lunes, 23 de marzo de 2015

GIRONA : TEMPS DE FLORS


Hay dos temporadas especiales para visitar Girona: a principios del mes de mayo, en el llamado Girona Temps de Flors y en octubre, en Fires, que son las fiestas de la ciudad.

Durante todo el año, recorrer las calles del Barri Vell, impregnadas de historia, nos llevaran de la mano a la época de los romanos y especialmente a la de la reconquista, por su Call judío.

Adentrémonos pués en esta ciudad, su historia y sus leyendas.


El territorio, donde nacería posteriormente Girona, era una llanura rica en cauces de agua, confluyen cuatro ríos, con abundantes bosques. Esto permitía a los hombres subsistir gracias a la caza y la recolección.

 La economía de producción apareció en el neolítico, con la cerámica y la piedra pulida.





 Antes de la fundación de Gerunda por los romanos, había importantes poblados íberos que se repartían la hegemonía del territorio y comerciaban con Ullastret y Empúries gracias a los excedentes de la agricultura y la ganadería.


La leyenda de la fundación de la ciudad se atribuye a un personaje mitológico: Gerión, a menudo representado como un niño gigante de tres cabezas, hijo de Crisaroe y Calirroe.

 Una anécdota curiosa, hoy en día, Gerió es el nombre con el que se conoce a uno de los trenecitos turísticos que recorren el casco antiguo de Girona.


Para conocer un poco mejor Girona, aquí dejo el enlace del museo de historia.

http://www.girona.cat/museuhistoria/esp/index.php

Recomiedo entrar en la página para ver los horarios y precios, ya que ofrece diferentes descuentos, así como gratuidad para discapacitados y acompañante, estudiantes de la escuela de idiomas, jubilados...




Pero, sigamos con la leyenda :

 Gerión poseía su reino en una isla en el Océano Atlántico, el cual se extendía hasta los confines de la legendaria Tartessos.

 En el intento de expandir su reino, se acercó a los límites de la península Ibérica, donde fundó una ciudad, a la que dio su nombre de Geriona.

En su reino, poseía unos magníficos bueyes pelirrojos que causaban la envidia de muchos, incluyendo a Euristeo, que ordenó a Hércules robarlos.





El deseo de conquista se vio interrumpido por Hércules, que lo mató en el décimo trabajo.

Hasta aquí la leyenda, pero ahora comencemos con la historia:

El casco histórico o Barri Vell de Girona es uno de los más evocadores de Cataluña y atesora –esa y no otra es la palabra– algunos elementos monumentales únicos en Europa. Un somero repaso debe contemplar la catedral, la muralla, la herencia árabe y la judía. Señera y orgullosa, la Catedral de Santa María es el icono más visible de Girona. Es sin duda el legado histórico más grandioso de la ciudad y por algo es Monumento Histórico Artístico Nacional. Sobre los restos de una antigua basílica romana, fue construida entre los siglos XIV y XVII. De ese momento primero conserva el claustro y el antiguo campanario, la Torre de Carlomagno. Pero si algo la ha hecho famosa es que posee la nave gótica más ancha del mundo y la segunda de cualquier estilo arquitectónico: casi 23 metros de espacio abovedado. Solo San Pedro del Vaticano le gana en anchura.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/1836775/0/girona/catedral-muralla/barrio-judio/#xtor=AD-15&xts=467263
 Gerunda se construyó sobre un poblado ibérico, lo que probablemente explica su forma triangular inusual de una ciudad romana.

  Hace cerca de dos mil años, los romanos fundaron Gerunda por su situación estratégica, controlando así las comunicaciones norte - sur.

 En aquel tiempo, en el período de las guerras sertorianas, del 82 a.c. al 72 a.c., un joven general Romano, Gneo Pompeyo, fue enviado a Hispania para contrastar el poder de Sertorio.


  Es a él a quien se atribuye la construcción de un Oppidum sobre la antigua calle Heraclea, dónde precisamente confluyen cuatro ríos, el Onyar, el Güell, el Galligants y el Ter.

Posteriormente a este Oppidum se le llamará Gerunda, un lugar que resultará importante a nivel estratégico ya que se hallaba unido por el río Ter al puerto de Empuries.

 Esta ciudad, derivada de la negociación en su posición geográfica, la vía Augusta y los ríos que conducen al mar conectando luego con el puerto romano de Empuries, hicieron que disfrutara de una gran prosperidad.

Construyeron poderosas murallas y sumaron su perímetro al terreno natural, dando lugar a una ciudad de planta casi triangular.

 La ciudad romana llegó a tener entre mil y dos mil habitantes, que vivían en un trazado urbano regular de calles paralelas y perpendiculares.

  Durante las persecuciones de Diocleciano, Daciano, en 303-305, San Félix, el africano, procedente de Scilla en Mauritania, fue martirizado.

 También San Narcís fue asesinado, convirtiéndose posteriormente en el Santo Patrón de la ciudad.



A consecuencia de la decadencia del imperio romano, en el 476 la ciudad quedo bajo la hegemonía visigoda hasta el 715.

En el mismo tiempo la religión cristiana se difundió en la Hispana romana y visigoda.

Durante la Revuelta de la Paz, efectuada por Paolo de Toledo, Flavius Paulus se hizo proclamar y coronar soberano, en la Iglesia de Gerunda, con la corona de oro usada del rey Recaredo.

 Por esto Gerunda fue conquistada por Wamba, rey de los Visigodos.

 Posteriormente, Girona sufrió el dominio musulmán convirtiendose en la capital del condado y en la Edad Media, acogió una de las comunidades judías más importantes de la península, donde vivieron hasta su marcha hacia el exilio.

De esa época queda la sinagoga del barrio judío el Centro Bonastruc Ça Porta que lleva el nombre de un importante maestro que creó la escuela cabalística y que podremos visitar.

 La ciudad medieval se fue configurando entre los siglos XI y XV con nuevos barrios surgidos en torno a la Força Vella, al norte, los de Sant Feliu y Sant Pere, al sur el Areny y la Vilanova, y al oeste, el Mercadal.

