martes, 19 de abril de 2016

OLITE Y SU CASTILLO

Tenemos unos días de descanso y los aprovecharemos para conocer un poco mejor nuestro país.

Hoy nuestros pasos se encaminan a Navarra aprovechando el buen tiempo.

Salimos de madrugada hacia Olite, para llegar tomamos el Eix Transversal en dirección Zaragoza y posteriormente la carretera N 240 hacia Barbastro.

Recomiendo calcular la ruta en ViaMichelin dependiendo de vuestro lugar de origen, en nuestro caso esa era la mejor.

Olite se encuentra a unos 490km. de nuestro origen, por lo que era imperioso parar a descansar, y aquí apareció un problema.

En este caso haré mención muy negativa respecto a la única área de servicio que encontramos pasado Barbastro, el área 62.

En su página web anuncian parking para coches, camiones etc., nada más lejos de la realidad, nos detuvimos a descansar, ya que llevabamos más de cuatro horas conduciendo, con un niño y de noche.

No hacía ni un minuto que habíamos parado el motor cuando se nos acercó el vigilante para comunicarnos que debíamos marcharnos, que allí no podiamos quedarnos.

No había nadie en todo el aparcamiento, pese a ello, se nos comunicó que estaba prohibido detenerse, que solo podían hacerlo las caravanas y los camiones y que nos marchasemos, les dijimos que lo único que queríamos era descansar diez minutos ya que llevabamos mucho conduciendo.

Les importó bien poco, nos conminaron a que continuaramos viaje, que no podiamos detenernos allí y que la zona que tienen habilitada para pernoctar era exclusiva para autocaravanas o camiones.

Cabe decir que es la única área de servicio en varios kilómetros y la amabilidad y consideración estan tan ausentes como las zonas de descanso.

Proseguimos nuestro viaje, cansados, por una autovía fantasma, durante kilómetros no nos cruzamos con un alma y por fin llegamos a Olite.

La belleza medieval de Olite no deja indiferente al viajero.

A nuestra llegada nos saluda impertérrito su Palacio-Castillo, con un trabajo de reconstrucción excelente que le ha devuelto su explendor, perdido a causa de las diferentes guerras y desgracias acaecidas a este bello rincón navarro.

Para alojarnos tenemos varias opciones, desde un camping del que dejo el enlace:
http://www.campingdeolite.com/alojamientos-y-tarifas/

El Parador Nacional  Príncipe de Viana.  Así como diferentes hoteles y apartamentos.

Os remito a la página del ayuntamiento de Olite donde encontrareis todo tipo de información.
http://www.olite.es/

La ciudad de Olite cabeza de la merindad del mismo nombre, se encuentra en el centro geográfico de Navarra y posee uno de los conjuntos monumentales mas destacables de la Comunidad. 

Históricamente Navarra ha estado dividida en 5 merindades:

Pamplona las Montañas, Tudela, Estella, Sangüesa, Olite y las Tierras de Ultrapuertos o Baja Navarra.
 

Para conocer los orígenes de Olite habría que remontarse, al menos, hasta la época de los romanos.

Los restos arqueológicos encontrados indican que los romanos levantaron en aquella población, en el siglo I d. C., un fuerte cinturón amurallado.

Esa muralla, de la que solo quedan varias torres y algún lienzo, defendía un pequeño recinto o plaza fortificada.


Alrededor del núcleo urbano actual se han encontrado restos de villas romanas, era lo que se llamaba un oppidum, en el que más tarde se fundaría la villa medieval.

Su trama urbana actual, conserva la configuración que tomó en la Edad Media.

San Isidoro de Sevilla en su Historia de regibus gothorum, ofrece la primera referencia escrita sobre Olite:

Según el citado obispo de Sevilla, el rey godo Suintila fundó la ciudad de Oligicus u Ologite en el 621 y la volvió a fortificar para hacer frente a los vascones.


Siglos después, el enfrentamiento entre visigodos y vascones trajo consigo la derrota de los últimos, quienes, desarmados y obligados a ser fieles al nuevo rey visigodo, con sus propias manos reconstruyeron la ciudad goda de Oligicus, el antiguo oppidum y la actual Olite.

Durante la Baja Edad Media, la villa de Olite comenzó una etapa de esplendor siendo elegida como una de las sedes favoritas de los reyes de Navarra, y es en el siglo XII cuando esta localidad conoce una transformación importante.


Por un privilegio dado en el Fuero de Estella en el año 1147, García IV Ramírez, el Restaurador, rey de Navarra, otorgó a Olite su primer fuero, el Fuero de los francos de Estella, dándoles por la misma tierras de cultivo, con lo que la población experimentó un importante crecimiento.

Esto hizo que se rompieran los limites del llamado "cerco de dentro" romano, ampliando su población hacia el sur de lo que fuera su núcleo.
  

La promulgación del Fuero produjo una rápida expansión de Olite, cosa que hizo que 
la ciudad se extendiese hacia el sur, en un nuevo recinto amurallado o "cerco de fuera".

Como instrumento jurídico, el Fuero, proporcionó a la población un ejercicio social propio, jurisdicción privativa y notables ventajas fiscales, así como elementos y cuadros propios de gobierno de la villa.
 
 En 1266 se celebraron Cortes en Olite, el 17 de marzo de ese mismo año, en Saint Denis,
Teobaldo II concede a Olite quince días de feria anual, empezando el 1 de mayo, equiparandola a los privilegios que poseía Estella.

Desde el siglo XIII, Olite fue una de las sedes reales para los reyes navarros.
En enero de 1302 Felipe y Juana, reyes de Navarra, atendiendo las peticiones de Olite, varían la fecha de la feria anual, señalando su comienzo el 2 de noviembre.


