domingo, 15 de enero de 2017

BARCELONA : EL LABERINT D'HORTA


Nos encontramos en Barcelona y ahora vamos a descubrir uno de los espacios con más belleza de la ciudad, sus jardines, su estructura y la arquitectura lo convierten en un lugar ideal para perderse.

Se trata de un lugar poco conocido por el turismo y que vale la pena disfrutar.

El Laberint d'Horta:


El parque del Laberint d'Horta se encuentra al nordeste de la ciudad de Barcelona, en el distrito de Horta-Guinardó.

Cómo llegar a El Laberint d'Horta de Barcelona:

Tomaremos el metro L3 y bajaremos en parada Mundet.
También podemos llegar en los autobuses 27, 60, 73, 76, B16, B19, N4.
 
 El parque abre a las 10 de la mañana y el precio de la entrada es de 2.05 euros pero los domingos la entrada es gratuita.

 No se puede acceder al recinto con perros, bicicletas ni patines.

 No se permite jugar a la pelota y tampoco se puede hacer picnic en el interior.

 En el exterior sí que hay una zona de picnic, una zona de juegos infantiles, bar, aseos y una fuente.

   Con una superficie de 9,1 ha, es el parque más antiguo que se conserva en Barcelona, está ubicado en la antigua finca de la familia Desvalls, a los pies de la Sierra de Collserola.

 Contiene un jardín neoclásico del siglo XVIII y un jardín romántico del siglo XIX.


 Juan Antonio Desvalls y de Árdena fue un noble hacendado, ilustrado y científico que nació en Barcelona en 1740 y murió en la misma ciudad en 1820. 

 Se casó con Manuela Árdena Cartellá, marquesa de Llupiá que fué quien aportaría a la familia la finca de la Torre Subirana, donde años depués, su nieto construyó este jardín.


  Lugar extraño y misterioso, dicen que este parque consituye uno de los jardines iniciáticos a la masonería.

 Su historia se remonta al año 1791, año en el que fué construido por el sexto marqués de Llupiá, Joan Antoni Desvalls i d’Ardena, en el siglo XVIII.


  Para ello contó con la colaboración los arquitectos Domenico Bagutti,  Jaume y Andreu Valls, quienes diseñaron un jardín neoclásico y cuya construcción estuvo a cargo del jardinero francés Joseph Delvalet.



En el En el siglo XIX el parque fue ampliado por los descendientes del marqués,
 incluyendose entre otros elementos, el jardín Romántico. 
 
El jardín fue el protagonista de recepciones a personajes tan ilustres como el rey Carlos IV o Alfonso XIII.

En el año 1967 la familia entregó la propiedad del parque al Ayuntamiento de Barcelona, quien lo restauró y abrió al público en 1971.

  El jardín Neoclásico:

Este jardín se distribuye por tres terrazas superpuestas en cuyo centro de dicho jardín se encuentra una escultura de Eros.



En la terraza siguiente encontramos un mirador, así como varias fuentes y estatuas con mitos y dioses clásicos.

 De las más hermosas la de Dánae y Artemisa.




  Además contiene varias grutas, una de las más llamativas es la que contiene la cabeza del minotauro de la que emana agua.

Un gran número de piezas escultóricas repartidas por el parque nos trasladan al mundo de la mitología griega.

 En la terraza intermedia, por encima del laberinto, destacan dos templetes de estilo italiano con estatuas de Danae y Ariadna con columnas toscanas.


En la primera terraza inferior nos encontramos el famoso jardín del Laberint, que además da el nombre al parque.

 En su entrada figura en mármol una representación de la mítica leyenda de Ariadna y el laberinto.


El Parque del laberint d' Horta, como su nombre indica, cuenta con un divertido y bien cuidado laberinto de cipreses recortados.

 En la terraza inferior, donde está el laberinto, hay un relieve de mármol con Ariadna y Teseo y en el centro hay una estatua de Eros.

Tiene 750 metros lineales y pone a prueba la orientación y la paciencia de todos los que se atreve a entrar.

 Entrar es muy fácil pero salir...eso ya resulta una tarea más complicada.

