo té muy agradable.

NO tomaremos agua sin embotellar ni para lavarnos los dientes ya que, a no ser que en el hotel o pensión donde nos alojemos nos garanticen que está depurada y es potable, el agua corriente no lo es y no se puede tomar para beber.

Los lugareños solo la usan depurada para cocinar pero de ninguna manera para beber.

Una de las marcas comerciales de agua no deja por ese motivo de ser curiosa, se llama Salvavidas.



 Otro lugar curioso para ver es el McDonals.

No, no estoy haciendo publicidad gratuita (ya me gustaría cobrar por esto)

 Realmente vale la pena verlo y para los amantes del café, pedir en el McCafé uno que viene con helado, crema y no recuerdo que más pero exquisito...


También podemos tomar los taxis propios de la Antigua, se llaman TUC-TUC, son muy económicos y curiosos.

Aunque las distancias, más si estamos de paseo, no son muy grandes, vale la pena la experiencia.


Hechas todas estas recomendaciones vamos a adentrarnos un poco más en La Antigua. Conozcamos mejor su pasado, sus costumbres y sus gentes.

Las calles son tranquilas y al contrario que en la capital, aquí podemos salir de noche con relativa tranquilidad ya que abundan los turistas.

Solo debemos procurar no pasear por lugares apartados o poco iluminados, por lo demás podemos ir a cenar a restaurantes o simplemente pasear.

La plaza central presenta más bullicio.

Pero vayamos a curiosear un poco la historia de esta vella ciudad colonial, que conserva estilos arquitectónicos de gran colorido y belleza.

La Antigua se encuentra situada a 45 km. de Ciudad de Guatemala, siendo la tercera capital establecida por los españoles tras la terrible inundación del Valle de Almolonga, el 11 de septiembre de 1541.
Después de descubrir estas fértiles tierras cercanas a las faldas del volcán de Agua, éstas comenzaron a poblarse en 1524 .

 La ciudad fue fundada como tal en 1543 y nombrada Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala en 1566, constituyéndose como capital del Reino y convirtiéndose en una de las ciudades más importantes del continente americano.

Siendo la nueva y más importante capital del reino en un nuevo continente, atrajo y fue el escenario de grandes artistas, escultores y pintores que la vistieron con lo mejor de la época.


  Esto es un factor clave para comprender el porqué del florecimiento de todas las ciudades coloniales en importancia política y social en América y en especial de La Antigua Guatemala.

 La Antigua Guatemala fue la ciudad principal de Guatemala posteriormente a su primer traslado, ya que originalmente estaba situada en el Valle de Almolonga.

Después de pasar por infinidad de penurias tales como pestes, terremotos e inundaciones de lodo que descendieron del Volcán de Agua, la ciudad fue destruida nuevamente por los Terremotos de Santa Marta en 1773.


 Por todo ello, la ciudad fue trasladada una vez más a su destino final donde se encuentra ahora, en el Valle de la Ermita.

Sin embargo La Antigua Guatemala nunca perdió su importancia ni su belleza.

Numerosos habitantes de la misma se negaron a trasladarse e intentaron reconstruirla por lo que las autoridades dinamitaron algunas de las estructuras para desanimar a los insistentes.


Entre sus monumentos principales podemos mencionar:

La Iglesia del Hospital San Pedro, la Iglesia y Convento de la Recolección, las Ruinas e Iglesia de la Compañía de Jesús, la Ermita de la Santa Cruz, la Iglesia de la Merced, las Ruinas de San Francisco.

El Parque Central y alrededor del mismo, por los cuatro puntos cardinales encontramos:

 La Catedral de San José, el Palacio de los Capitanes, el Palacio de Ayuntamiento y el Portal de las Panaderas entre otros.

 Museos como :

 El museo del traje indígena, museo del libro antiguo, museo de arte colonial, museo del jade, museo de Santiago de los Caballeros...



Pero vamos por partes ya que cada monumento es una pieza clave en esta historia.

Aquí pongo este mapa que quizás pueda ayudarnos en este descubrimiento, veremos ruinas, museos e iglesias, plazas y parques.

