domingo, 15 de enero de 2017

TOSSA II: VILA VELLA Y MURALLAS





La muralla

La muralla de la Vila Vella, símbolo de Tossa, está clasificada como Monumento Histórico-artístico Nacional y es considerada el único ejemplo de población medieval fortificada que hay en la costa Catalana.

Se encuentra situada en la bahía sobre una pequeña colina en la playa.


En el siglo XII para proteger a Tossa de los piratas que continuamente azotaban la costa mediterránea se construyó el recinto amurallado conocido con el nombre de Vila Vella.

Se convirtió en el más importante testimonio medieval de la costa catalana ya que es la única que ha quedado sin grandes daños.

Protegía, con sus torres de vigilancia, la Vila Vella sobre todo en el siglo XVI contra los ataques de los piratas que venían de África del Norte.


El castillo y las murallas se construyeron hacia finales del siglo XII, pero no se conserva casi nada de aquella época.

Actualmente todo cuanto se puede observar de la muralla, es el resultado de restauraciones diversas, especialmente aquellas que se llevaron a cabo en 1387, con la Torre de Can Magí que se encuentra fuera de la muralla y durante el siglo XVIII, conservandose casi la totalidad de su perímetro original con sus muros almenados.


 Se conserva en muy buen estado, con muros reforzados, cuatro terrazas, y siete torres de vigilancia, tres de forma cilíndrica, que guardaron sus nombres originarios: 

La del Codolar, la d’en Joanàs i la de les Hores. 

Los merlones de la muralla son cuadrados y presentan aspilleras.


Estas tres torres cilíndricas se diferencian de las del resto amurallado por su mayor altura y por acabar en corazones formados por ménsulas escalonadas que sostienen pequeños arcos de medio punto.

La torre del Codolar, anexa al que fue palacio del gobernador, llamada también del Homenaje, que preside la playa d’es Codolar. 

La torre de las Horas, que es la más ancha de todas, protege el portal de entrada que presenta un rastrillo y es de arco de medio punto.

Dicha torre se encuentra situada a la entrada del patio de armas, cerca de la puerta de entrada de la ciudad. 


Debe el nombre al hecho de que era el único lugar donde había un reloj público.

Desde el portal se pasa a una plaza desde la que se observa otro portal que da acceso al la calle Mayor.


La torre de Joanàs, la encontramos a levante, sobre la roca, presidiendo la bahía y dominando el mar. 
 
Hay cuatro torres más pequeñas intercaladas en la cortina de la muralla, tres entre la de Joanàs y la de las Horas y una entre la de las Horas y la del Codolar.


 Dos puertas de la muralla nos ofrecen el acceso a la Vila Vella de las que cabe destacar el magnífico portal dovelado que da entrada a la Vila a través del patio de armas.


La Vila Vella

La Vila Vella domina la Bahía de Tossa con sus playas blancas desde 70 metros de altura y ofrece simultáneamente una vista panorámica sobre Tossa de Mar y las montañas de la Selva.

El interior de la Vila Vella es un espacio con encanto, formado por callejones estrechos con pavimento de guijarros y donde aún se pueden admirar muchos ventanales góticos, bellamente decorados y algunas casas de los siglos XV y XVI, de piedra sin escuadrar.


La mayoría de las viviendas aprovecharon la muralla como pared de fondo.

En el promontorio había habido ya un poblado ibérico y se supone que dentro del recinto fortificado hubo otro, también fortificado, pero más reducido, en época romana. 

En el momento de máximo esplendor en el s. XV, la Vila Vella, dentro de la fortificación, constaba de unas ochenta casas, la antigua església de Sant Vicenç del siglo XV y el palacio o Casa del Governador del siglo XIV.

En 1931, el recinto de la Vila Vella fue declarado monumento nacional y se inició su restauración.


El Museo Municipal

El Museo Municipal esta situado en el interior de la Vila Vella, en la plaza del pintor Roig i Soler.

