jueves, 5 de noviembre de 2015

CHANTILLY Y SUS JARDINES


 Hoy vamos a realizar una salida cuyo trayecto nos tomará hora y media en llegar, pero garantizo que vale la pena.

Vamos a necesitar mínimo todo un día para realizar la visita, aunque recomendaría realizarla en dos y poder disfrutarla mejor.


Nos vamos a Chantilly, si, si, la ciudad donde se inventó la famosa crème Chantilly. Visitaremos un lugar de gran belleza y con un gran contenido cultural e histórico.

En el Château Chantilly hay muchísimo para ver.


Para alojarnos tendremos a nuestra disposición los hoteles Première Classe, Formule 1 o similar que encontraremos  varios situados en París y alrededores.

Se trata de hoteles en los que el precio es el mismo tanto si son una, dos o tres personas.


 El Museo Condé, el segundo museo más grande de Francia en pinturas históricas, con el Cabinet des libres, la biblioteca que contiene más de 13.000 volúmenes; los Grands appartements compuestos por la Antecámara, la Habitación del Príncipe, el Salón de Música, etc.




Los Petits appartements con la habitación de la Princesa, la Sala del duc d´Amaule, el Musée Vivant du Cheval, los jardines y la capilla. 

 La ciudad de Chantilly se encuentra a unos 50 kilómetros al norte de París, en el departamento de Oise a orillas del río Nonette.




Para llegar tenemos las siguientes opciones:

En RER:  Gare du Nord, la línea D, hay que bajar en la estación Chantilly-Govieux.

Tomar el autobus dirección “Senlis” estación “Chantilly - église Nôtre-Dame”.

En coche saliendo de París por la A1 dirección a Lille/Aéroport Charles de Gaulle - Saint-Denis y tomando la salida 7 hacia Chantilly - Survilliers - Fosses-Ermenonville.

El Castillo de Chantilly, uno de los más bellos de Francia, se extiende a través de 7800 hectáreas en medio de uno de los bosques más grandes de los alrededores de París, sobre un lago artificial.



También visitaremos las Grandes Caballerizas que albergan el Museo Vivo del Caballo, siendo famosas por las carreras de caballos.


El bosque, regentado y cuidado por el Organismo Nacional de Silvicultura, se sigue dedicando, bajo control y mediante pago, a la caza: el destino por el que fue creado.

La espectacular "Chasse à courre" o caza a caballo de venados y jabalíes, con sus trompeteros de librea. 

También se alquila para el entrenamiento de los caballos del cercano hipódromo.


Vayamos ahora a conocer un poco mejor su historia:

Este conjunto, fue construido desde la Edad Media por sus diferentes propietarios: 

Anne de Montmorency, los Bourbon-Condé entre los cuales el Grand Condé, primo de Louis XIV, Henri d’Orléans, duque de Aumale, representa un patrimonio multifacético.


El castillo fue originalmente un edificio fortificado construido sobre una roca en medio de los pantanos del Valle Nonette para poder controlar el camino de París a Senlis.



Se compone de dos edificios anexos, el Château Grand, destruido durante la Revolución Francesa y reconstruido en la década de 1870. 

El Château Petit fue construido alrededor de 1560 por Anne de Montmorency.




Los primeros señores de Chantilly fueron los Bouteiller.

La Guerra de los Cien Años devastó la región y el castillo fue saqueado durante el 1358.

La familia Orgemont adquirió la finca posteriormente en 1386 y construyó en ella una fortaleza medieval.

Cuando Pierre d’Orgemont muere sin hijos, lega la finca a Guillaume de Montmorency en 1484, perteneciente a una familia noble muy poderosa. 

El condestable Anne de Montmorency, camarada y ministro de Francisco I y de Enrique II, pasa a ser propietario del Château de Chantilly

Después de las guerras de Italia, durante las cuales admiraría la belleza de muchos palacios, mandó construir por el arquitecto Bullant, un palacio de recreo en el estilo francés, adaptando el estilo del Renacimiento italiano.

 La primera mansión se construyó alrededor de 1530 por orden de Anne de Montmorency, siendo el encargado de construirla Pierre Chambiges.

 Esta construcción ya no existe, puesto que se reemplazó por el Gran Palacio.

 El mismo Anne de Montmorency mandó a construir el Pequeño Palacio en el año 1560, se cree que el arquitecto fue Jean Bullant, también construyó la terraza donde ahora se ve la estatua ecuestre de Paul Dubois y siete capillas, de cuales solo quedaron tres. 