 Pasearemos por sus calles y nos zambulliremos en el pasado y el presente de esta bella ciudad colonial.

 Añado el enlace de la página de donde he extraído el mapa y en la que podremos encontrar más información, dándoles las gracias y espero que no les moleste por haberlo tomado prestado.
http://descubreantigua.com/Curiosidades/10-03-2011-Mapa-de-La-Antigua-Guatemala.htm


El Arco y convento de Santa Catalina.

El Arco de Santa Catalina se encuentra a poca distancia del Parque Central, de hecho es visible desde el Portal de las Panaderas, frente a la Catedral y el Parque, con el Volcán de Agua al fondo.

 La calle donde se encuentra se conoce como Calle del Arco. En realidad se trata de un corredor entre conventos.

Esta orden se estableció en la ciudad en 1609.

 Hacia el año de 1613 se comenzó la construcción del convento, siendo autorizada cuatro años antes, el Convento de Santa Catalina fue inaugurado el 15 de septiembre de 1647.






Era un convento de clausura por lo que las monjas internas evitaban todo contacto con el exterior, incluyendo ser vistas.

Pronto su crecimiento hizo que las instalaciones se quedaran pequeñas requiriendo expandirse, por lo que se les otorgó una parte de la calle situada al frente.

El auge y apoyo dado a las órdenes religiosas en ésa fecha hizo relativamente fácil solucionar los problemas de crecimiento.

 Sin embargo siendo un convento de reclusión, las monjas querían evitar a toda costa el inconveniente de cruzar la calle a la luz pública.

  Por ello se comenzó en 1693 la construcción de este puente cerrado en forma de arco y por el interior se trasladaban las monjas de un lado del convento al otro.

En 1694 se concluyó la construcción del arco o puente sobre la calle que serviría para comunicar el convento con la huerta y los jardines.

Hoy día el convento se ha transformado en hotel, el Hotel Convento de Santa Catalina Mártir.


 Portal de las Panaderas :

Situado frente al Parque Central,  el Portal de las Panaderas aún conserva sus rasgos arquitectónicos, mudos testigos del pasado de La Antigua Guatemala.

El Portal deriva su nombre directamente de su pasado, porque en los días de mercado se abarrotaba de vendedoras de pan y por las noches solían pernoctar en los corredores, por eso también se le denomina Portal de los Mercaderes. 

Cuenta con varios cafés y restaurantes, uno de los cuales lleva hacia el interior de una construcción con arquitectura propia de una amplia casa de la época colonial, donde pueden degustarse desayunos, almuerzos o cenas en su patio o junto a la fuente.

 Los desayunos están disponibles a cualquier hora de la mañana.

También hay una interesante librería que dispone de libros muy variados en diferentes idiomas, así como mapas y guías locales.

También encontraremos la entrada a un mercado artesanal curioso y laberíntico, en él podemos encontrar todo tipo de artesanías.

 Recomiendo visitarlo ya que como poco en muy curioso. Su entrada se encuentra en una de las múltiples puertas que se nos brindan en el Portal.
 
 La Catedral de San José.

La fundación de la Catedral se inicia precisamente con la fundación de la Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala el 22 de noviembre de 1527.

Marcando un punto importante en la historia, pues su Obispo, Francisco Marroquín, se constituye como el primero obispo consagrado en el continente americano. 

El edificio se construyó entre 1543 y 1680, con una fachada de elaborada factura barroca, realizada en argamasa blanca con el estilo característico de las iglesias antigüeñas.

 Esta fachada incluye elementos manieristas así como renacentistas y posee abundantes y pequeños adornos  curvos  junto a los querubines de la entrada, así como alrededor de la imagen central superior propios del estilo barroco.

También cuenta con 15 imágenes sin contar los dos querubines de la entrada y aunque ha sido remozada en varias ocasiones, siempre ha conservado el color blanco que la caracteriza.

 Posee columnas de fuste liso, un cuerpo y una espadaña que tuvo que reedificarse tras el terremoto de Santa Marta en 1773.