 Todos ellos protegidos con nuevas murallas algunos de cuyos tramos podemos recorrer hoy en día.

 El viejo recinto amurallado romano quedó pequeño y la ciudad se expandió hacia ambos lados del río Onyar.

  Con el feudalismo experimentaría una época importante de crecimiento, llegando a ser durante los siglos XIV y XV la segunda ciudad de Catalunya.

  Su población máxima llegó a unos 10.000 habitantes.


  Los inicios de la Guerra de la Independencia o Guerra del Francés hay que situarlos en los acuerdos del Tratado de Fontainebleau en 1807, en los que España y Francia se repartían Portugal.

La guerra y la ocupación francesa duraría desde 1808 a 1814.

En 1808, el general Duhesme intentó sitiar la ciudad de Girona con 6.000 hombres.

 Además, Napoleón envió 7.000 soldados y abundante artillería bajo el mando del general Reille, con la misión de tomar el castillo de Figueres, la ciudad de Roses y luego unirse al sitio de Girona.

  El 9 de agosto, los sitiadores recibieron más refuerzos con la misiva de levantar el sitio de Girona y acudir a la ciudad de Barcelona.

 Antes de abandonar, inician un último asalto, pero los defensores de Girona, con la ayuda de una columna de socorro, consiguen realizar un ataque que obliga a los franceses a levantar el sitio.






En 1809 comienza el segundo sitio de Girona, después de un fuerte bombardeo, la ciudad de Girona, con una guarnición mermada por el hambre y las epidemias, fue tomada el 10 de diciembre.

Con la caída de Girona comenzaría la auténtica conquista de Catalunya.

 En abril de 1812 se inicia la Reconquista y sitio del castillo de Figueres: el capitán José Casas, con 1.000 hombres, consigue acceder a la plaza y capturar a toda la guarnición francesa.

  La ciudad de Girona perdió la mitad de la población y sufrió las graves consecuencias de este desgaste económico y social hasta bien entrado el siglo XIX.

  La desamortización de los bienes eclesiásticos liberó suelo urbano para la construcción de viviendas, para la implantación de industrias y también para llevar a cabo proyectos urbanísticos.

  La ciudad da un paso hacia la modernidad. En el año 1833 se le otorga la capitalidad de la provincia, la ciudad se consolida como una ciudad de servicios. Como anécdota, cabe señalar que Girona fue la primera ciudad de España en tener alumbrado público eléctrico en 1886.

En los inicios del siglo XX, Girona experimentaría un gran auge socioeconómico y cultural que la llevaría a ser el segundo núcleo cultural de Catalunya. Prueba de ello es que pasa a ser lugar preferido por artistas famosos de toda índole, como Dalí por ejemplo.

http://www.girona.cat/museuhistoria/esp/index.php



LA CATEDRAL
eñera y orgullosa, la Catedral de Santa María es el icono más visible de Girona. Es sin duda el legado histórico más grandioso de la ciudad y por algo es Monumento Histórico Artístico Nacional. Sobre los restos de una antigua basílica romana, fue construida entre los siglos XIV y XVII. De ese momento primero conserva el claustro y el antiguo campanario, la Torre de Carlomagno. Pero si algo la ha hecho famosa es que posee la nave gótica más ancha del mundo y la segunda de cualquier estilo arquitectónico: casi 23 metros de espacio abovedado. Solo San Pedro del Vaticano le gana en anchura.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/1836775/0/girona/catedral-muralla/barrio-judio/#xtor=AD-15&xts=467263LA CATEDRAL

  La catedral de Santa Maria es famosa por tener la nave gótica única más ancha del mundo, 23 metros de ancho y 35 de alto.

 Siendo la nave más ancha de cualquier estilo excepto la de San Pedro de Roma que mide 25 m, es la mayor de arte barroco y una de las más singulares de Europa. 

Horarios
De abril a octubre: de 10 a 19.30 h.
De noviembre a marzo: de 10 a 18.30 h.
  

 Tarifas
La visita cultural incluye la nave, el Tesoro y el claustro, así como la visita a la Basílica de Sant Feliu.

Entrada regular: 7 € (incluye audioguía)
Entrada reducida: 5 € jubilados y estudiantes con acreditación (incluye audioguía)
Menores de 16 años: 1,20
Entrada gratuita: menores de 7 años, miembros de órdenes religiosas y todos los domingos.
 No ofrece descuentos especiales para familias numerosas ni para discapacitados.

 Para información de las horas de culto aquí dejo el enlace de la web.
http://www.catedraldegirona.cat/es/catedral-de-girona-y-basilica-de-san-felix.aspx 






 La Catedral fue construida entre los siglos XIV y XV, sobre los restos de un antiguo templo románico, tratandose de un templo gótico de una sola nave.

 De ella destacaremos la escalinata que nos lleva al templo, con sus 99 escalones, construida al siglo XVII.






En el més de mayo, en la semana de " Girona Temps de Flors",  podremos admirar la magnífica decoración floral que cubre esta escalinata como si de un manto se tratara.

Otra fecha reseñable es Semana Santa, concretamente el Viernes Santo.

  Esta escalinata se llena con los retumbes de los tambores. En ella, los soldados romanos, llamados Manaies, montan guardia mientras el paso del Santísimo es subido a la carrera por dichos escalones a redoble de tambor.

 La fachada no se finalizó hasta el 1962, en que se instalaron las últimas esculturas.

 El campanario o Torre de Carlemany, cuenta con una altura de 67 metros y contiene en su interior 6 campanas.






El claustro, de planta trapezoidal, es uno de los más destacados de Cataluña.

 Fue construido en el siglo XII. Consta de cuatro galerías cubiertas, sus arcadas están decoradas, por dentro y por fuera, al igual que los pilares y los capiteles.

En el interior de la catedral se encuentra el sepulcro de Ramón Berenguer “Cap d’Estopas”, hijo del conde de Barcelona.


El museo de la Catedral expone las reliquias y objetos de valor que tiene en su posesión el Capitulo de la Catedral de Girona.