 Fue uno de los puntales de las buenas villas desde su puesta en funcionamiento en el siglo XIII, así como en su papel representativo en las Cortes del reino por el brazo de las universidades.

Olite ocupaba un puesto preferente después de Pamplona, Sangüesa o Estella y es la única Cabeza de Merindad que posee un acta institucional de creación.

Este papel que se vio reforzado con la concesión del título de Cabeza de Merindad por Carlos III, El Noble, el 18 de abril de 1407.

Así se convirtió en capital o cabeza de la merindad de su nombre, constituyendose con territorios y villas pertenecientes anteriormente a las merindades de Sangüesa, de Estella y de la Ribera.
 
La razón de la creación de la merindad radica fundamentalmente, en una mejora organizativa del reino dirigida a una mejor gestión de los recursos y un mejor gobierno, así como en la identificación de Carlos III con la villa de Olite y sus gentes.

A partir del siglo XV, el rey Carlos III El Noble y su esposa Leonor de Trastámara, lo eligieron como su residencia predilecta, aquí pasó buena parte de su vida, y comenzaron la construcción del espléndido Palacio Real de Olite, reflejo del brillo de toda una época.

En 1630, Felipe IV le concede el título de ciudad.  Desde sus brillantes momentos en el siglo XV y hasta el siglo XIX, Olite experimenta un eclipse político y un fuerte descenso demográfico.

De aquella época queda como testigo el Palacio Real, que fue declarado monumento nacional en el año 1925.
 
De la época medieval, se conservan todavía las dos torres defensivas del oeste, los cuatro portales, los nombres de las rúas y la Torre del Chapitel o del reloj.

Tanto la torre del Chapitel, como la base del campanario de la vecina iglesia de Santa María, siguen apoyándose sobre una base romana; como romanos son tambien los cimientos de lo que hoy es el Parador de Turismo y anteriormente se denominó Palacio Viejo.


Vayamos ahora a conocer un poco mejor la ciudad y sus monumentos:

Nosotros entramos en Olite por lo que llamaríamos...la puerta grande, la imponente entrada del castillo bien merece ese sobrenombre.

Como era muy temprano, pasamos un poco de largo la ciudad y pudimos contemplarla desde otra perspectiva, los rayos del sol al amanecer, confieren un bello tono dorado a los fuertes y poderosos muros del castillo.

Al cruzar la puerta de la muralla, nos sentimos transportados a otra época en la que caballeros, princesas y juglares deambulaban por sus calles.

El castillo palacio de Olite se compone de tres grandes nucleos: el Palacio Viejo, el Palacio Nuevo y la iglesia de Santa María.

Vamos a conocerlos uno a uno:

El Palacio Viejo

En realidad, el Palacio Real de Olite está formado por dos construcciones diferentes.

La fortificación es a su vez castillo y palacio, aunque fue construido mas como edificio cortesano que para cumplir una función militar.

Ya desde el siglo XIII, al castillo de Olite se le conocía como el Palacio del rey de Navarra.

Este antiguo recinto, conocido como Palacio Viejo, hoy forma parte del Parador Nacional Principe de Viana, su puerta principal la hallamos en la plaza de los Teobaldos.

Amablemente nos dejaron visitar su interior, el hall y la cafetería, aquí dejo el enlace.
http://www.parador.es/es/paradores/parador-de-olite

El castillo fue levantado durante el reinado de Sancho VII el Fuerte en el siglo XIII, siendo construido sobre la antigua fortificación romana de la que ya hemos hablado. De él solo se conservan los muros y las torres.


Aquél oppidum se convirtió pronto en el llamado palacio del rey, en consecuencia, en residencia real, por lo que los reyes de Navarra trasladaron su residencia a Olite.

Teobaldo II, Carlos II, el Malo en 1380, 1381 y 1384. Carlos III… fueron algunos de ellos.


Posteriormente sería ampliado por sus sucesores Teobaldo I de Champaña, 1234-1253 y Teobaldo II, 1253-1270, que se instalaría en el palacio en 1269.

 Allí firmó la carta de consentimiento para la boda de su hermano Enrique con Blanca de Artois, quien a su vez, desde 1271 utilizó el palacio como residencia eventual.

En este momento la corte navarra era itinerante, por lo que no se puede considerar este palacio como sede regia, ya que el castillo era ocupado de forma intermitente por los reyes en función de sus preferencias.


De este palacio quedan cuatro torres, las conocidas como Torre de la Cigueña o de la Atalaya, Torre de San Jorge, Torre de la Prisión, y la cuarta que no tiene nombre especifico.

El Palacio Viejo se articulaba alrededor de un patio central rectangular cerrado por cuatro crujías sobre el cual giraban todas las dependencias.

En la planta baja se encontraban:

La gran sala de la "Cort" que coincidia con la fachada principal, la cual se distinguía por tres torres, de las que desapareció la central que servía de puerta en 1414, los almacenes y la capilla de San Jorge, que se halla documentada en 1357.

Sobre La Cort, en el piso alto, se emplazaba la "Cambra luenga" y junto a ella la "Cambra de doña Juana".


 De la estructura interna original del viejo palacio nada queda, ya que ahora como hemos comentado, cumple funciones de Parador de Turismo.

Sin embargo en su fachada exterior nos queda un bella ventana gótica algo deteriorada con dos escudos en su parte superior entre los pinaculos de la ventana.



En 1584, el marqués de Almazan realizó la nueva portada al Palacio Viejo con un blason de Felipe II, en la actualidad muy deteriorado.