Ocupa el edificio mas notable del recinto amurallado, la casa del Batlle de Sac, un palacio gótico del s.XIV.

Convertido el 1 de septiembre de 1935 en el Museo Municipal de Tossa, fue declarado monumento histórico-artístico en 1962, acogiendo una importante colección de arte, salas de arqueología y salas de cerámica y cristales.


Conserva restos arqueológicos, procedentes de la excavación de la vila romana dels Ametllers, entre ellos el mosaico con la inscripción Turissa, el nombre romano de Tossa de Mar y de otros yacimientos

Numerosas piezas de la exposición documentan la historia de Tossa del paleolitico hasta el Edad Media, piezas relativas a la historia de Tossa. 


El Museu Municipal dispone también de una exposición excepcional de los artistas que trabajaron en Tossa en los años 30, sobre todo, una magnífica colección de pintura y escultura formada por obras de muchos de los artistas vinculados con la ciudad. 

Entre los cuadros se encuentra la obra maestra El Violinista Celeste de Marc Chagall.


La Guerra Civil de 1936-39 truncó la intensa vida cultural de la ciudad, sin embargo, en los años de la posguerra, Tossa fue lugar de reunión, sobre todo en verano, de algunos de los artistas catalanes que habían conocido los días brillantes: Rafael Benet pintó la famosa serie del Café de Biel. 


Hay que hacer una mención especial al doctor Ignasi Melé y Frera (1860-1928), descubridor de la vila romana dels Ametllers y excelente historiador de la villa.

El museo, que engloba también el Torre del Codolar, es considerado como el primer Museo Moderno de Cataluña.


El castillo

El castillo de Tossa fue muy importante por el decisivo papel de defensa frente a los piratas y las invasiones gracias a su estratégica situación. 


Los primeros datos sobre el castillo de Tossa se refieren al año 1187.

Los documentos de Tossa de la época medieval hablan de cuando el conde Miró, conde de Cerdaña y Besalú, cedió al Monasterio de Santa María de Ripoll los derechos sobre Tossa. 


Fue levantado a disposición del abad de Ripoll, quien concedió también una carta de población que permitía la construcción dentro y fuera del recinto fortificado.

Aquí se encuentra el origen de la Vila Vella.
 
El emplazamiento de la población, apartada de las principales vías de comunicación, quizás explica que Tossa no participara destacadamente en los conflictos bélicos que ocurrieron en Cataluña.  


La ciudad fortificada sirvió de refugio no sólo a los vecinos de Tossa sino a los de extramuros y los forasteros. 
 
Había sufrido un ataque de la flota francesa de Felipe el Atrevido en 1285, en la cruzada contra Cataluña, y como tantas otras poblaciones costeras sufrió los ataques de los piratas turcos y de los corsarios, que han quedado en parte reflejados en la toponimia (cala Morisca , torrente de los Moros).



En el siglo XVIII, el castillo tenía dos baterías y cuatro cañones para la defensa de la costa, pero a comienzos del siglo XIX la torre principal del castillo fue convertida en molino.

A partir del siglo XVI la población empezó a expandirse extramuros, las primeras edificaciones se alzaron en el barrio de Sa Roqueta y siguiendo el Camí Ral.


El Far de Tossa 

El faro de Tossa, el "camino de la luz " entre Calella y Palamós, domina la Vila Vella.

En el punto más alto de la Vila Vella encontramos el far, aquí se emplazaba el castillo, que consistía en una torre de vigía y una estancia de planta rectangular.

Actualmente no existe dicho castillo. 


La gran torre del castillo o fuerte medieval, que funcionó muchos años como molino de viento, fue derribada en 1917 cuando se construyó el actual faro, reemplazando entonces los fuegos de antaño. 
 
Al lado del faro se encuentra el Centro de Interpretació dels Fars de la Mediterrània que se inauguró en 2005. Aquí se explican todos los aspectos de los faros del Mediterráno.


Hoy, el centro está dirigido por la Generalitat de Catalunya, el gobierno de Cataluña, y es considerado como referencia en preguntas de la historia, desarrollo y los métodos de construcción de los faros.