 Entre los más importantes encontramos el Beatus o Libro del Apocalipsis, del año 975 o el Tapiz de la Creación, obra románica del siglo XII.

La Catedral esta clasificada como Monumento Histórico - Artístico Nacional.
 
 EL ANGEL DE LA CATEDRAL 

 El Ángel de la Catedral lo encontramos situado en la parte más alta del edificio.

 Originalmente este ángel llevaba los ojos vendados ya que representaba la Fe que como todos sabemos es ciega.

 Pero al restaurarla colocaron la cabeza sin venda ya que, por la lejanía, la venda no se apreciaba y todo el mundo conocía esta figura como “el Ángel” ya que, lo que si se aprecia, son sus alas.

 Vamos con otra leyenda, Girona cuenta con innumerables leyendas, relataremos algunas de ellas.

 La leyenda de la bruja de la catedral.

Señera y orgullosa, la Catedral de Santa María es el icono más visible de Girona. Es sin duda el legado histórico más grandioso de la ciudad y por algo es Monumento Histórico Artístico Nacional. Sobre los restos de una antigua basílica romana, fue construida entre los siglos XIV y XVII. De ese momento primero conserva el claustro y el antiguo campanario, la Torre de Carlomagno. Pero si algo la ha hecho famosa es que posee la nave gótica más ancha del mundo y la segunda de cualquier estilo arquitectónico: casi 23 metros de espacio abovedado. Solo San Pedro del Vaticano le gana en anchura.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/1836775/0/girona/catedral-muralla/barrio-judio/#xtor=AD-15&xts=467263 LA LEYENDA DE LA BRUJA DE LA CATEDRAL DE GIRONA
Se puede ver una gárgola en la catedral justo al lado de la Torre de Carlemany, que tiene la peculiaridad de ser la única gárgola con forma humana.

 Se la conoce con el nombre de La Bruja de la Catedral y según cuenta la leyenda representa a una vieja que, según aseguraban, volaba por los aires y se dedicaba a las malas artes. 

Tenía la costumbre de tirar piedras a la catedral, riéndose y cantando obscenidades.


  Un día Dios quiso castigar sus actos y la convirtió en una gárgola de piedra, para que de su boca manara solamente agua en lugar de blasfemias, quedando incrustada cerca de la torre de Carlemany.

 Al día siguiente los vecinos pudieron reconocer con alivio, los rasgos de la vieja en la figura de piedra.


  Curiosamente Carlomagno jamás visitó Girona, y a pesar de no haber sido nunca santificado por la Iglesia, fue canonizado por el antipapa Pascual III (Guido de Cremona) en el año 1165.

 El obispo de Girona impuso su culto en 1345.



 La Força Vella 

 En el siglo I aC, los romanos levantaron una poderosa fortaleza que trazaba un perímetro casi triangular; una especie de acrópolis: la Força Vella, muy bien protegida por muros construidos a base de grandes sillares de piedra.

 Fue el primer recinto de la ciudad, inalterado hasta el año 1000
 
 EL CALL

 Se trata de una de las juderías mejor conservadas del mundo y una muestra evidente de la importancia que tuvo la cultura judía en Girona.

Es una de las áreas más emblemáticas de la Força Vella. Está formado por un laberinto de estrechos callejones y de patios que mantienen el aura de los tiempos medievales.


  Todas las calles que rodean la calle de la Força, son estrechas, con grandes desniveles, desordenadas y pequeñas, siendo la mejor huella que dejaron los judíos.

 El barrio judío o Call de Girona es el mejor conservado de toda Cataluña, siendo uno de los mas famosos de España y Europa.
 

   En su interior nació en el siglo XIII, la primera Escuela de Cabalistas de la península Ibérica.

  En el lugar vivieron cerca de 300 judíos durante más de seiscientos años.
 
En algunos lugares de Girona se pueden ver todavía, las ranuras en las piedras procedentes del antiguo call.

 Estas ranuras guardaban la mezuzá.

 Se trata de un pequeño pergamino enrollado que tiene escritos los versos bíblicos:
 “Escucha, Israel, el Señor es tu Dios, el Señor es Uno (…) y estas palabra permanecerán en tu corazón y las escribirás en las lindes y en las puertas de tu casa”

En la actualidad se puede encontrar la memoria de la antigua judería en el Centro Bonastruc ça Porta, sede del Museo de Historia de los Judíos y del Instituto Nahmanides, que ofrece un centro de estudios hebraico y una de las bibliotecas más importantes de España sobre la historia de los Judíos.

   Tarifas del museo:
Entrada regular: 4
Entrada reducida: 2
Entrada gratuita al Museo el primer domingo de cada mes.

 Horarios
Julio y agosto: de lunes a sábado, de 10 a 20 h; domingos y festivos, de 10 a 14 h.
De septiembre a junio: de martes a sábado, de 10 a 18 h; lunes, domingos y festivos, de 10 a 14 h.
Cerrado los días 1 y 6 de enero y 25 y 26 de diciembre.


 La comunidad judía de Girona  desde 1160, en plena época medieval, se reunía en las empinadas y estrechas callejuelas en torno a la calle de la Força, que en su época se llamaba calle mayor del call. 

La vida de los judíos se desarrollaba alrededor de la Sinagoga, que cambió varias veces de lugar.








 Había varias sinagogas, en una de las cuales está actualmente el museo de historia de los judíos. Eran edificios con todos los espacios necesarios para la vida religiosa y comunitaria.

 La comunidad judía de Girona era propietaria de unos terrenos al norte de la ciudad, en la falda de la montaña de Montjuic “montaña judía.”

   Estas tierras cumplían las normas de pureza y ubicación necesarias para los cementerios judíos: fuera de las murallas, en terrenos sin labrar, en pendiente y próximo a una corriente de agua. Allí enterraron a sus muertos hasta su expulsión de la península en 1492.

 Durante un tiempo, en este barrio vivían en cierta harmonía familias judías y cristianas.

