jueves, 17 de diciembre de 2015

SÉLESTAT Y HAUT-KOENIGSBOURG

Desde Estrasburgo nos vamos a Sélestat.

Para ello podemos optar por montar nuestro campamento base en Estrasburgo y desplazarnos en tren con recorrido directo.

El trayecto dura escasos veinte minutos, aquí dejo el enlace para los precios y horarios.
 https://horarios.captaintrain.com/trenes/strasbourg/selestat

 Nota:

 En la estación encontraremos también los autobuses que nos llevaran al castillo de Haut-Koenigsbourg.


O bien, continuar nuestro viaje en coche.

Si no deseamos regresar a Estrasburgo, aquí dejo el enlace de esta página que puede sernos útil a la hora de buscar alojamiento, donde comer o simplemente más información.

http://www.france-voyage.com/francia-ciudades/orschwiller-26706/castillo-haut-koenigsbourg-12067.htm

Para ello salimos de Estrasburgo por la mañana dirección Sélestat que se encuentra situado a 47 km al sur desde Estrasburgo dirección Mulhouse.


Sélestat se encuentra en la planicie de Alsacia, a los pies de los Vosgos.

El río Ill atraviesa la ciudad y su territorio está en gran parte cubierto por las partes húmedas del Grand Ried.


La mejor forma de descubrir esta pequeña ciudad es caminar por sus calles.

Los encantadores callejones nos llevarán al barrio de los monumentos, con su famosa Biblioteca humanista, sus iglesias gótica de Saint-Georges y románica de Sainte-Foy.

Continuaremos descubriendo el Chateau d'Eau o Torre del Agua, el Ayuntamiento, la casa del Beatus Rhenanus, la Tour du L'horlogue o Torre del Reloj, hasta llegar a las orillas del Ill, dónde las viejas casas alsacianas contemplan impertérritas, las fachadas de los edificios modernos de la ciudad.

La leyenda dice que Sélestat fue fundada por el gigante Sletto, de  dónde viene el nombre aleman de Schlettstadt.


Además de monumentos e iglesias, es agradable realizar una visita por el Vieux Sélestat, el casco histórico de la ciudad, un lugar impresionante reconstruido después de la posguerra, que alberga cientos de tiendas en casas con entramado de madera.

En las calles aledañas, todos los martes de 8h a 12h hay un mercadillo que data de 1435.


El Château d´Eau se encuentra en la entrada norte en la plaza del General de Gaulle.

Fue construido en 1906 para el almacenamiento y la distribución del agua con una torre de 50 metros y 500 metros cúbicos.


La Bibliothèque Humaniste o Biblioteca Humanista, fue construida entre los siglos XV y XVI.

En realidad se trata de la unión de dos bibliotecas: la de la Escuela Latina de Sélestat y la del gran humanista Beatus Rhenanus.


 En 1441, el cura Jean de Westhus y el Magistrado pusieron a la cabeza de esta escuela a un educador de gran talento, Louis Dringenberg, quien introdujo los métodos pedagógicos del humanismo renano.


Este maravilloso lugar custodia celosamente un misal merovingio del siglo VII, un tratado de arquitectura romana del siglo X, y una copia de la Cosmograpiae Introductio, impresa en 1507 en la ciudad de St.-Dié, en la que aparece la palabra América aludiendo al Continente para nombrar al Nuevo Mundo por primera vez.


Además, pueden apreciar y conocer estas reliquias gracias a hojas explicativas dispuestas en seis idiomas distintos.

Para conocer un poco mejor la historia de esta biblioteca y no alargar en exceso el post, aquí dejo el enlace.
http://www.bibliotheque-humaniste.eu/espagnol/07_biblio.htm 



A 50 metros de la Bibliothèque Humaniste, se encuentra la Maison du Pain.

En este lugar se explica, por panaderos locales, el arte de la realización del pan.


Muy cerca de allí encontraremos la Église St-Georges, que destaca por ser una de las iglesias góticas más bellas de Alsacia.

Dicha iglesia fue construida entre los siglos XII y XV.


 En la entrada se encuentra una pequeña estatua que hace referencia al nombre de “Elsa” fechada en 1890.

Muy cerca de ella, la Église de Sainte-Foy.


Se trata de una iglesia de estilo románico del siglo XII, restaurada completamente durante el siglo XIX.

La tradición medieval relata la historia de los mártires y milagros de Sainte Foy, una joven cristiana que se dice que fue martirizada durante el reinado del emperador Diocleciano, tal vez en el año 303.


Dicho martirio fue registrado en un libro titulado El libro de los milagros de Sainte-Foy, la primera escritura del cual es atribuida a Bernardo de Angers, en el siglo XI.