  La majestuosa construcción de la Catedral justificó el nombramiento de Catedral Metropolitana, que le fue otorgado en 1743 por el Papa Benedicto XIV.
Alrededor de la entrada principal, se admiran espléndidos adornos de estuco que datan de las postrimerías del siglo XVII.

Esta Catedral fue construida por el arquitecto José de Porres. 

  Suele atribuirse precisamente a él también la edificación de otras principales iglesias en el reino, así como la introducción de la columna salomónica en la arquitectura guatemalteca.

  Ésta es muy peculiar y llamativa por su espiral que añade la sensación de movimiento a las edificaciones.
En la parte posterior se encuentran las ruinas de la catedral donde pueden apreciarse las columnas de la cúpula y las pechinas decoradas con ángeles labrados, así como restos de la construcción que aún denotan la belleza del inmueble.

  Asimismo, se puede acceder a las catacumbas en el sótano de la ruinas.

Una segunda edificación fue erigida conservando las ruinas de la anterior.

 Se inició alrededor de 1669 y es la que conocemos hoy como la Catedral de San José de La Antigua Guatemala, siendo inaugurada en 1680.

  Las ruinas de la antigua Catedral.

Lo ideal es dar la vuelta entera a la manzana donde se encuentra la catedral para comprender las dimensiones de todo el complejo.

 Posteriormente visitar las ruinas de la catedral original que fue derribada por los terremotos y finalmente la Catedral actual que permanece en pie. 

 Pueden pasarnos desapercibidas si no prestamos atención ya que se encuentra justo detrás de la actual Catedral y frente al Museo de la Universidad de San Carlos.

 La entrada es discreta y se sitúa a un lado de la Catedral actual, en el mismo rellano.
 

Las cúpulas fueron derribadas por los terremotos aunque algunas aún coronan los muros de corredores laterales.

El recorrido es silencioso y agradable a su vez, la naturaleza de la construcción nos sumerge de inmediato en una atmósfera de contemplación.

 Las cúpulas ausentes que fueron derribadas por los terremotos dejan ver el azul del cielo en franco contraste con el final de los muros que las sostenían.

 Los pasillos son amplios y la parte central mantiene esa solemnidad que tenía antaño.

 Es posible visitar la parte subterránea descendiendo por las escaleras que se encuentran justo al lado del centro de información y venta de libros en la entrada.


Iglesia y convento de la Merced.

Se encuentra situada en la 1ª Calle Poniente y la 6ª Avenida Norte.

Para llegar iremos desde el Parque Central hacia la esquina del Portal de las Panaderas, frente al Parque y la Catedral de San José, pasaremos por el Arco de Santa Catalina.

 Al final de la Calle del Arco llegaremos a la Iglesia de la Merced.

 Pocas iglesias en La Antigua Guatemala poseen unas fachadas tan ricamente decoradas como la Catedral de San José y la Iglesia - Convento de la Merced. 

La fachada de esta iglesia es, sin duda, el mejor ejemplo del estilo barroco que predominó en las construcciones antigüeñas.

El delicado trabajo en ataurique, técnica de relieve en yeso con motivos vegetales, de su fachada, es una muestra de la calidad arquitectónica que alcanzó la ciudad.

  En el interior de la iglesia se venera la imagen de Jesús Nazareno, magnífico ejemplo de la imaginería colonial.

La construcción de la iglesia de la Merced en la nueva capital del valle de Panchoy comenzó a mediados de 1500.

Los miembros de la Orden Religiosa de la Merced, los Mercedarios.

Obtuvieron el permiso de construcción, el terreno y apoyo para finalizar una obra que se iniciaría en 1583 pero que sufrió por los terremotos que azotaban la ciudad.


 Hasta 1717 los mercedarios continuamente reconstruyeron, modificaron, ampliaron y repararon su iglesia y convento debido a los terremotos de 1565 y de 1689.

 Pronto sus esfuerzos dieron como fruto una nueva construcción que sería inaugurada en 1767.
 
En la parte alta de la fachada y al centro aparece la imagen de San Pedro Nolasco, fundador la Orden Mercedaria en el siglo XIII.

También al frente y al centro justo frente al ventanal podemos ver la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes.