Hasta que en el s. XV se prohíbe que los judíos vivan al oeste de la calle principal y el Call de Girona se convierte en un lugar de reclusión.


 La cosa se fue complicando para ellos, ya que no se les permitía ejercer oficios públicos, recaudar deudas o incluso matar en las carnicerías publicas de la ciudad.

 Además se les obligó a vestir con la capa judaica una vestimenta que constaba de dos piezas, un abrigo largo hasta los talones y una capucha que cubría su cabeza por completo.

La cosa pintaba cada vez peor: la gente empezó a atacar los calls, envidiando sus riquezas y sabiduría.


  Además la Iglesia católica veía en ellos una amenaza. La Inquisición actuó contra la herejía, los que sobrevivieron a las matanzas fueron obligados a bautizarse.

Pero continuamente fueron acusados de crímenes, apresados, torturados... Muchos de ellos condenados a la hoguera.





 En el año 1492 un Edicto de los Reyes Católicos y el Inquisidor Torquemada ordenaba la expulsión de los judíos.

 Con su expulsión tuvieron que abandonar el cementerio. El terreno permaneció sin edificar durante 5 siglos conservando la estructura casi exacta que tenia en la época de cementerio judío.


  El Call de Girona llego a alcanzar la importancia de ser la segunda comunidad judía de Catalunya, si bien su actual estructura ha sido modificada y reestructurada en función de su expulsión en 1942.

Un dato negro en la historia de Girona, fue la cuna de Nicolau Eymerich, Inquisidor General de la corona de Aragón.

Éste obtuvo el cargo honorifico de capellán del Papa Inocencio VI como reconocimiento a su diligencia en la persecución de herejes y blasfemos.


  Dedicó su vida a perseguir brujas y herejes. Escribió el célebre Directorium Inquisitorum que, juntamente con el Malleus Maleficarum de Sprenger, fueron los libros de consulta de todos los inquisidores de Europa.

Siguiendo sus instrucciones se detuvieron, torturaron y juzgaron a cientos de mujeres y hombres que fueron quemados vivos como brujos o brujas.

En los terrenos del antiguo cementerio judío fue edificado posteriormente, el Castillo de Montjuic a mediados del s. XVII, que sería destruido en 1809 durante la guerra de la Independencia. 



LA LEYENDA DE LA TOLRANA 

Cuenta una leyenda que en el call vivía una mujer judía llamada la Tolrana, nombre que posiblemente sea un derivado de Torana (seguidora de la Torah).

El 17 de septiembre de 1391 encontraron su cadáver decapitado en la Torre Gironella, lugar donde se habían refugiado los judíos a causa del ataque de unos campesinos azuzados por el clero.

 Estos campesinos llegaron a Girona con motivo de la feria de San Lorenzo y compinchados con otros de la ciudad, entraron en el Call donde robaron, saquearon y degollaron a sus habitantes.

  Algunos encontraron refugio en casas de ciudadanos cristianos con los que mantenían relaciones comerciales, otros huyeron a Castelló d’Empuries.

De los que permanecieron en el Call, sólamente se salvaron aquellos que consintieron ser bautizados.

Tal cosa ya estaba prevista: ese dia los baptisterios estaban abiertos y los sacerdotes preparados para suministrar el bautismo.

Se cuenta que el fantasma de la Tolrana vaga sin descanso por el Barri Vell de Girona. Se puede oír una sollozante voz de mujer cantando una triste canción en un idioma tan ininteligible como aterrador.















Muchas personas de Girona que han paseado de noche por el Barri Vell o el paseo arqueológico, han podido escuchar estos lamentos que se acercan y se alejan, pero nunca se llega a discernir de que lugar exacto provienen.

Entre estas calles podemos encontrar la antigua sinagoga, el Centre Bonastruc ça Porta, convertido hoy en museo, que repasa la historia, el paso de los judíos por Girona y Catalunya.


  La muralla.
  Se trata de una construcción que se ha ido elaborando a lo largo de varios periodos diferentes desde el siglo I a.C. al siglo IX d.C. hasta su reconstrucción en el siglo XIV.

Construida con piedra arenisca, tiene una altura de 60 metros que varían en diferentes tramos y un recorrido total de unos 2 kilómetros.

Esta muralla fue construida por primera vez por los romanos entre los años 80 y 70 aC. a la fundación de Gerunda.

  La situación estratégica de Girona, como ciudad fronteriza y el paso de ejércitos defensores e invasores hacia otras tierras, condicionó la construcción de su muralla.

Era una poderosa fortaleza que recorría un perímetro casi triangular. Era una especie de acrópolis, La Força Vella, que se encontraba muy bien protegida por muros construidos con grandes sillares de piedra.

 Debido a su situación geográfica y a sus características dentro del territorio, la muralla ha sido remodelada al largo de la historia.

  La ampliación de las murallas romanas en época medieval, entre los siglos IX y XV, a pesar de los continuos ataques sufridos, permanecieron intactas hasta mediados del s. XIX.

 Esto nos permite hoy día pasear por el antiguo camino de ronda, el passeig arqueològic y recorrer los tramos de muralla carolingia más extensos de Europa.






 El paso por la muralla y las diversas torres que la jalonan son auténticos miradores privilegiados sobre la ciudad y sus alrededores.

 Si fijamos la mirada en el suelo de la construcción sobre la que paseamos se observan algunos dibujos con formas de letras árabes.


Estas murallas vieron crecer la ciudad gracias, sobretodo, a su barrio judío. Los judíos se establecieron muy temprano en Catalunya, concretamente en la ciudad de Girona entre los años 888-890.

Ocupaban altos cargos en las finanzas y la administración, como podía ser recaudadores de impuestos o incluso secretarios reales.

 Todos los ciudadanos convivían en cierta armonía hasta que, en el año 1243, una orden de Jaume I obligaba a los judíos a vivir separados del resto de la población en barrios llamados Calls (del hebraico kahal, comunidad).

La parte este de la muralla es conocida como el Paseo Arqueológico.