Años más tarde, la propiedad pasa a manos de su nieto, Enrique II de Montmorency, quien participó en las guerras contra los protestantes. 

En la rebelión contra Luis XIII es acusado por Richelieu, ministro de Luis XIII, de deslealtad y moriría decapitado en Toulouse en 1632. Entonces el rey confiscó Chantilly. 

Enrique fue quien mandaría construir la Casa de Sylvie.

 En 1643, el palacio es devuelto a la hermana de Enrique II de Montmorency, Carlota de Montmorency, esposa en Enrique II de Borbón-Condé, III Príncipe de Condé y madrina de Luis XIV, que regresó a Chantilly.

 Así pasaría la propiedad al linaje Condé al igual que hizo en Écouen.

 El hijo de ambos, Luis II de Borbón-Condé, conocido como el Gran Condé, y primo del rey a su vez, organizó en Chantilly una vida brillante reflejo de la corte de Versalles. 

 Lo convertiría en sede de grandes celebraciones, invitando a los más grandes artistas de su época:

Madame de La Fayette, Molière, Racine, Madame de Sévigné, La Bruyere, La Fontaine, Bossuet ...

 Se produjo también la representación de Tartufo, numerosos bailes y fuegos artificiales que contribuyeron a la atmósfera festiva y refinada que construyó su reputación.

 Así mismo,transformó el parque contratando a André Le Nôtre, futuro jardinero de Versalles y de Fontainebleau, construyendo canales a mediados del siglo XVII. 

 A finales del siglo XVII, el hijo del Gran Condé, el príncipe Enrique Julio de Borbón-Condé, transformaría el edificio en un gran palacio, encargándole el trabajo a Jules Hardouin Mansart completándose con los trabajos de Jean Aubert.

El nieto de Enrique Julio de Borbón-Condé, Luis Enrique VII Príncipe Condé, quien fuera primer ministro de Luis XV (por lo visto también fue el encargado de encontrarle esposa, María Leszczynska) manda en 1719 construir por el arquitecto Jean Aubert, sobre la base del antiguo castillo, un nuevo edificio clásico y los Grandes establos.

También hace decorar el pequeño palacio, crea la fábrica de porcelana y quiere crear un museo de historia natural. 

El arquitecto también planea la implementación de la planificación urbana de parte de la ciudad de Chantilly.

El hijo de Luis Enrique, Luis José de Borbón-Condé,VIII Principe de Condé después de 1740 continuando el trabajo de su padre, hace construir el Jeu de Paume y el castillo de Enghien, el jardín anglo-chino y el Hameau

 La Aldea, que son un conjunto de cinco casas rústicas que le sirven de inspiración a María Antonieta para el Petit Trianón de Versalles.

 Así es como Le Nôtre que se inspiró en ese paisaje pródigioso, para la creación de los "jardines a la francesa".

Durante la Revolución Francesa parte del castillo fue destruido, lo que quedó en pie, usado como prisión
y sus colecciones se llevan al Louvre.

En 1793 se procede al desmenbramiento del dominio a través de la venta de terrenos y la compra del castillo por la Banda Negro para la demolición de los edificios y vender las piedras.

 Ellos derribaron el Gran Castillo.

 Los jardines son devastados y el palacio queda seriamente dañado.

 El palacio pasa a su hijo Luis Enrique José de Borbón-Condé, cuyo hijo Luis Antonio Enrique de Borbón-Condé es ejecutado a los 32 años.

Luis Antonio Enrique de Borbón-Condé, duque de Enghien, fue arrestado la noche del 15 al 16 de marzo de 1804 junto con otras personas. El 21 de marzo, el joven duque de Enghien fue fusilado por orden de Napoleón Bonaparte. 

 Con él se extingue la línea de Borbón-Condé.

En 1815 durante la Restauración, el príncipe Luis José restaura el palacio y encarga el Jardín Inglés a Victor Dubois.

En 1830 el duque de Borbón, último Príncipe de Condé, era el mayor propietario latifundista e inmobiliario de Francia. 

Después de haber perdido a su hijo, el duque de Enghien, al no tener más hijos, lega la propiedad a su sobrino-nieto y ahijado Enrique de Orleáns, duque de Aumale.

Nacido en el Palacio Real de París, Enrique Eugenio Luis Felipe de Orleans, conocido como el duque de Aumale, fue criado por sus padres con sencillez y se educó en el colegio de Enrique IV. 