 Esta iglesia llegó a ser muy popular, pues allí se veneraba la imagen de Nuestra Señora de la Merced, patrona de la capital.

 Fue el centro provincial más importante de los mercedarios. Su monasterio que llego a albergar a cien religiosos, incluía una biblioteca notable además de todas las dependencias necesarias de un convento principal.

 La fuente de su claustro central superaba en tamaño a todas las otras de su época.
 
 Pese a todo, los terremotos de 1717 causaron muchísimos daños en el monasterio y en la iglesia, la cual sería reconstruida poco a poco a partir de 1749.

 El  encargado de la construcción del templo y convento, sería el arquitecto Juan de Dios Estrada.

Basándose en sus conocimientos, este arquitecto, diseñó el templo con las proporciones más bajas para esa época.

 Fue construido para resistir terremotos, con columnas dobles de gran envergadura, muros más anchos y unos enormes contrafuertes.

  Sería inaugurada en 1767, logrando sobrevivir a los terremotos de Santa Marta, seis años después.

En cambio el monasterio quedo completamente en ruinas, a pesar de sus sólidos muros, tanto que a mediados de 1800 fue utilizado como cantera para reconstruir la Iglesia de San Felipe de Jesús. 

Los bellos altares que decoraban el templo de la Merced antes de 1773, así como su órgano, se conservan hoy en día en el templo de la Merced de la ciudad de Guatemala.

 Lo más antiguo que se conoce de Iglesia de La Merced es el camarín, ubicado atrás del altar mayor, y la cruz de piedra del atrio.

Esta Cruz Portentosa, según las escrituras de la colonia, se movía milagrosamente sola, tiene un blasón acorazonado donde se lee la fecha 1688 y en su base está inscrita la fecha 1765.

  Esto sugiere que  la cruz es un compuesto de diferentes estructuras, sin poder establecer la fecha en que se colocó en su lugar actual. 

El conjunto  arquitectónico actual  presenta  dos enormes  e impresionantes torres-campanario, de baja proporción.

   Su característica principal es la enorme cúpula circundada por leones, con una de sus garras posando sobre el escudo de la Orden Mercedaria.

 Esta cúpula fue construida posteriormente a los terremotos de 1917, pues la primera fue destruida por los movimientos sísmicos de esa fecha.

Posteriormente en detrimento del templo, llega la fatídica madrugada del 4 de febrero de 1976, con nuevos movimientos sísmicos que ponen en riesgo de desplome a los enormes arcos abovedados de la iglesia.

 Se inicia su restauración años siguientes, finalizando hacia 1982, con el nuevo Altar Mayor.



El Palacio del Ayuntamiento. 

Este palacio se encuentra situado frente al Parque Central, hacia el norte, junto la 4a Calle Poniente, que es la calle que sale de La Antigua dirección a la capital y a uno de los lados de la Catedral.

  Su estilo refleja una aparente influencia de construcciones propias del México colonial.

  Al igual que el Palacio de los Capitanes, cuenta  muros con un grosor de más de un metro que, junto a  gruesas y sólidas columnas, resistieron muy bien los terremotos de 1751 y 1773, los cuales dañaron otras construcciones.


 Posee una estructura de corredores en dos niveles sostenidos y decorados por columnas y arcos, similar al Palacio de los Capitanes.

  Su construcción comenzó alrededor de 1740 y siendo finalizada  en 1743.

 Fue restaurado en 1853  conservandose en excelentes condiciones, tanto es así que este edificio de dos plantas alberga actualmente al Concejo Municipal.

 Se distingue por que en sus corredores se encuentra una estructura en forma de bancos, un lugar para sentarse a lo largo de su corredor principal.

 Es el sitio preferido para pasar una tarde, contemplando lo que ocurre en el Parque Central.

  O bien deleitarnos con las vistas del Volcán de Agua o, como lo conocen los Mayas, volcán Hunapú, que queda justo al frente.

 En su planta baja se encuentra el Museo del Libro Antiguo y el Museo de Armas.

En su fachada había un reloj que se colocó alrededor del siglo XIX, pero fue retirado al derribar la torre donde se encontraba.