La iglesia de Sant Vicenç.

En uno de los puntos más altos del interior de la Vila Vella destacan especialmente los restos de la primitiva iglesia parroquial de Sant Vicenç, el edificio probablemente más fotografiado de la vieja ciudad, y en el que todavía hoy día se realizan celebraciones tales como bodas. 


Durante el siglo XIX, Tossa sufrió la invasión napoleónica.

En el Llibre de Feyts d'armes de catalunya se señala cómo entraron muy violentamente en 1285 las tropas francesas en Tossa.

Una de las mayores secuelas sería el derrumbe de la bonita iglesia gótica de Sant Vicenç.
Hoy día aún son visibles sus ruinas.


Orientada norte-sur, en una posición privilegiada sobre un acantilado de cincuenta metros, su aspecto original resultaba seguramente muy imponente.

Esta iglesia de estilo gótico tardío se construyó en el siglo XV sobre la anterior iglesia románica, descubierta recientemente y fechada de los siglos XI–XII.


Fue destruida en el siglo XIX cuando los franceses almacenaron explosivos dentro del edificio que explotó, probablemente, por accidente.  

Los ciudadanos de Tossa destruirian luego partes suplementarias utilizando las piedras de la iglesia para la construcción de sus casas.


Tiene una sola nave, cabecera poligonal acompañada de una sacristía y de una capilla lateral de transepto en la banda oeste; al este, posiblemente el espacio se ensanchaba con una hilera de tres capillas.

En la cabecera, la vuelta ojival está sostenida por seis nervios que se reúnen en la llave de vuelta decorada con la imagen de Sant Vicenç.


Actualmente, sólo el ábside con la escultura del patrón de la vila, restos del coro, una capilla derecha así como una parte del campanario y la sacristía conservan la cubierta.

Se han encontrado restos de una escalinata en la galilea (a la entrada).

En una de las nervaduras del absidiolo izquierdo encontramos el capitel dedicado a San Juan Bautista.


De entre las bellezas que podemos descubrir durante un paseo por los pequeños callejones estrechos y ligeramente empinados de la Vila Vella, en una pequeña placita descubriremos también la estatua más fotografiada de Tossa: el Monument a Ava Gardner.


La artista catalana Ció Abellí inmortalizó aquí a Ava Gardner que, dejó volar su mirada sobre la Bahía de Tossa mientras disfrutaba de la belleza del lugar.

Continuando nuestro camino de descubrimiento, nos adentraremos en:


 La Vila Nova

El conjunto de la Vila Nova es abigarrado y alegre, se extiende en el lado derecho de la riera de Tossa con algunos edificios de estilo modernista, como Can Sans, del arquitecto Antoni de Falguera, continuando actualmente por el sector donde se levantan hoteles y bloques de apartamentos.


A partir de finales del siglo XVI la piratería disminuyó y la población saltó las murallas para irse adentrando hacia la llanura. 

En el siglo XVIII se construyó la nueva iglesia parroquial en la Vila Nova.

 
La Vila Nova tiene aún en la parte más antigua algunos edificios y casas fortificadas del siglo XVI, como la de Can Magí, casa gótica con barbacana, cerca de la calle de Codolar o la de Can Gic.  

La nueva parroquia de Sant Vicenç fue construida entre los años 1775 y 1776, es un amplio edificio con una torre campanario cuadrada.


Tienen especial interés la iglesia del Socorro, mencionada ya en 1625, una pequeña capilla blanca, con un humilde espadaña, dedicada a la Virgen del Socorro, y la capilla del antiguo hospital de San Miquel, fundado en 1765 por patricio local Tomás Vidal y Rey.  


LA CULTURA Y FIESTAS POPULARES

No podemos partir de Tossa sin conocer un poco de su folclore y fiestas populares.

La Casa de Cultura de la ciudad aloja el Archivo Histórico Municipal de Tossa de Mar, con un alcance cronológico que arranca en el siglo XIII, y una biblioteca.