Con la construcción del Palacio Nuevo, este palacio seria usado como caballerizas, cocinas y dependencias secundarias para el servicio de los reyes.

El Palacio Nuevo fue uno de los castillos medievales más envidiados de Europa, de él hablaremos más adelante, pero primero conozcamos la iglesia que une ambos palacios.








La Iglesia de Santa María

La Iglesia de Santa María de Olite, comenzó su construcción en el primer tercio del siglo XIII siendo subordinada de la iglesia de San Pedro. Contó con vicario propio en el  siglo XV  y consiguió el rango de parroquia a partir del Concilio de Trento (1545-1563).

Fue utilizada por los monarcas navarros en las grandes festividades y actos solemnes, es una de las construcciones góticas más importantes de Navarra.

En el exterior, la decoración escultórica de la portada es del siglo XV.

En ella, bajo un gran rosetón, destaca su impresionante portada con gran riqueza iconográfica formada por cinco arquivoltas que exhiben una exuberante decoración vegetal.

Entre las hojas podremos descubrir dos figuras orantes bajo doseletes; posiblemente se trate de Juana I de Navarra y su marido Felipe el Hermoso, quienes reinaban en Navarra en la época en la que se construyó la portada.

A ambos lados, la portada se halla enmarcada por arquerías que albergan las esculturas de los apóstoles.


También se aprecia un tímpano central apoyado en jambas muy adornadas, en la que se percibe la influencia de los talleres de Nôtre Dame de París.

El edificio es de nave única, cuenta con un retablo renacentista presidido por una talla gótica de la Virgen del siglo XIV, realizado por Pedro Aponte y la imagen, también gótica, del Cristo de la Buena Muerte, obra del siglo XIV, al parecer procedente de la desaparecida iglesia de San Lázaro.

El coro acoge un órgano rococó de 1785.

 Desgraciadamente no pudimos visitar su interior ya que se encuentra en fase de restauración.

La información referente a ella ha sido obtenida de diversas fuentes a las que damos las gracias.
http://www.jdiezarnal.com/spainnavarra.html#olite
http://www.olite.es
http://www.arteguias.com/navarra/olite.htm

El Palacio Nuevo

El Palacio Nuevo abre su portada a la plaza que lleva el nombre de Carlos III, el Noble.

El Palacio es un complejo conjunto irregular de torres, estancias, galerías, jardines y patios que le confieren un aspecto anárquico y una singular silueta que sobresale sobre el caserío de la ciudad.

A pesar de esa aparente anarquía su aspecto exterior es majestuoso.


A finales del siglo XIV el rey de Navarra Carlos III "el Noble", de la casa de Evreux (dinastia francesa), nacido en Nantes, Francia, en 1387, realiza obras de ampliación en el Palacio Viejo con el fin de dar a la corte una residencia fija y estable.

Carlos III se casó con Leonor de Trastámara en 1375 y tuvieron ocho hijos.

De ellos destaca Blanca que sería reina de Navarra entre 1425 y 1442, la que sería madre a su vez del Principe de Viana que moriría sin dejar descencia.


Si bien las primeras reformas consistieron en reparar el edificio y abrir nuevos espacios para las nuevas necesidades cortesanas, bien pronto el castillo quedó pequeño, por lo que hubo que plantearse la construcción de nuevos edificios que pudieran dar cabida a la corte real. 

El Palacio Nuevo o Palacio Real, que no castillo, pues su función era más cortesana que defensiva, fue construído bajo las órdenes de Carlos III "El Noble", es considerado su obra cumbre. 

Carlos III todavía ennobleció más la ciudad; dando a Olite el titulos de cabeza de merindad, en el año de 1407 y convirtiendo este lugar en Corte del Reino.

Todo esto se tradujo en la ampliación, a partir de 1400, de aquél "palacio del rey", hasta convertirlo en el castillo de Olite.

Entre 1395 y 1400 se compraron diversas casas junto al Palacio Viejo con el fin de comenzar las obras de construcción.
 
Estas comenzaron en 1406 y fueron encomendadas a Saúl de Arnedo y para 1424 las obras se daban practicamente por finalizadas a falta de algunas estancias menores.

El Palacio se construyó a instancias de la reina Leonor de Trastámara, que no sentia especial predilección por el Palacio Viejo por considerarlo viejo e incomodo, pero las obras importantes del palacio son obra del rey Carlos III.

Ésta comenzó a idear la construcción de un nuevo Castillo - Palacio de nueva planta por detras de la Iglesia de Santa Maria, a partir de la capilla de San Jorge, hoy en fase de reconstrucción y los aposentos de la reina, junto a la iglesia de Santa María.  

En el momento de su construcción, en el siglo XII, fue considerado uno de los castillos más lujosos, dicen que contó con tantas estancias como días del año, siendo uno de los castillos medievales más envidiados de Europa. 

Para ello decidió inspirarse en los grandes castillos y palacios franceses, rodeándose de los mejores arquitectos y artistas de la época, que se encargaron de su decoración.


Jardines colgantes, naranjos, jaulas de pájaros y ardillas, el estanque de la “taillada” con cisnes, aves de rapiña tales como azores y halcones y jaurías de perros para las cacerías, así como un verdadero zoológico: leones, un lobo cerval, un camello, varios gamos, un avestruz …

Dicho zoológico fue incrementándose en tiempos del Príncipe de Viana con jabalíes, lobos, una jirafa, un papagayo y varios búfalos.


Todos ellos completaban la imagen colorista, llena de vida y agitación de la Corte del rey Carlos III el Noble, dándole un toque exótico.

La decoración interior de la que no queda nada excepto algún pequeño resto, se componia de yeserias, alicatado y azulejeria, vidrieras policromadas y artesonados dorados.
Los suelos y paredes se cubrian con tapices.