Fue el quinto hijo del rey Luis Felipe I de Francia, con apenas ocho años heredó el Dominio de Chantilly del último príncipe de Condé y una fortuna de 66 millones de libras, aproximadamente 500 millones de dólares en la actualidad.

Se convirtió en uno de los terratenientes más grandes de Francia y no cesará durante toda su vida para honrar a sus predecesores.

Cuando tenía 15 años, el duque de Aumale se enlistó en el ejército francés y obtuvo el rango de capitán de infantería, donde se distinguió durante la invasión francesa de Argelia.

Con el tiempo llegó a ser nombrado gobernador general de Argelia, una posición que ocupó desde septiembre de 1847 hasta febrero de 1848.

 Exiliado desde 1848 a 1871 en Twickenham, cerca de Londres, hizo suyo el lema: "Voy a esperar." 

Considerado el coleccionista más importante de su tiempo, el duque de Aumale, rodeado de asesores competentes consigue una fabulosa colección de libros raros, pinturas y objetos de arte con los que planea enriquecer el patrimonio familiar de Chantilly a su regreso en Francia.

A su regreso en 1871, viudo y tras haber perdido a sus dos hijos de 18 y 21 años, el duque de Aumale decidió reconstruir el Gran Castillo en 1875 y exponer en él sus valiosas colecciones.

Dicho castillo fue destruido en 1799 durante la Revolución.

 El encargo de la reconstrucción fue realizado por el arquitecto Honoré Daumet 1875-1885.


Entonces comenzó una carrera política al convertirse en un miembro del Oise en 1871 y se unió al Instituto de Francia como miembro de la Academia Francesa, la Academia de Bellas Artes, la Academia de Ciencias Morales y Políticas. 

 Al no tener herederos, el Duque de Aumale, en 1884, cede Chantilly tanto el edificio, con sus colecciones privadas de arte y biblioteca incluidas, como así también el parque que lo rodea, al Instituto de Francia, para uso y disfrute del pueblo, no pudiendo ni desmembrar ni vender ninguna de sus posesiones.

Se trata de un organismo público, creado por la Revolución Francesa, que ampara a las distintas Academias, anteriormente "Reales", incluida la "Académie Française" o de la lengua, fundada por el cardenal Richelieu, en el reinando de Luis XIII, en 1635.

El 7 de mayo de 1897 el duque de Aumale murió en su finca de Zucco en Sicilia. De acuerdo con su voluntad se abrió el área al público el 17 de abril de 1898 bajo el nombre de "Musée Condé".

Gran coleccionista, general del ejército e intelectual, el Duc d'Aumale incrementó el tesoro acumulado por los Condé y ahora su legado conforma el "Musée Condé", abierto al público.


La presentación de las colecciones se mantuvo sin cambios, el castillo aparece así como lo fue en el siglo XIX: la oportunidad de iniciar un viaje en el tiempo en el corazón de una residencia principesca.
 

El Instituto de Francia, creado en 1795, reúne a cinco Academias: la Academia Francesa, las Academia de las inscripciones y lenguas antiguas, la Academia de Ciencias, la Academia de Bellas Artes y la Academia de Ciencias moral y política.


El MUSEO


Hoy en día, el castillo alberga el museo de Condé, compuesto por un conjunto de apartamentos nobles, sus excepcionales colecciones de pintura antigua.



Más de 800 obras maestras de los más grandes artistas: Rafael, Philippe de Champaigne, Nicolas Poussin, Watteau Antoine, Jean-Auguste-Dominique Ingres, Delacroix entre otros, que lo han convertido en el primer museo de pinturas antiguas antes de 1850 en Francia. 




El museo Condé también presenta una importante serie de retratos famosos - incluyendo las realizadas por François Clouet - que hacen de este un auténtico museo de la memoria de la historia de Francia. 

Así como también una biblioteca de valor incalculable, siendo la segunda pinacoteca de Francia, detrás del Musée du Louvre.

Su librería contiene 30000 libros modernos, del siglo XIX, más de 13000 obras.

 
De ellas 1300 manuscritos, 200 de los cuales son manuscritos medievales e incunables, entre ellos el "Codex Chantilly" del siglo XIV.

Tambien podremos ver el manuscrito más precioso del mundo, una de las mejores obras ilustradas, el famoso manuscrito iluminado del siglo XV con pinturas góticas, "Les Très Riches Heures du duc de Berry".


También posee varias obras escritas de Chrétien de Troyes, sobre Lancelot, Perceval e Yvain u Owein, que pertenecen a la leyenda artúrica de los "caballeros de la mesa redonda" y la búsqueda del "Santo Grial".