LA PIA ALMOINA

 Este edificio histórico de la ciudad, de estilo gótico, situado en la Plaza de la Catedral, al lado del barrio judío, es actualmente sede del Colegio de arquitectos de Girona.

El nombre del edificio se debe a que originalmente albergó la institución de la Pia Almonia. Fue fundada el año 1228 por Arnau d'Escala. Una obra benéfica que tuvo mucha importancia durante la Edad Media.

 Esta institución poseía muchas limosnas y fundaciones benéficas que fueron traspasadas al Hospicio Municipal.

 La construcción de estilo gótico, es una de las más notables de Girona. Fue erigida por el obispo Guillem de Cabanelles en 1238 con los bienes que heredó de Jaime de Aragón. 

Destaca de ella la fachada norte que es una buena muestra del gótico catalán del siglo XIV.

 Presenta un portal adovelado en su planta baja y tres ventanas triforas en el piso principal, mientras que en los pisos superiores va decreciendo el trabajo de las ventanas y su número.

 A la izquierda aparece la torre central. En la fachada este encontramos dos estilos: gótico y renacentista.

 En el siglo XVIII el edificio pasó a manos de particulares. Fue una escuela y más tarde hacia mediados del siglo XIX, se le añadió una capilla neoclásica bajo la torre central.

Fue restaurada entre los años 1921 y 1926 por el arquitecto Josep Danés, el cual además de añadir otro piso, restauró la fachada norte.

Fue declarado monumento Histórico - Artístico en febrero de 1979.

  BANYS ÁRABS.

 Los baños árabes se encuentran en un edificio románico construido en el siglo XII, muy cerca de la Catedral, justo donde empieza el paseo arqueológico.

Tarifas
Entrada regular: 2
Entrada reducida: 1 € (estudiantes, jubilados, menores de 16 años)
Para grupos de estudiantes acompañados de sus profesores, la tasa será de 1 € por cada entrada, hasta 30 € por grupo como máximo


  Horarios
De abril a septiembre: de lunes a sábado de 10 a 19 h; domingos y festivos de 10 a 14 h.
De octubre a marzo De lunes a domingo, de 10 a 14 h.

Algunos de los elementos más admirables son la estancia de la entrada, una planta rectangular que esta repartida en diversas salas.

 L'Apodyterium o vestidor - sala de descanso, que se encuenta cubierta con una bóveda anular, la Frigidariu, o sala fría, Trepidariu o sala tibia, y un Caldarium o sala caliente.

 También hay un Furnus u horno - caldera, pero el elemento mas emblemático es la piscina octogonal con ocho columnas coronadas con capiteles bellamente ornamentados.

 La encontramos en el centro del vestidor, coronando la piscina central que permite la entrada de luz natural.
  
 El edificio es de estilo románico, pero el monumento no niega las influencias árabes herederas de la tradición termal grecorromana, que afectan a los elementos arquitectónicos y la estructura funcional de los baños.

  Se termino su construcción en 1194, estuvo abierto hasta el siglo XIV, cuando fue clausurado.

 El 1617 se instalo allí un convento de monjas, que hicieron uso de ellos hasta el 1929, año en que paso a titularidad pública, rehabilitado y abierto al público.

En sus orígenes, situados justo al lado de una de las principales vía de entrada a la ciudad, fueron pensados para que los viajeros pudieran recuperarse antes de entrar a la ciudad a hacer negocios.


 Montjuïc
 El cementerio judío se ubicaba en la montaña de Montjuïc de Girona, en el Norte de la ciudad, entre los actuales barrios de Pedret y Pont Major.

 Fue a raíz de la construcción de la línea ferroviaria que habría de enlazar Girona con la frontera de Francia, a finales del siglo XIX, que aparecieron las primeras estelas con inscripciones hebreas.





 Debe su nombre al hecho de acoger el cementerio de las comunidades judías de la Edad Media que residen en la ciudad.

La documentación preservada de la Alta Edad Media, hace mención que entre los años 888 y 890, unas veinticinco familias judías se instalaron en las proximidades de la catedral de Girona.
  
   Los trajo consigo el conde Dela tras haber adquirido para su casa el predio de Juïges (en latín Judaicas) en el condado de Besalú, donde hasta entonces habrían vivido.

 Con ocasión de una permuta de una finca que el obispo Arnau de Creixell poseía en Monte de los Judíos o Montjuïc, del 13 de junio de 1207, consta que el cementerio judío, ya existía a principios del siglo XIII entre dos arroyos que, según el documento, era alodium hebreorum, es decir, alodio de los judíos.

 Las colinas que dominan la ciudad estaban defendidas por el castillo de Montjuïc, con sus cuatro torres, y los fuertes del Calvario, Condestable, Reina Ana, del Capítulo y de la Ciudad, en la zona de Las Pedreras.

 Este castillo fue una fortaleza construida a mediados del siglo XVII.

Se encuentra situado en la montaña que le da nombre, a una altura, en su punto más elevado de 219 metros.

 Sería destruido en el año 1809, durante la Guerra de la Independencia. Sus ruinas aun se conservan, en el Parque del Castillo.

  Se empezó a construir en 1653, bajo el reinado de Felipe IV, para defender las entradas a la ciudad junto con las cuatro torres de defensa:

 San Juan, San Daniel, San Narciso y San Luis, terminó siendo abandonado en 1811 e inutilizado en 1814 tras la Guerra de la Independencia.



  La planta general del castillo era, aproximadamente, un cuadrado, con un recinto constituído por cuatro baluartes, enlazados por paños de muro con una longitud media de 150 m. cada uno.

 Este conjunto estaba rodeado por un foso. Las cortinas norte y este estaban cubiertas por sendos revellines.






 Desde estos a las poternas que había en las cortinas se podía circular por un pasadizo defendido por una caponera.

 En 1678 se construyó el fuerte de Capuchinos. Este conjunto defensivo se prolongó hasta el siglo XIX.

 Palau Agullana

 Desde la Plaza del Ví, continuando por la calle Ciutadans, nos dirijimos hacia la Catedral.