Tossa, que ya había acogido a un apreciable pintor modernista, Jaume Vilallonga (Barcelona 1861-1904) y que fue escenario de pinturas de Roig y Soler, de Brull y de Masriera, se convirtió, a partir de la década de 1930, punto de reunión de muchos artistas e intelectuales catalanes e internacionales.  


Muchos provenían de Colliure, Cassís, Saint-Tropez, y otros huían del nazismo.  

Jean Metzinger pintó las torres de la Vila Vella en un recuerdo del cubismo que él había protagonizado años atrás en París; André Masson pintó alegorías catalanas; Marc Chagall, que calificó la villa de "paraíso azul", también pintó y Georges Kars fue uno de los más fieles residentes. 


La fiesta popular del Pelegrí de Tossa
 
Entre sus fiestas emblemáticas cabe resaltar la del Pelegrí.

La fiesta popular del Pelegrí de Tossa, que se celebra el 20 y 21 de enero, se mantiene con vitalidad y tiene eco en toda la comarca.  


Según la tradición, cuando la peste del siglo XIV hacía más estragos, la población de Tossa hizo voto de acudir cada año, en la persona de un peregrino hijo de la villa, a la capilla de San Sebastián de Santa Coloma de Farners el día de la fiesta del santo, el 20 de enero, si la epidemia cesaba.  


El peregrino, acompañado de otros devotos, camina los 40 km que separan Tossa de Santa Coloma de Farners, donde es recibido por los devotos, que también le acompañan, tras intercambiar conchas por piñones y ramos de tomillo y mejorana, en la capilla del santo.  

De vuelta a Tossa, lo reciben en la iglesia de la Virgen del Socorro.


También podemos disfrutar de otras fiestas que se celebran a lo largo del año y que nos permiten una excusa, si es que para visitar tan bella población la necesitamos, para recorrer sus calles lejos de los días calurosos del verano. 

Aquí dejo un poco de información al respecto y para ampliarla os remito a la oficina de turismo en la que amablemente nos ampliaran dicha informació.

 http://www.infotossa.com/es


En la fiesta mayor de invierno, el 22 de enero, día de San Vicente, patrón de la villa, en la que se organizan exposiciones, bailes y audiciones de sardanas.  

La fiesta de la Santa Cruz en el 1 de mayo.  

En junio se celebran una serie de fiestas: el Día del Pescador, el primer domingo; la verbena de San Juan, el 24, con sus fuegos artificiales y fogatas populares.


La fiesta mayor de verano por San Pedro, el 29 de junio. 

Esta comienza con el pregón de fiestas y el pasacalle tradicional, también llamada Aires de Fiesta Mayor.  
Los actos principales son la procesión por la playa Grande, las audiciones de sardanas, bailes y conciertos y el concurso de pintura rápida, convocado desde el 1957, de ámbito internacional. La fiesta termina con la danza tradicional "tocan a correr".  


Finalmente, el 2 de julio con la fiesta de la Virgen del Socorro. 

Son bastante concurridos los encuentros celebrados en la ermita de Sant Benet, el domingo próximo al 11 de julio y el de la ernita de Sant Grau el 13 de octubre. 

Otros actos festivos de fuerte tradición en la villa son, además de la Feria del Dibujo, Pintura y Fotografía, el segundo domingo de agosto, el Festival de Música de Tossa, que se celebra en junio desde 1987 o la fiesta medieval a mediados de octubre y que recorre las murallas y alrededores .


No debemos olvidar tampoco su magnífica gastronomía, para no alargarme tanto, os remito a la página de turismo de la población, ellos amablemente nos informaran de todos los acontecimientos tanto en lo relacionado a fiestas como acontecimientos gastronómicos acaecidos en las fechas previstas para nuestra visita.

Hasta aquí nuestro recorrido por el pasado y presente de esta bella población, nos vamos deseando volver para descubrir nuevos tesoros que seguro todavía quedan por visitar.