El priorato de Sainte-Foy de Sélestat poseía un ejemplar que data del siglo XII, considerado como la versión más completa escrita en minúscula carolingia en pergamino.


El libro estuvo integrado en la biblioteca del Beatus Rhenanus, gran humanista del siglo XVI, después regresó a la Biblioteca Humanista de Sélestat.


Sobre la cima del monte Stophanberch, a 755 mts. de altura y a unos 20 minutos de Sélestat, emerge el Castillo de Haut-Koenigsbourg. Vayamos a conocerlo un poco mejor.

  
Castillo de Haut-Koenigsbourg .

Si hemos optado por venir en coche, hay unas 150 plazas gratuitas disponibles de aparcamiento.

También un dato interesante es que la visita puede llevarnos 1 hora, pero el tiempo medio, tomándolo con calma y disfrutando de la visita, es de entre 1.30 horas y 2 horas.


Los primeros cimientos del Castillo de Haut-Koenigsbourg datan de 1147.

Desde una altura de 700 metros, el Castrum Estuphin (nombre original del castillo) emergía vigilando las principales rutas de la región, en una maqueta, antes de acceder a la entrada, nos podremos hacer una idea de su grandeza.

 La historia cuenta que sus primeros incidentes acontecieron con su destrucción en 1462, pasando de los Tiersteins a los Habsburgo, reconstruido y ampliado con un sistema defensivo resistente el fuego de artillería.

 Entre 962 y 1806, el Rin estaba sujeto a los dictados del Sacro Imperio Romano, una alianza de varios territorios de la Europa Central con diferentes intereses.

Los castillos del Rin, de los que quedan pocos restos, reflejan su turbulenta historia, que se remonta a la época feudal, cuando los señores de tierra los construían como protección en forma de fortaleza contra la invasión y para recaudar los peajes de los barcos que pasaban por su camino.


Estos castillos fueron construidos generalmente en la parte superior de los acantilados, con vistas al río y las aldeas de abajo.


La impresión de poder que se desprende del castillo de Haut-Koenigsbourg la proporcionan tanto su extensión, con una superficie de 1,5 hectáreas, como el escalonamiento de los conjuntos de la piedra rosa característica de los Vosgos.

El castillo fue originalmente una fortaleza para proteger las rutas comerciales de la plata, la sal, el vino y los comerciantes de grano de oeste a este. Su construcción data del siglo XII.

Durante los siglos ha sido testigo de rivalidades entre  reyes y emperadores.

Ha tenido ilustres propietarios que han marcado su historia y vivido numerosos eventos que han cambiado su edificación.

Tres grandes épocas han marcado su construcción. 

Desde el siglo XII hasta la primera mitad del siglo XV varios ocupantes se repartieron el castillo.

A partir de 1479, fue reconstruido para adaptarse a la artillería con cercado exterior a la altura de la ruptura de pendiente, que impedía a los cañones enemigos tomar posición, plataforma de artillería y torres de defensa en los gruesos muros.


Continuamos la historia con una etapa de desolación, en que la artillería sueca en la Guerra de los Treinta Años, acabó invadiéndolo y asediándolo para finalmente destruirlo en 1633.

Así queda abandonado los siguientes 200 años, convirtiéndose en refugio de los bandoleros que asolaban los campos de Alsacia.


El comienzo del siglo XX se caracteriza por la rehabilitación del castillo después de dos siglos y medio de abandono.

En 1899, el  Kaiser alemán Wilhelm II de Hohenzollern encargó su reconstrucción para convertirlo, no una residencia imperial, sino en un museo de la Edad Media.

Dicha reconstrucción se realizó para celebrar así la recuperación de Alsacia por parte de Alemania en ese momento y hacer de él símbolo del imperio resucitado y del pasado germánico de Alsacia.


Por el Tratado de Versalles en 1919, Francia se convirtió en propietaria de parte de los bienes de la corona alemana y consiguió recuperar el castillo de Haut-Koenigsbourg.

Hoy en día sigue siendo un museo, adentrarnos en sus muros es viajar irremediablemente al medievo.


Aunque de construcción reciente, el castillo respeta fielmente la arquitectura medieval.

Resulta impresionante el refinamiento de sus salas interiores, con pinturas murales, muebles renacentistas y enormes estufas de hierro.


En los sótanos se conserva una colección de armas de la Edad Media que incluye ballestas, espadas de todo tipo y armaduras.


Horarios

Noviembre a Febrero de 9.30h a 12h y de 13h a 16.30h.

Marzo y Octubre de 9.30h a 17h.

Abril, Mayo y Septiembre de 9.15h a 17.15h y de Junio a Agosto de 9.15h a 18h, cerrando la taquilla 45 minutos antes del cierre.