 Por el camino, innumerables casas con sus patios adornados por flores olorosas y hermosamente colocadas, nos abren sus puertas.

Girona Temps de Flors es una de las mejores épocas para visitar Girona.


En esas fechas, la mayoría de los palacetes, normalmente cerrados por ser de carácter particular, se abren a los ojos de los curiosos pudiendo admirar la belleza de sus patios.

Llegaremos a la Plaza del Oli, justo a la derecha, antes de seguir nuestro camino por la calle de la Força, encontramos una calle.

 Esta calle escalonada contiene un conjunto urbano de gran valor artístico e histórico.


 En el espacio enmarcado por la iglesia del antiguo convento de Sant Martí Sacosta de estilos barroco y neoclásico, del s. XVII, con la fachada y las escaleras barrocas que la preceden, se situa  uno de los lugares con más renombre de la ciudad.

 Entre las dos escalinatas, encontramos uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, la Casa-Palau de los Agullana del s. XVI-XVII.

  De estilo gótico renacentista, posee un gran arco cubierto y oblicuo que enmarca la escalinata.

 Junto a ella, se encuentra el palacio renacentista de Caramany del siglo XVI, constituyendo una de las imágenes más singulares de la ciudad. 


 El Parc de la Devesa
   Es el parque urbano más grande de Cataluña, con una extensión aproximada de 40 hectáreas, de las que nueve, son paseos sombreados.

  La Devesa se encuentra en la confluencia de los cauces de los ríos Ter y Onyar, a poca distancia de la isla del Ter y del Puente de Pedret.

En él se encuentran los tres ríos de Girona, el Ter, el Onyar y el Güell, al noroeste del centro de la ciudad.

  En su interior destacan los casi 3.000 plátanos que tienen más de 150 años de antigüedad y que fueron plantados para defenderse de les continuas inundaciones del río, cerca del 1850.

 Hoy en día algunos de éstos árboles llegan a superar los 60 metros de altura. Plantados a muy poca distancia, han crecido a lo alto y no a lo ancho.
Así mismo,  La Devesa cuenta con un pequeño jardín botánico.





El aspecto más característico de la Devesa son sus avenidas sombreadas por plátanos y su jardín de estilo francés.
 Dentro del parque encontramos restos de vegetación autóctona, encinas, robles, castaños, tilos, cipreses y acacias.

 Las zonas naturales de la Devesa están colonizadas por gavilanes, palomas y estorninos una gran variedad de paseriformes y en determinadas épocas, un gran número de aves migratorias en la Isla de Ter, al norte de la Devesa.






En la actualidad, la Devesa, es el centro de muchas actividades especialmente las Firas de Girona, son el momento culminante del año, el más esperado por niños y mayores, dentro del marco de las celebraciones de Sant Narcís, la Fiesta mayor de la ciudad.

 El mercado semanal, las carpas (bares de copas en las noches de verano), el edificio de la Feria de 1988, donde se celebran varias ferias y muestras, el Auditori-Palau de Congresos, la piscina municipal de 1934...



 Sant Pere de Galligans.

Bajando desde los Baños Arabes por una estrecha calle empedrada encontramos la Plaza des Jurats, con la muralla del ensanche medieval a la derecha, un soportal con arcos a la izquierda y al frente, el Monasterio de Sant Pere de Galligans.


 El monasterio, destaca por su localización, poco habitual en la época, en que normalmente se construían apartados de la ciudad. Se encuentra al borde de la muralla norte, al borde del río Galligans.
Se trata de una antigua abadía románica que perteneció a los frailes benedictinos.

  El monasterio fue construido en 1130, fuera de las antiguas murallas de La Força Vella y fue terminado en el siglo XII, consta de tres naves con crucero y cuatro ábsides.

 En el exterior destaca el bello campanario de forma octogonal de dos pisos con ventanales arqueados.

 De su fachada, el gran rosetón y los arcos de medio punto sostenidos por las columnas decoradas con motivos zoomórficos y geométricos en sus capiteles. 

   El pequeño claustro  del monasterio s. XII-XV,  es una bella muestra del románico catalán con añadidos góticos.

 La iglesia, que alberga el sepulcro de san Daniel s. XIV, fue obra del maestro Aloi.

 En el año 1836 fue abandonado por los monjes benedictinos, debido a la desamortización.


Tarifas:
 Entrada regular: 2,30   

Entrada reducida: 1,61 € (pensionistas, parados, jóvenes de entre 16 y 18 años, personas con discapacidad superior al 33%, titulares del carné de estudiante, Carnet Jove y carnet de familia numerosa y miembros de familias monoparentales)

Entrada gratuita: menores de 16 años, mayores de 65 años, grupos de estudiantes acompañados de un profesor, miembros del Club Super3 acompañados de una persona adulta, miembros del ICOM, de la SCA y de la AMC así como personal docente. Último domingo de cada mes, el 23 de abril, los fines de semana de Temps de Flors, el 18 de mayo, el 11 de septiembre y durante las Ferias de Sant Narcís (26 y 27 de octubre y 2 y 3 de noviembre).


 Horarios
De junio a septiembre: de martes a sábado de 10.30 a 13.30 h y de 16 a 19 h; domingos y festivos: de 10 a 14 h.
De octubre a mayo: de martes a sábado de 10 a 14 h y de 16 a 18 h; domingos y festivos de 10 a 14 h.
Cerrado todos los lunes, el 25 y 26 de diciembre y el 1 y 6 de enero.

 Desde Sant Pere de Galligants se accede al valle de Sant Daniel, extensa zona verde adyacente a la ciudad con parajes umbríos y fuentes de agua.

LA RAMBLA DE LA  LLIBERTAT

La Rambla de la Llibertat o la Rambla como se la conoce popularmente, fue y sigue siendo uno de los espacios mas concurridos de la ciudad.

Discurre en un magnífico espacio alargado paralelo al río Onyar, con sus bellos soportales de techos bajos y arcadas desiguales.






 Urbanizada en el siglo XIII para la celebración del mercado, durante siglos ha sido el centro comercial y de ocio de la ciudad.