  Lo que sí permite es recibir ayuda desde el exterior. Pero ¿quien quiere ayuda?, las risas y la diversión estan aseguradas.

Era por aquí, por aquí ya hemos pasado, giramos a la derecha, aquí el camino está cortado, giramos a la izquierda, no puede ser, debería ser por ahí …

 Estas son las frases que más se escuchan cuando nos encontramos dentro del Laberinto.


 Parece muy fácil encontrar la salida pero es necesario dar muchas vueltas, girar a derecha e izquierda y pasar dos o más veces por el mismo lugar, antes de encontrar la salida.

 Haciendo de distribuidor de la escaleras y a la salida del laberinto nos encontramos con una estatua
de Dafne, en actitud de huida ante el acoso de Apolo.
  En la tercera terraza se levanta un pabellón dedicado a las nueve musas coronado por una escultura que representa el arte y la naturaleza.

 El Pabellón de Carlos IV es de estilo neoclásico italiano.

 Contiene esculturas como las de Apolo y un precioso estanque con la fuente de Egeria.

  Detrás del pabellón hay un gran estanque abastecido con agua para la fuente de la ninfa Egeria y grandes peces que le dan vida.


 Al lado de la gran escalera que sube al tercer nivel se encuentra un busto de Dionisio, dios del vino y de la exuberancia.


El parque cuenta con diversos rincones, que retornan a las tradiciones clásicas, llenos de simbolismo masónico.


Consta de dos espacios diferenciados:

 El bosque, símbolo del inconsciente, de la obsesión, de nuestros miedos y el jardín, símbolo de la organización y mente serena que ha logrado el dominio de sí misma.


Por lo que representa ir del caos al orden, como un trabajo de creación genesíaca.


Los dos delfines de los que mana agua en el estanque de la terraza superior, son símbolo de la dualidad y reflejan el mundo del espíritu.


El agua simboliza el flujo de pensamientos y el entrelazamiento de los delfines evoca también movilidad.

  Pero el agua que manan, va a parar a un estanque cuadrangular, símbolo de la perfección conseguida mediante la práctica del arte.


En el centro del jardín, en varios niveles, el laberinto, los dos templetes, el estanque con la estatua de los delfines y la cueva de Narciso suponen diversos niveles de orden rodeados de simulacros de bosque.


 Finalmente, las alusiones al laberinto, implican búsqueda al amor, sintonía de opuestos.

 Este parque destaca especialmente por su increíble belleza, en la que sus composiciones vegetales, fuentes, esculturas, balsas, estanques, etc, forman un perfecto mosaico natural de color.


El Parque del Laberint es un lugar tranquilo donde poder pasear, descansar, leer el periódico, relajarse en los distintos espacios que tiene y perderse para contemplar una exhibición espléndida y variada de plantas, flores y vegetación.



  Por último el jardín Romántico está compuesto por grandes árboles y por una bella cascada.

 Hay rincones para descubrir cómo la puerta china, la gruta del minotauro, el canal romántico o la cascada artificial creada con rocas.



  Parterres, plazas a la sombra de grandes árboles, el refugio del campesino, la cabaña del ermitaño e incluso un falso cementerio forman parte del parque.


También encontrararemos agua por todas partes: un lavadero, cascadas, arroyos, charcas, manantiales y fuentes, que con su suave murmullo nos acompañaran en todos los rincones del parque.

El jardín doméstico y el jardín de los bojes completan este parque donde el color protagonista es el verde de la vegetación.


Además toda la zona se halla rodeada de un bosque mediterráneo, que hace del lugar todo un conjunto natural exuberante y de gran belleza.


Todo el parque cuenta con una rica variedad de especies como el ciprés del Himalaya, árbol de Júpiter, encina, roble, hiedra, flor de amor, lecho, rusco, fresno, etc.


Mientras paseamos, podemos encontrar a multitud de fotógrafos profesionales junto a sus modelos realizando su trabajo.


Como anécdota, comentar que en este parque se rodó una escena de la película “El Perfume”.


Justo cerca de la entrada al parque se encuentra el antiguo palacio de la familia Desvalls, un edificio con elementos de estilo neoárabe y neogótico y que conserva una antigua torre medieval de defensa: la Torre Subirana.



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