 La iluminación de esta plaza y sus monumentos por la noche es muy agradable y le da un toque único a los edificios.






Ruinas Convento e Iglesia de la Recolección

Se encuentra a unas 7 calles del Parque Central. Son de las ruinas más distantes aunque las distancias en La Antigua son muy relativas, están situadas a tan solo una calle de la Alameda de Santa Lucía.

El complejo entero está en ruinas y abre de lunes a domingo de 9 a 17:00 h.

 Aún quedan paredes en pie pero las bóvedas se encuentran derribadas. Los enormes bloques que se conservan dan idea de la elegancia y magnitud que revestía esta iglesia.

Sus orígenes se remontan a la llegada de dos frailes de la orden de Recoletos que llegaron a Guatemala en 1685. En 1687, dos años después, llegarían cuatro misioneros más.
  

En 1695, un fraile recoleto solicita permiso para fundar un convento de padres misioneros.

Sin embargo, dado que durante la época colonial La Antigua Guatemala fue centro de gran auge religioso, existían ya más congregaciones religiosas de las que era posible sostener por lo que les fue negado. 

Todos estos frailes se albergaban en El Calvario esperando la aprobación que tanto deseaban y comenzar las obras de su convento pero ya había numerosas órdenes religiosas.

  Las autoridades de la ciudad consideraban que si mantenían a la orden como estaba, con pocos integrantes, se verían obligados a repartirse por el país propagando el espíritu religioso.

 Querían que en lugar de establecerse en un solo lugar, se dispersaran por el país en una labor de cristianización mucho más activa. Sin embargo los misioneros recoletos seguían llegando.

Los misioneros, vivían en la pobreza, se costeaban el sustento y las actividades nobles de su congregación por medio de las limosnas que recibían. 

Este singular y admirable comportamiento, junto con el aprecio del trabajo realizado, hizo que el Cabildo decidiera sostenerlos económicamente. 

 Finalmente se emite la Cédula Real el 16 de julio de 1700 autorizando la fundación del Colegio de Cristo Crucificado de los Misioneros Apostólicos.






 La construcción de su convento empezó en 1701. Siete años después ya se habían finalizado tanto los claustros, la enfermería y las celdas, como la biblioteca y la aulas, tardando 16 años en finalizarse.
Esta orden se caracterizaba por su espíritu misionero, principalmente entre los indígenas, viviendo sus miembros en lugares modestos.

 Este es un dato curioso pues, aunque en realidad vivían de limosnas, hacían especial énfasis en la grandeza de sus construcciones, pero esto no se traduce en ornamentación o lujo, sino en el tamaño de sus edificaciones.

Poco tiempo estuvo en pie ya que un terremoto dejó en ruinas gran parte del complejo.

 Los daños sufridos fueron considerables y pese a que rápidamente se iniciaron los trabajos de restauración y reconstrucción, en 1751 otro terremoto derribó la construcción de nuevo.

Se dice que luego de la ruina, resultado de los terremotos, se hizo volar algunas columnas y bóvedas con cargas de pólvora para evitar el peligro de su derrumbe.También se menciona que la razón era impedir los intentos de reconstrucción una vez se ordenó abandonar la ciudad.

 Los seísmos no fueron los únicos responsables del definitivo deterioro del convento, pues con los años se retiraron materiales de éste para construir muros alrededor de terrenos en la región.

Sus espacios fueron utilizados para las ferias y la sacristía fue una fábrica de jabón. Otras partes se usaron para guardar carretas.

El Palacio Arzobispal

Está situado al norte de la Catedral.
 Su construcción data de los primeros años del siglo XVIII. En la actualidad sus ruinas son escasas.

Sin embargo, la espléndida calidad arquitectónica del edificio, se admira claramente en los restos del claustro, en su enorme puerta y en los marcos de piedra maciza de las puertas que corresponden a la fachada occidental de la misma.
 
 Palacio de los Capitanes Generales 

Se encuentra frente al Parque Central, al sur.

La construcción ocupa una manzana completa y, según registros históricos, es de las mayores construcciones realizadas en esa época en América.