 En 1885, el arquitecto Martí Sureda, decidió unir la Plaça de les Cols y el carrer dels Abeuradors, destruyendo las Voltes d' Esparters.

 Creó un paseo con árboles y bancos, que se llamó Rambla de la Libertad, en honor al árbol de la libertad que se plantó en 1869, durante el sexenio democrático.




Aun cuando la mayoría de casas son ochocentistas, el paseo conserva una parte porticada medieval y algunos de los palacios de la misma época.

 En la Rambla se concentran varios edificios de interés, como la Casa Norat  de 1912, con una notable fachada modernista, numerosos comercios, cafeterías, terrazas...

 Una anécdota curiosa, al final de las vueltas de la rambla bajo uno de los arcos, en el techo, podremos contemplar un mapa pintado que representa la zona centro de la ciudad de París, con la isla de la Cité y el Louvre.




 Se trata de una pintura al temple del siglo XIX. Fue pintado por el decorador gerundense Salvi Camós y Ventura como reclamo publicitario.

 Según cuenta la leyenda, aquí se ubicaba la tienda de Dolores Solana, Mercería - Perfumería Emperatriz , hoy desaparecida, de productos de París.

 Pero no conseguían venderlos porque nadie sabía dónde estaba París o qué productos eran típicos, por lo que optaron por dibujar un mapa. 

Dicho mapa  fue restaurado en 1982 .




Otra de las innumerables leyendas de Girona, apta para románticos:

 Bajo los soportales de la Rambla de la Llibertad se pueden encontrar tres extrañas figuras esculpidas bajo los arcos.

 Corresponden a tres capiteles que vendrían a representar a tres asesinos ajusticiados.

 La leyenda dice que se tratan de tres monjes de la cercana población de Banyoles que asesinaron al abad Antón de Cartellá en 1622.




 Las figuras están esculpidas en tres capiteles diferentes y representan un flautista que sale del interior de una concha de caracol, un gaitero y un viejo con alas de murciélago.

 En la unión de uno de estos capiteles, podemos encontrar una figura tallada en la piedra, de la cual dice la leyenda que, los enamorados que se besen bajo ella estaran siempre unidos.

Es una pequeña cabeza de un hombre con una larga barba y alas de murciélago. A parte su apariencia bastante diabólica, en realidad este personaje es un vampiro romántico.





 Según la tradición, al vampiro le gusta usar su poder para hacer que los Gerundenses se enamoren.

  La tradición dice que si se visita al viejo de las alas de murciélago con la persona amada y se consigue que ésta te haga un regalo, el murciélago se encargará que florezca el amor in eternum entre los dos.

Así  que, si os queréis casar, ya sabéis...





 PLAÇA DEL VI

 La Plaça del Vi, se encuentra detrás del inicio de la Rambla de la Libertad a la altura del Puente de Piedra.

 Este espacio alargado y rectangular es un lugar muy concurrido delimitado por soportales a un lado, al otro lado encontramos el Palacio del General, edificio gótico-renacentista.

Fue la sede de la administración de la Generalitat en las tierras de Girona durante los siglos XVI y XVII.





  El Ayuntamiento y el Teatro Municipal. Dicho teatro es un destacado coliseo ochocentista entre los más interesantes de Catalunya.

En las arcadas ante el Ayuntamiento se encuentran los Cuatro Santos Mártires de Girona, empotrados en la casa Barceló.

 Unos relieves de piedra del siglo XV con las cabezas de los santos Germán, Paulino, Justo y Scici, los que la tradición afirma que eran albañiles.

 Bajo los arcos de la Plaza se encuentran diferentes restaurantes.


 El convento de Sant Domènec.

Lo hallaremos situado en la plaza de su nombre, dicho convento fue fundado el 1253 por el obispo Bereguer de Castellbisbal.

 El campus de Letras y el Rectorado se alojan, respectivamente, en el convento de Sant Domènec y en Les Àligues.




El conjunto lo conforman la iglesia, de estilo gótico, dedicada a la Anunciación de Maria, el claustro y el convento.

 El convento de Sant Domènec s. XIII-XIV, es uno de los primeros edificios góticos de Cataluña, tiene en la iglesia, el aula capitular y el claustro grande sus elementos principales.

 Del edificio de Les Àligues, sede de la antigua universidad, se conserva solo la fachada del s. XVI, un raro ejemplo en la ciudad de arquitectura renacentista.


 Iglesia de San Félix. Colegiata de Sant Feliu.

El testimonio del paso histórico de la época romana y su posterior declive se concreta en la Iglesia de San Félix.

Ésta surge sobre un antiguo cementerio pagano y paleocristiano del que se destacan los bonitos restos de sarcófagos qué están cerca del altar además de la clara estructura de la construcción de la iglesia, que nos enseña el paso del románico al gótico, finalizando en el barroco de la fachada.


Sant Feliu es la iglesia mas antigua de Girona, y está dedicada, desde el siglo IV a Sant Feliu y Sant Narcís, enterrado en esta iglesia y patrono de la ciudad.

Fue la primera catedral de Girona, papel que desempeñó hasta el siglo X, es uno de los edificios góticos más representativos de la ciudad, sobre todo por su esbelto campanario del s. XIV-XVI.

  Fue construida en varias etapas, razón por la cual su arquitectura combina varios estilos.





 Los pilares de la nave central son románicos, la nave y el campanario gótico y la fachada y la escalinata, barrocos.

 De aspecto acastillado, la cabecera románica se completó con las naves góticas y la fachada barroca del s. XIII-XVIII.

 En su interior conserva destacadas obras de arte, como los ocho sarcófagos romanos y paleocristianos del s. IV, que se encontraron en una necrópolis próxima a la iglesia.



El Cristo yacente del s. XIV,  escultura gótica del maestro Aloi de Montbrai, considerada una de les joyas de Cataluña, así como la capella dedicada a Sant Narcís.

 La visita cultural incluye la Nave y los sarcófagos paleocristianos, así como la Catedral.