En las obras de este palacio intervinieron innumerables artistas de distinas nacionalidades, ejemplo del eclecticismo imperante en las construcciones cortesanas de la época.

La influencia francesa se advierte en torres, ventanales y miradores, mientras que la hispánica se trasluce en los adarves volados sobre canes en degradación así como en artesonados, alicatados y yeserías.



Construido con grandes muros de piedra, adopta una forma poligonal con entrantes y salientes un tanto desordenados y con numerosas torres que se cubren con cubiertas de pizarra en lugar de las originales que se cubrian con cubiertas de plomo.

Se alzó primero la torre central o Torre del Homenaje, caracterizada por su escalera de caracol y la única concesión militar que se hizo al palacio.

Es la más alta del conjunto, con 40 metros de altura dotada de un hermoso mirador, que albergaba la cámara del rey.

Seguidamente se hizo la denominada torre Ochavada que en 1413 ya estaba acabada, a partir de 1414 se empieza a construir la tercera torre y la atalaya.

Era esta la torre de los Cuatro Vientos, con sus tres bellos miradores y con un hermoso mirador orientado hacia el santuario mariano de Ujué.


La principal característica de la construcción es el aparente desorden con el que fue edificado.

Estancias, jardines y fosos, altas murallas rematadas por espléndida torres se distribuyen sin orden ni concierto, sólo diferenciándose claramente dos partes:

El Palacio de la Reina, que alberga la espectacular Sala de los Arcos y la Gran Torre, el cuerpo principal del castillo y en cuya primera planta se encontraban los aposentos del monarca.


Entre todos los elementos que conforman el conjunto, llaman la atención los preciosos jardines colgantes, posiblemente fueron uno de los elementos más admirados del palacio, que llegaron a estar suspendidos a 20 metros del suelo y en los que los reyes cultivaban plantas traídas de todo el mundo.

Entre las árboles podemos destacar naranjos, pomelos, cidras, jazmines de Alejandría etc.

El peso de los macetones estuvo a punto de hundir el patio, por lo que se vieron obligados a levantar uan sala de arquería subterránea como contrafuerte, conocida como la Sala de los Arcos o de los Murciélagos.  


Al cuidado de los jardines se encontraban diversos jardineros, aunque en el cuidado de los mismos también intervenian los propios reyes, mas que otra cosa como entretenimiento.

Para el riego de los jardines se realizó un complicado sistema de riego mediante tuberias de plomo que fue realizado en 1409 por Juan D'Espernou y mas tarde en 1414 por Juan Nelbort de Bristol.

Como en invierno hacia frio, se protegían los árboles con unos toldos que se sujetaban a los muros, a la manera de autenticos invernaderos.


También poseía zonas ajardinadas, huertos y un completo parque zoologico.

Vayamos ahora a recorrer su interior.


La entrada al palacio se realiza, como hemos dicho, por la plaza de Carlos III el Noble.

Una vez cruzado el umbral, a la izquierda encontramos la taquilla en la que sacar la entrada, aunque podemos adquirirla también por internet.


Aquí pongo un enlace para los precios y horarios.
http://guiartenavarra.com/index.php?m=4&subm=54&id=1

Decir que el personal era de lo más amable y atento, nos hicieron sentir muy bien recibidos y los precios son muy económicos, siendo gratuito para personas con discapacidad.

No posee adaptación para sillas de ruedas, dadas las características del monumento.


La portada está formada por un arco de medio punto y desemboca en una plaza interior conocida como el Patio de los Naranjos, ya que en este lugar el rey habia mandado plantar estos y otros árboles frutales.

En la actualidad el suelo esta pavimentado aunque originalmente se trataba de un gran jardin, con árboles y flores de diversas especies: limoneros, naranjos, jazmines de Alejandría, moreras etc.


Desde este lugar también podemos observar la estructura externa del ábside de la iglesia de Santa María y el arranque de la torre del templo.

En las taquillas nos darán un plano explicativo y todo el recorrido se encuentra muy bien indicado.
Si tomamos las audioguias, en cada punto tendremos una breve explicación.

Procedamos a iniciar el recorrido:







Nos hallamos en la Sala de las excavaciones, para nosotros es una sala de paso, pero este lugar era el antiguo cuerpo de guardia del palacio.

En esta sala se ha encontrado una estancia abovedada cuya función se desconoce y que fue rellenada con materiales procedentes del Palacio Viejo.
 
La Sala de los Arcos 

La Sala de los Arcos conocida como Cueva de los Murcielagos.

Recibe este nombre popular por su casi total ausencia de luz ya que se trata de una gran sala cuya única función es soportar el peso del Jardin de la Reina que se encuentra en la parte superior.


Sorprende la magnitud de la estancia y de sus grandes arcos fajones apuntados, realizados exclusivamente como sustento, como hemos dicho, del Jardin de la Reina.

Continuamos nuestro recorrido, para ello subimos por una escalera que nos conduce al Cuerpo principal o Gran Torre.

Cuerpo principal o Gran Torre:

Es el cuerpo principal del Castillo, situado en el primer piso, en él encontramos la planta noble donde se encontraban los aposentos del rey y de la reina.

Como no podía ser de otra forma, los aposentos reales son unas de las estancias más impresionantes del Palacio Real y por tanto disfrutan de unas vistas excepcionales.

En la planta noble, ademas de las habitaciones principales del rey y la reina, podemos encontrar algunas salas de menor entidad que solian ser utilizados por las damas y para servicio de los reyes.