Es uno de los iconos arquitectónicos e históricos de La Antigua Guatemala.

 Éste edificio se edificó durante el siglo XVI, consta de dos niveles provistos de sendos pasillos frontales y una fachada de doble arquería, con arcos de medio punto.

Durante los siglos XVI al XVII, fue la residencia del Virrey.

Fue el antiguo palacio de gobierno de toda la América Central, aunque sus funciones fueron principalmente administrativas.

En su época, reunió en sus casi 20 mil metros cuadrados a las Salas de Justicia y Real Audiencia, la oficina de las Provincias, el Correo Mayor, la Casa de la Moneda, la Contaduría, los despachos de los Oidores, la Sala de Armas, una Real Capilla, el despacho del Real Sello, así como también las caballerizas y las habitaciones de la servidumbre.





 Actualmente alberga las oficinas de la Gobernación Departamental.

Pese a que sufrió daños durante los distintos terremotos que afectaron la ciudad, fue reconstruido.

Durante el año 2009 se inició una nueva etapa de reacondicionamiento para remodelar el edificio.

En la actualidad el edificio alberga a las oficinas de la policía, así como a las oficinas de turismo del Instituto Guatemalteco de Turismo, INGUAT.

 A pesar de haber sido modificado varias veces con el paso del tiempo, aún hoy es una construcción portentosa.

En la actualidad el edificio alberga a las oficinas de la policía, así como a las oficinas de turismo del Instituto Guatemalteco de Turismo, INGUAT.

  La oficina del INGUAT nos proporcionará mapas gratuitos, folletos, recorridos sugeridos y personal para ayudarnos a resolver cualquier duda que se nos presente.

De hecho en estas instalaciones se puede tomar un bus gratuito que nos llevará a realizar un pequeño recorrido turístico, este bus sale cada hora de 9:00 a 14:00 h de lunes a viernes y los sábados de 9:00 a 12:00 h. 


 El Convento de Capuchinas

Fue construido en 1736, siendo el último convento femenino de la ciudad, su verdadero nombre era el de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza.

El conjunto arquitectónico fue obra de Diego de Porres, el arquitecto mayor de La Antigua Guatemala, como habréis podido comprobar, la mayor parte de la arquitectura de esa época pertenece a este arquitecto.

En su interior destaca un patio circular con arcadas que marcaban las 18 celdas de las monjas.
 A este conjunto se le denominaba Torre del Retiro.

Adicionalmente, existe un segundo patio que conformaba el claustro principal, con una fuente central y arcadas formadas por columnas de estilo toscano.

  El Parque Central :

 El Parque Central lo encontraremos frente al Arco de Santa Catalina, siendo el lugar por excelencia que hace las veces de centro social de La Antigua.

 También es el punto de referencia para la orientación por el casco urbano.

 De alguna manera es como el eje de salida o el punto de encuentro para movernos por la ciudad.

Sus bancos a la sombra de los árboles son el punto ideal para entretenerse y conocer gente de todas las nacionalidades.

  Aquí podremos encontrar turistas, viajeros, cantantes, músicos y lugareños, que descansan o simplemente hacen tertulia bajo la sombra de los árboles.

O bien simplemente, contemplar el baño curioso realizado por algún pájaro. .

  Con frecuencia el ambiente es amenizado por grupos musicales improvisados de gran calidad, formados por músicos locales, folclóricos y extranjeros.

 Los vendedores de telas típicas y algunas artesanías suelen aprovechar para ofrecernos sus mercancías, también podremos ver niños trabajando de limpia - botas.

 En el centro del parque encontraremos una bonita y curiosa fuente, la Fuente de las Sirenas de 1737, compuesta por cuatro sirenas de las que brota el agua.

 Alrededor de la plaza, como era costumbre, encontramos los edificios de gobierno, administración y la catedral.

Creo que ha llegado el momento de poner fin a la primera parte del post. Hemos hablado de algunas de las cosas que podremos ver paseando por La Antigua, pero todavía nos queda mucho por explorar, así que os invito a continuar el viaje en la siguiente parte del post.

 Espero que la información os permita conocer un poco mejor ese hermoso país.


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