La forma actual del campanario se debe a un rayo que, en 1581, destruyó la aguja central que lo coronaba, decapitándolo.

Tarifas: Entrada regular: 7 € (incluye audioguía)
Entrada reducida: 5 € jubilados y estudiantes con acreditación (incluye audioguía)
Menores de 16 años: 1,20
Entrada gratuita: menores de 7 años, miembros de órdenes religiosas y todos los domingos.
 Horarios
Todo el año: de lunes a sábado de 10 a 17.30 h; domingos y festivos: de 13 a 17.30 h.


LA LEYENDA DE SAN NARCÍS Y LAS MOSCAS 

Por delante de la catedral y desde las murallas que la rodean podemos ver la iglesia de San Feliu o de Sant Felix. Ésta tiene otra bonita leyenda.


Cuenta como, San Narcis, libró a la ciudad del asedio de los franceses, cuando un grupo consiguió entrar en el templo en junio de 1285 y profanaron sus restos.

 Entonces miles de moscas gigantes salieron de dentro de su sepulcro y empezaron a atacar a los soldados y sus caballos.

  Eran unas moscas enormes que se metían por la nariz y el trasero de soldados y monturas.

Murieron muchos de ellos y los pocos que quedaron decidieron replegarse.

 Desde entonces cada vez que había algún conflicto armado en la ciudad se invocaba a San Narcís y sus moscas.

 De hecho, las moscas, son recuerdo casi obligado y símbolo de la ciudad.


EL CULO DE LA LEONA 

 En el número 19 de la calle Calderers, en la plaza de San Feliu, justo delante de la iglesia,
 encontramos la columna con la legendaria Lleona de Girona trepando, símbolo medieval de la ciudad.

Esta es otra de las tradiciones-leyendas de Girona.

En esa columna de piedra del siglo XII, de estilo románico y de 3´76 metros de altura, se aferra la escultura de la leona que mira hacia Sant Feliu.


Cuenta la leyenda que este era uno de los puntos de acceso a la ciudad, aquí se encontraba, en la edad media, el Hostal de La Lleona.

 Con los años se hizo costumbre el gesto de besar y tocar el culo de la Lleona como una especie de bautismo simbólico para aquellas personas que entraban o dejaban Girona.

  El ritual se acompañaba con la siguiente frase:

 "No es un buen ciudadano de Girona quien no besa el culo de la Lleona...".
 
  La leyenda también dice: "Todo buen gerundense que quiere volver sano y salvo de un viaje está obligado a besar el culo de la lleona, así como todos los visitantes de la ciudad que deseen volver algún día a Girona".

Hoy  en día, hay colas de turístas deseosos de hacerse la foto de rigor besando el "cul de la lleona".

 Desde cualquiera de los puentes que cruzan Girona, desde el Pont de Pedra hasta el Pont de Sant Feliu, se puede contemplar la imagen más típica de las fachadas de las casas del Onyar.

  Las casas del río Onyar, colgadas sobre el río, son parte de una de las imágenes más tradicionales y conocidas de la ciudad, junto con la Catedral y la iglesia de Sant Feliu, fueron pintadas de colores vistosos y llamativos el año 1983.


  Estas casas que se caracterizan por sus colores ocres, crema, rosados y amarillos; fueron construidas sobre los restos de la antigua muralla fluvial durante los siglos XVII al XX. 

En el año 1983 fueron restauradas por los arquitectos Josep Fuses y Joan M. Viader.


La más emblemática de las casas sobre el río Oñar es la Casa Masó, casa natal de Rafael Masó i Valentí, destacado arquitecto gerundense.
Se halla situada en el número 29 de la calle Ballesteries y es el símbolo de la evolución del Novecentismo en Girona, siendo la única casa abierta al público de las famosas casas del río.

  La casa tiene la fachada pintada de blanco con los ventanales en azul marino sobre los que descienden persianas marrones de madera.

 El interior posee una bella decoración y mobiliario modernista.


 Sólo se puede visitar en visitas guiadas para grupos reducidos de como máximo 8 personas y en horas predeterminadas. El precio de la entrada: 5 €.

Para disfrutar de las vistas de las casas, nada mejor que situarse en uno de los muchos puentes que atraviesan el río Onyar, que unen las dos riberas del río y la ciudad histórica con la parte moderna.




  Entre los puentes más emblemáticos de la ciudad, destacan especialmente dos: el puente de piedra y el puente de hierro o puente Eiffel.
  



El Pont de Pedra o de Isabel II
 Data de 1856 y sustituyó al puente medieval de San Francisco, que tenía tres arcos góticos y una torre defensiva.

 El actual fue construido con bloques de la típica piedra gerundense, caracterizada por tener  abundantes fósiles de nummulites.



 El Pont de Ferro, conocido también como el Pont de les Peixateríes Velles o Pont de Eiffel en honor a Gustave Eiffel, cuya empresa lo construyó en 1877.

Este puente posee unas escaleras de acceso y es de uso peatonal.
Si lo cruzamos nos llevara a recorrer otra parte de la vida de Girona, según del lado del río en el que nos encontremos.

  A un lado, la Plaza Independencia y el Mercadal, con sus bonitos soportales, al otro, el corazón del Barri Vell, lugar en el que si remontamos la calle de la Força, no dejeis de mirar al suelo, ya que en el suelo podremos ver el mapa de los cuatro ríos que abrazan Girona.


 Anteriormente existieron varias pasarelas de madera en el mismo lugar, junto a las pescaderías viejas, pero se deterioraron con las frecuentes inundaciones.

 Podríamos continuar hablando de Girona todavía un buen rato, pero creo que lo mejor sea que la visiteis.


Otro dato curioso del Barri Vell, en él se encuentra la plaza más pequeña del mundo, os animo a que la encontreis, solo daré una pista: se halla cerca del lugar donde fue tomada la fotografía anterior...

Besar el Cul de la Lleona, recorrer las calles y callejuelas de ese laberinto que nos traslada a épocas inmemoriales, conocer las leyendas, en definitiva, toda una aventura que merece la pana ser vivida.


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