 La Sala del Rey

Es una amplia habitación que servía principalmente como sala de recepciones, a su vez dispone de otra pequeña habitación que era utilizada como lugar de descanso del monarca.

En ella encontramos una chimenea de piedra y amplios ventanales góticos con bancos para sentarse.


La Galeria del Rey o Galeria Dorada.

Se trata de una galeria situada junto a la camara del rey y que asoma al patio interior conocido como Patio de las Moreras.

Se halla compuesta por un ala con arcos de tracería gótica. Son dos arquerias góticas superpuestas, la inferior mas alta que la superior.

Dividida en tres secciones verticales separadas por pilares romboidales, las dos de los extremos formados por cinco arcos mientras que la central la forman solo cuatro.

La Sala de la Reina

Se trata de las habitaciones privadas de la reina, en ella  destaca la chimenea y los bancos de piedra situados junto a las ventanas.

Se encontraba decorada con zócalos de madera, tapices, pinturas y yeserias de tradición morisca.

El suelo estaba pavimentado con ladrillos esmaltados, mientras que los techos lucian artesonados de madera con toques dorados. Las ventanas se cerraban con vidrieras policromadas.

Junto a ella una pequeña habitación conocida como Tocador de la Reina, en la que los suelos se cubrian con alfombras o tapices.


La Galería de la Reina 

Se encuentra situada junto a la Camara de la Reina, se trata de un pequeño jardin para uso exclusivo de la Reina.

La Galeria realizada a modo de claustro está totalmente reconstruido y está formada por altos arcos apuntados con pequeños adornos de tracería gótica en la parte superior.

Por unos instantes, contemplando estos jardines, los que somos seguidores del Señor de los Anillos y de Tolkien, nos sentimos transportados a los Jardines Élficos de Rivendel.

Este jardin es uno de los lugares mas resguardados del viento, por lo que era el sitio ideal para construir el jardin de la reina.

Entra dentro de la tipología conocida como jardines colgantes, ya que el mismo, esta situado a varios metros de altura.

Para la construcción de estos jardines hubo que construir una sala conocida como la sala de los arcos,  a la que ya hemos hecho referencia, para que sustentara la galeria.

Especial cuidado se pone en la adecuación de cuidados jardines como el Jardín de la Reina, adosado a las cámaras reales, los patios inferiores de los Toronjales y de la Pajarera, así como los amplios jardines exteriores con vides, frutales y exóticas flores.



La Camara de los Yesos o Sala Mudejar.

Es la única que conserva la decoración de yeserías original.

Son diez paneles realizados en yeso por maestros moriscos, representando escudos heráldicos, estrellas, lazos, atauriques y decoración vegetal. Destacan las hojas de castaño de la divisa de Carlos III.


Permanece cerrada y no puede visitarse para no dañar las yeserias que se encuentran en bastante mal estado.

Vayamos ahora a subir escaleras... nos vamos a la torres.


La Torre del Homenaje

Continuando por una escalera de caracol,  en total son 133 escalones, llegamos a la Torre del Homenaje.

De 40 metros de altura es la torre más alta del palacio, esta torre es la única concesión de carácter militar que podemos encontrar en el palacio.


De base rectangular, sobre las esquinas de su terraza encontramos cuatro pequeñas torrecillas circulares que dan cierta ligereza a los recios muros de sillares.

La Torre del Homenaje, conocida como la Torre de la Vit (vit en francés es caracol), recibe su nombre por la escalera de caracol que discurre por su interior.

 La Torre de Fenero

Se trata de un sencillo vano formado por un arco apuntado sin ningún tipo de decoración.
 
Dicha torre controlaba el paso por la Puerta o Portal de Frenero, llamada así porque por esta puerta abierta en la muralla entraban los carros de heno.

La Torre de la Atalaya

Se trata de una torre cuadrangular sobre cuya terraza almenada se eleva otra mas pequeña circular.

Sobre la misma se situaba el vigia; es tan pequeña que sólo hay espacio para un hombre.

La Torre de la Atalaya, del Vigia o de la Joyosa Guarda era llamada asi porque desde ella un vigia daba aviso de cualquier incidencia que pudiera ocurrir en los alrededores.

 Adosada a la torre encontramos otra mas pequeña cilindrica.

En esta torre destaca una ventana adintelada con tracería gótica original, que quiere representar el lazo eterno, uno de los simbolos de Carlos III el Noble. 

Torre de los cuatro vientos o de las Tres Grandes Finestras 

Adquiere el nombre porque sobre su estructura cuadrada asoman tres balcones, cada uno dirigido hacia un punto cardinal.

Desde estos balcones los reyes podian contemplar los espectaculos que se celebraban a los pies del castillo.

Adosada a la torre tiene un pequeño torreón de base cuadrada y de mayor altura.

Ambas torres situadas una muy cerca de la otra, se encuentran en la zona mas alejada del castillo, en su lado sur.

 En este lugar podíamos encontrar otro jardin conocido como del Cenador que en la actualidad ha desaparecido y que según noticias disponía de una pequeña fuentecilla.


La Torre del Aljibe

La única finalidad de esta torre era almacenar el agua que desde el cercano rio Cidacos se traía para el abastecimiento del palacio.

Esta torre se hallaba hueca en su interior y desde aquí se suministraba agua al palacio y a los jardines reales mediante un complejo sistema de riego que fue realizado por Juan D'Espernou.

La distribución al palacio se realizaba a traves de canalizaciones de plomo que se encontraban embutidas en los muros del palacio.

Destaca el complejo hidráulico que dotaba de agua a los jardines.

El agua venía por conducciones desde el Cidacos y era remontada a la torre del Aljibe por medio de un mecanismo con cangilones para ser distribuida por tuberías de plomo a las fuentes y jardines.  