Los precios a fecha de este post son:

9 € tarifa general, de 6 a 17 años y discapacitados 4 €, entrando los menores de 6 años de forma gratuita.

Aquí dejo el enlace para mayor información.
 http://www.haut-koenigsbourg.fr/en/


NOTA:
En este caso nosotros pasamos por una mala experiencia ya que, la consideración de discapacitado para ellos, era con una discapacidad mínima del 80%.

No es así en el resto de monumentos que hemos visitado en nuestros viajes por Francia.

Costó muchisimo que entendieran que en España el sistema de porcentaje es muy diferente e inferior al de otros países.

Los discapacitados en silla de ruedas tiene la entrada a la zona de audiovisuales gratuita. No está adaptada la visita para ellos al recorrido.


Tras pagar la entrada, a la izquierda, se accede a un recinto interior, donde también se encuentran otro tipo de estancias y alguna pequeña tienda.

Es entonces cuando se entrega el ticket y comienza la visita, propiamente dicha, de camino único por todos los entresijos del castillo.

 Vayamos con una breve reseña de la visita:

Sus muros exteriores rodean un área de aproximadamente 270 m de largo y 40 m de ancho.

Entramos por la planta baja, pasando la puerta y el cuerpo del rastrillo se llega al patio, donde se encontraban las dependencias de intendencia que garantizaban la autonomía del castillo en caso de asedio.


Aquí se pueden ver la posada, convertida en restaurante, tienda y librería, las caballerizas, una fuente, la fragua y el molino.

Una rampa bordeada de saeteras nos lleva a la portada de los Leones y al foso que separa la zona destinada a vivienda del resto del castillo.


Al filo del peñasco sobre el cual se alza esta parte puede verse un pozo fortificado de 62 m de profundidad.


En los bajos, una magnífica reconstitución medieval del cuerpo de viviendas, se ven asimismo la despensa, al oeste, y las cocinas, al norte.
El castillo también posee una primera y segunda plantas y unos hermosos jardines.


La primera planta nos da la imagen de lo que fueron las viviendas.


Del patio interior parten dos escaleras de caracol que suben a las plantas superiores y al sur del mismo se ven dos balcones adornados con representaciones de los Nueve de la Fama.

 Los aposentos, sala de estar y dormitorio, ocupan los flancos norte y sur.

 Los de la zona Norte se presentan como una serie de habitaciones interconectadas, con las paredes decoradas con paneles de madera.


Las habitaciones del Sur estaban reservadas para la residencia Tierstein, además de una pequeña capilla.


En la segunda planta, podemos apreciar muy bien el proceso de restauración llevado en el Castillo desde 1900 hasta 1908, aunque ya fue en 1865 cuando la localidad de Sélestat lo adquiere sin llegar a llevar acabo un proyecto concreto.


De esta restauración, la cámara de las emperatrices y la antecámara o la Alcoba del Kaiser, con un águila imperial y el lema de Prusia, nos hablan bien de ello.

 Al oeste se encuentran los grandes salones: sala mayor, sala Lorena y sala de armas.


En el primero de ellos, uno de los frescos de Léo Schnug, experto en perspectiva, representa el asedio del castillo en 1462.

 Unas galerías de madera y plomo dan acceso a la sala de trofeos y la armería.

 La torre del homenaje por su parte, situada en los niveles superiores restaurados, se alza al este.

 Los muebles y armas de los siglos XV y XVII, fueron comprados a principios del siglo XX para recrear el ambiente de un castillo medieval.


Subiendo unos escalones llegaremos al puente levadizo desde donde podremos acceder al patio interior y al Jardín Medieval, que data de 2001.


Este jardín pretende representar los aspectos de la época medieval, con enrejado de mimbre, arbustos, huertos, plantas medicinales y un jardín de rosas.

Hacia el lado oeste, tras atravesar el Alto Jardín y un segundo puente levadizo, llegamos al Gran Bastión.

 Se trata de un edificio defensivo medieval flanqueado por dos torres con una magnífica panorámica:


 Al norte las ruinas de los castillos de Franckenbourg, Ramstein, y Ortenbourg.

 Al sur el Hohneck, en lontananza, el Grand Ballon y la ruta de los Vinos.

  Al este, en la otra orilla del Rin, los montes de Kaiserstuhl y la Selva Negra detrás.

 Y al oeste, a unos 200 m, se levantan las ruinas del castillo de Oedenbourg, también conocido como pequeño Koenigsbourg.

Bien, hasta aquí nuestro viaje al pasado, ahora regresemos al presente para continuar recorriendo esta bella región llamada Alsacia.

Próxima parada: COLMAR.