La llegada del agua a los jardines se realizaba por medio de cangilones de cobre.

A los pies de esta torre se encontraba un profundo foso, la leonera, impresionante su profundidad, que era el lugar donde se encontraban las fieras peligrosas de que disponía el rey.

 La Torre de las Tres Coronas u Ochavada 

Es llamada así por su peculiar forma, dispuesta en tres alturas en sentido decreciente y planta octogonal.

Es una de las torres más originales del Palacio.

Su peculiar estructura como si de una casa de muñecas se tratara, ha suscitado la leyenda que esta torre fuera lugar de juego de los niños, y no es de extrañar, dado el pequeño tamaño de paso en alguno de sus lados.

Además en su parte superior pudo utiizarse para la cria de palomas mensajeras, de hecho pudimos observar a varias de estas aves entrando y saliendo de los agujeros dispuestos en ella.

Desde este lugar podemos apreciar el pozo de hielo, al que podremos acceder en la zona fuera murallas que rodea el castillo. 


El pozo de hielo

Se trata de un lugar conocido popularmente como el huevo por su forma ovalada, donde se almacenaban las capas de nieve para conservar los alimentos.

El hielo se solía utilizar tanto para fines gastronómicos como farmaceuticos.

Este pozo fue realizado en el siglo XVII, por lo que es posterior a la construcción inicial.

La técnica de conservación del hielo, que ya era conocida, se realizaba mediante la acumulación de hielo separados por capas de paja.


Una imnensa piedra oculta un pozo de hielo de 8 metros de profundidad, que se puede obsevar desde la tore Ochavada.

Se trata de un pozo excavado en el suelo, sobre el mismo y con forma de cascara de huevo que hace de tapadera se conservaba el hielo durante el resto del año.

Al estar situado el pozo en un lugar frio, permitia el mantenimiento del hielo hasta pasado el verano.

 En la segunda planta se encuentra la Sala de Exposiciones, con la exposición "Olite, trono de un Reino" en la que podremos ver todo el largo proceso de restauración, así como conocer mejor su historia.



La Capilla de San Jorge 

Desde la Torre de las Tres Coronas, podemos contemplar los restos de la capilla de San Jorge.

De esta construcción de planta rectangular sólo quedan los muros exteriores.

Construida a finales del siglo XIV fue comenzada por la reina Leonor de Trastámara, se trataba este espacio de la capilla privada de los reyes..

Sobre la parte superior de la capilla se levantó un segundo piso para estancia de la reina, pero la mala calidad de la construcción, pues estaba realizada en mamposteria, ha motivado que la misma no haya llegado hasta nosotros.

Bajo la capilla podemos encontrar un espacio abovedado, que es una antigua bodega.

La bodega se cerraba por una bóveda de cañon y disponia de nichos en las paredes.


El Patio de la Morera

Bajamos y nos encontramos con el Patio de la Morera, se trata de un espacio cuadrangular en cuyo centro se alza una gran morera, según reza la tradición fue plantada por el propio rey Carlos III.

Debido a su antiguedad, el bellísimo árbol esta declarado Monumento Natural de Navarra. 


El Patio de la Pajarera 

Junto al patio de la morera se encuentra el patio de la pajarera, un espacio reservado para los pajaros que poblaban el castillo.

Situado en un patio interior, sólo estaba descubierto por su parte superior, el cual quedaba cerrada por una red que impedia que escaparan las aves.

Destaca en el lugar un espacio construido en yeso que servía como lugar de nidificación de los pajaros y que todavía se conserva en bastante buen estado.

Desde la Galeria del Rey se puede observar perfectamente este patio por lo que es de suponer el tiempo que pasaba el rey deleitandose con el ir y venir de las aves.

Eran varias las cortes europeas que disponían en sus castillos de animales de caza o exóticos.

Fue el nieto de Carlos III, el Príncipe de Viana, quien llevó esta afición más allá para incluir jirafas, leones, camellos y todo tipo de aves.

Un pequeño zoológico del que todavía hoy se pueden observar los restos del aviario, que se encontraba en el Patio de la Pajarera.

Juegos y festejos

El juego de pelota era parte importante en la vida del palacio, asi tenemos constancia de la existencia de un corredor de juego de pelota y un juego de raqueta, hoy inexistentes.

Un documento de 1408 nos habla de obras de reparación en el terrado del juego de pelota, en tiempos del rey Carlos III el Noble.


De entre los festejos cabe recordar las justas o torneos que se celebraron en 1439 durante los dias que duraron los festejos de la boda entre el Principe de Viana y la princesa borgoñona Agnés de Clèves.

También se realizaban corridas de toros, así en 1387 el rey Carlos II el Malo organizó en el pueblo una corrida de toros en la cual intervinieron como lidiadores tres musulmanes.

Con un derroche económico para la época con el que el rey pretendía provocar la admiración de los huéspedes. 


Un auténtico capricho real que hoy en día supone una de las mayores joyas arquitectónicas de la comunidad navarra y una de las construcciones civiles góticas más importantes del viejo continente.

Prueba de la fama que lo distinguia es el diario de un viajero alemán quien, en el siglo XV, escribió "seguro estoy que no hay rey que tenga palacio ni castillo más hermoso y de tantas habitaciones doradas".


Éste documento se encuentra guardado en el British Museum de Londres.

Carlos III está enterrado en la Catedral de Pamplona junto a su esposa fallecida en 1415.

Posteriormente el castillo sería sede de la corte navarra desde los siglos XIV al XVI, siendo a partir de la anexión del reino de Navarra a Castilla en 1512 cuando comenzó el declive del castillo y por tanto su practicamente abandono y deterioro.


Por aquel entoncés seria residencia oficial de los virreyes de Navarra.

La trayectoria esplendorosa de Olite se vio abortada por una lamentable y dolorosa guerra civil, con dos bandos en litigio: agramonteses y beaumonteses; que se complicaría con la invasión en 1512 de las tropas castellanas del Duque de Alba.

A partir de ese momento la historia de Olite y también la de Navarra, da un viraje importante; el castillo pasa de ser sede real a palacio de los virreyes.


Es así como aquellos gruesos y fuertes muros medievales, acogen las visitas de otros monarcas como Felipe II, Felipe IV,que en 1630 le concede a Olite el título de ciudad, Felipe V, Fernando VII y Alfonso XII.

No podemos decir precisamente que en su nueva etapa de palacio de virreyes el castillo fuese mimado, ni mínimamente cuidado. Al contrario, el castillo de Olite poco a poco fue perdiendo todo el glamour que había llegado a tener.


En los primeros años del siglo XVII se fundieron cientos de arrobos de sus cañerías y de sus techumbres, con el consiguiente deterioro.

En el año 1718 se produce por parte del gobierno, a un intento de venta, que venía acompañado del ofrecimiento al comprador de un asiento en Cortes.

No había acabado todavía ese siglo cuando un voraz incendio destruyó una parte importante del edificio, afectando gravemente al artesonado y a toda la techumbre.



En 1813 el guerrillero navarro Espoz y Mina, durante la guerra de la independencia, incendió el castillo con el objetivo de que los franceses no pudieran hacerse fuertes en él, lo que acarreó practicamente la ruina del mismo. 

En su recorrido por Olite a finales del siglo XIX, Gustavo Adolfo Becquer nos da una visión romantica y nostalgica del castillo, con sus desnudas habitaciones y sus estancias vacias.

Sensible a ese lamentable estado, ante la vista del castillo derruido, no dudó en plasmar en su obra “Notas de un viaje por Navarra” las bellas impresiones que en él despertaba, he aquí un fragmento:

“Cuando el sol brilla y perfila de oro las almenas, aún parece que se ven tremolar los estandartes y lanzar chispas de fuego los acerados almetes; cuando el crepúsculo baña las ruinas en un tinte violado y misterioso, aún parece que la brisa de la tarde murmura una canción gimiendo entre los ángulos de la torre de los trovadores, y en alguna gótica ventana, en cuyo alféizar se balancea al soplo del aire la campanilla azul de una enredadera silvestre, se cree ver asomarse un instante y desaparecer una forma blanca y ligera”.


Finalmente, la Diputación Foral de Navarra, movida por todo lo que el castillo representaba en la historia del viejo Reino, compró el solar y las ruinas en el año 1913, doce años más tarde, en 1925, inició una compleja labor de restauración.

A partir de 1937, los arquitectos José y Javier Yarnoz Larrosa comenzaron las obras de restauración del castillo palacio, dandole el aspecto que hoy podemos contemplar.

Las obras de restauración finalizaron en 1967 siendo sufragadas por la Diputacion Foral de Navarra.



Es ese cambio de propiedad, aparentemente intrascendente en ese momento, el que permite una serie de acontecimientos que son los que hoy hacen que percibamos y sintamos a Olite como una pieza clave de la historia de Navarra.


Fue declarado Monumento Nacional conjuntamente con la iglesia de Santa María, el 17 de enero de 1925.

Esta bella construcción medieval ha sido centenares de veces utilizada como plató de películas, anuncios, series de televisión…


La Torre del Chapitel o del Reloj

Es la torre existente entre el "Cerco de dentro" romano y el "Cerco de fuera" medieval.

Se halla situada frente al castillo, en la plaza de Carlos III, en la que se pueden ver edificios de gran interés.






Inicialmente fue concebida como un puesto de control de productos y más tarde fue sede del concejo de la villa.

Se la llama también Torre del Reloj ya que, en su parte superior, albergó el primer reloj de campana de la Peninsula en el siglo XIV . 

Convento de San Francisco

Este convento, que se encuentra situado en los extramuros, en el umbral de la Ribera, es uno de los grandes conventos de Navarra.

Dice la leyenda que el convento fue fundado por San Francisco de Asís que se habría detenido en Olite camino de Santiago de Compostela.

La Reina Juana II reconstruyó en 1345 el primer edificio, acercándolo al Palacio Real.


Lo que hoy se ve es una reedificación del siglo XVIII con elementos reaprovechados góticos en la portada original del siglo XV que todavía conserva y en algunos sepulcros.

En su interior se conserva la imagen de la "Virgen de la Cólera". Se encuentra cerrado desde 2014.



La Iglesia de San Pedro 

La iglesia de San Pedro se ubica perfectamente orientada, en la esquina sureste del antiguo recinto amurallado del llamado “cerco de fuera”, presidiendo la Plaza El Fosal, desde donde se accede por la puerta principal, a los pies de la nave central.

Etimológicamente el nombre de la plaza la identifica como el cementerio del recinto eclesiástico.

Al norte de la iglesia se adosa un pequeño claustro, rodeado en sus caras norte y oeste por edificaciones seguramente pertenecientes al antiguo complejo conventual.

Se trata de un templo iniciado en estilo románico y ampliado en época barroca.

El edificio románico sufrió alteraciones en los siglos XIII y XIV en las que se añadieron algunos de los elementos más notables del recinto, como es la coronación de la torre por la extraordinaria aguja
gótica, símbolo de la silueta de la ciudad que se erige en el lado sur de la iglesia, a la altura del crucero coronada por una airosa flecha. 

Es la iglesia más antigua de las existentes en Olite, todo parece indicar que la de San Pedro era la iglesia principal de Olite desde época medieval y fue matriz de las iglesias de Santa María, San Bartolomé, San Miguel y otras, alcanzando el rango de Iglesia parroquial en el siglo XVI.

Destacan en el conjunto, la portada en su cara oeste de origen románico, uno de los elementos más antiguos que se conservan en la actualidad.

Otros elementos arquitectónicos se añadieron en época gótica tales como: el coro a los pies de la
nave central, la modificación de la bóveda de los pies de la nave del Evangelio para dar acceso al nuevo coro y los arcosolios de la nave de la Epístola y del claustro de origen románico.

Este último conserva valiosos capiteles adornados con escenas del Genesis. 

En el interior, en la cabecera de la nave de la epístola, se ubica la talla gótica de Santiago con su bastón de peregrino, la lápida votiva del notario Enequo Pinel y un retablo.

Atribuido al taller de Jehan Lome de Tournai, el escultor por excelencia de la corte de Carlos III el
Noble, el sepulcro gótico del notario Enequo Pinel, obra realizada en 1432 en alabastro policromado, es de una notable calidad artística que le confiere un puesto destacable de la imaginería gótica internacional.

Entre el conjunto de retablos Barrocos del interior destaca el Retablo Mayor realizado por Juan de Eguilaz hacia 1681 y dorado por Sebastián Carrasco en 1688 dedicado a San Pedro, con pinturas sobre lienzo del artista tudelano Vicente Berdusán.

Igualmente reseñables son las pinturas murales que se ubicaban en la capilla de la virgen del
campanal, situada bajo la torre, que fueron trasladadas en noviembre de 1955 al Museo de Navarra.

En ésta capilla actualmente se encuentra la talla gótica fechada hacia 1300 de la Virgen del Campanal.
 En el siglo XVI se añade un nuevo cuerpo a la Iglesia románica en su lado sureste, a continuación
de la capilla del Campanal, para albergar una capilla de planta cuadrada dedicada al Santo
Cristo.

En el verano de 1564 un rayo agrietó alarmantemente la torre. Ante ello se tomó la decisión de reforzar la torre alta con dos grandes macizos de piedra de sillería, en sus caras sur y oeste.

En el siglo XVIII se añadió un pórtico de acceso a la iglesia por la puerta lateral románica de
acceso a la nave de la epístola.

De la misma época es el remate de la torre del actual campanario a los pies de la nave del evangelio.

 En el siglo XIX dejaron de practicarse enterramientos en su interior para pasar a realizarse en el
nuevo camposanto, junto a la iglesia de San Bartolomé.

En 1851, tras la firma del concordato con la Santa Sede, pasa la parroquia a depender del Obispado de Pamplona.


El conjunto eclesiástico de San Pedro de Olite alcanzó el rango de monumento Histórico-Artístico por orden ministerial de 7 de abril de 1975.

 Visitas y accesibilidad
Actualmente los oficios litúrgicos tienen lugar de lunes a sábado, a las 10:00 y domingos y festivos,
a las 10:00 y a las 12:30.

El Gobierno de Navarra, el Arzobispado de Pamplona y Obispado de Tudela, han firmado un convenio de colaboración (Plan plurianual de Apertura de Iglesias y Monumentos) para facilitar el acceso a los templos en la temporada estival.

 

Por ello las iglesias de Santa María y San Pedro de Olite se abren los fines de semana de 11 a 13 horas y de 17 a 19 horas.Visita guiada.
Contactar con la empresa Guiarte. Telf.: 948 74 12 73 - 629 87 16 11.

Las Galerias subterraneas

Frente al castillo se extiende alargada la plaza de Carlos III, construida en el espacio existente entre el "cerco de dentro" romano y "el cerco de fuera" medieval, en la que se pueden ver edificios de gran interés.

Bajo el suelo de la plaza se encuentran dos galerias medievales subterraneas paralelas, unidas por un muro común y soportadas por arcos fajones que se corresponden con los puentes del portal sur del primitivo “Cerco de Dentro”.

Al crecer la villa en el siglo XIII pierden su función defensiva pero se les dio una utilidad como taller de cantería, mercado, etc, alargándolas hasta los 50 metros.

Actualmente albergan una exposición sobre la antigua corte olitense.

En distintas excavaciones, también se han encontrado galerías menores en otros puntos de la ciudad.

Hemos recorrido Olite y visitado algunos de los lugares emblemáticos de esta bella ciudad, todavía nos quedan lugares que descubrir, calles que recorrer, algunos tan emblemáticos como el Monasterio de Santa Clara del que haremos una reseña.

En Olite se encontraba la orden hospitalaria de San Antón, antigua fundación de los antonianos de carácter hospitalario y actual convento de clausura de las monjas clarisas, que atendia a los peregrinos.


La huella del paso de los peregrinos jacobeos por Olite se plasma en la decoración de sus iglesias o en los archivos de la ciudad donde se conservan mandas testamentarias de personas que ofrecian dinero para que un peregrino acudiese a Santiago a rezar por su alma.

En el conjunto monastico, destaca por su interés la iglesia, cuyo origen se remonta al siglo XIII, si bien fue reformada en los siglos XVII y XVIII, y el retablo rococó destinado a Santa Engracia así como un Cristo hispano-flamenco.



Para ampliar más la información sobre Olite y sus monumentos aquí dejo unas web:
http://www.olite.es/

Nosotros nos vamos de Olite con un dulce sabor en la boca...

Tienen unas almendras garrapiñadas deliciosas, hasta la próxima.