No hay que olvidar que Chrétien de Troyes escribió, en el siglo X, la más conocida historia, novelada, de la corte del Rey Arturo y sus "Chevaliers de la Table Ronde".


Para visitar algunas de las estancias, deberemos pedir hora a la entrada del castillo ya que las visitas son programadas en grupos reducidos a lo largo del día, de todas maneras la espera vale la pena.



Los Apartamentos se componen de diferentes galerías:

La Galería de los Ciervos, que se construyó en entre 1875 y 1880 por Honoré Daumet como un gran comedor para el Duque de Aumale y que también le servía como sala de recepción.


La Galería de Pintura es una gran sala iluminada por un techo de cristal donde las paredes están llenas de cuadros, muchos de ellos retratos de los siglos XVII y XVIII.




El Santuario es una sala cuadrada de dimensiones más bien pequeñas y que alberga las obras más preciadas para el Duque de Aumale.


En ella se pueden ver tres obras de Rafael, “Las Tres Gracias”, “La Madonna de la Casa de Orleáns” y “Madonna de Loreto”.


La Galería de Psique muestra algún tapiz, grabados y dibujos pero lo importante de esta galería son los 42 vitrales de las ventanas que ilustran la historia de amor entre Psique y Eros.

  El Gabinete de las Gemas muestra miniaturas, esmaltes, objetos pertenecientes al duque, y una copia del diamante rosa.

Las Galerías de Logis:

 Incluyen la Sala Clouet, que muestra retratos renacentistas de los reyes y reinas del s. XVI desde Francisco I.


La Sala Carolina, lleva el nombre de la Duquesa de Aumale, María Carolina de Borbón-Dos Sicilias, también muestra retratos.


El Salón de Orleáns muestra la porcelana de Chantilly.

 El Salón Isabel, donde podemos ver una muestra de pintura del siglo XIX, de artistas como Ingres, Gudin, Delacroix, Géricault…

Lleva el nombre de la esposa del Conde de París.

 El Gabinete de Giotto muestra pintura antigua italiana y en la Sala de Minerva se pueden ver retratos de la famila de Orleáns, de finales del siglo XVII a mediados del siglo XVIII.

 En la Sala de Smalah se ven obras donadas al museo por los Amigos del Museo Condé.

En su origen fueron los apartamentos de Felipe de Orleáns, Conde de París y sobrino del Duque de Aumale, en ellas muestran la transformación del palacio de Chantilly a lo largo de su historia y de los acontecimientos allí sucedidos, sobretodo lo referente a los caballos.


En la Tribuna se muestran las obras maestras de la colección del duque y está construida imitando la de la Galería de los Uffizi de Florencia.

 En los Grandes Apartamentos se distinguen la Antecámara que junto con la Sala de Guardia que datan del siglo XIX, fueron construidos según los diseños de Honoré Daumet con el fin de conectar el Gran Palacio con el Pequeño Palacio.

La Cámara del Príncipe fue diseñada por Jean Aubert en 1720 para Enrique Julio de Borbón-Condé.

La Gran Singerie es un tocador del año 1737 decorado con murales de Christophe Huet de monos y beduinos.


El Rincón del Gabinete, también es del año 1720 decorado con motivos de caza y carpintería blanca y dorada.


La Sala de Música está decorada con carpintería blanca y dorada, característica del s. XVIII.

Esta sala formó parte de la sala de curiosidades de los príncipes de Condé, como muestras de minerales o especies animales.



La Galería de las Batallas se decoró con once pinturas de carácter militar de Sauveur Le Conte entre 1686 y 1692, por orden explícita del Gran Condé, lástima que murió el año en que se empezó la decoración y no lo pudo ver.


A los Pequeños Apartamentos se accede por la escalera principal.

En ellos se pueden visitar:


El Salón de Guisa o antecámara de la Duquesa donde se pueden ver retratos de familia.

La Cámara de la Duquesa que tiene una decoración de estilo Luis XV y un reclinatorio gótico.


El Tocador de la Duquesa está decorado en tonos morados y con muebles de marquetería.

La Cámara del Duque de Aumale tiene una decoración más austera, conserva todavía sobre el cabezal de la cama un retrato de su madre, la reina María Amalia de Borbón-Dos Sicilias.


La Sala de Baños del Duque de Aumale.

El Salón de Mármol está decorado en estilo renacentista con mármol.




El Salón Condé es un salón renacentista con el busto del último duque de Borbón, Luis Enrique José y retratos de reyes y reinas de Francia y de príncipes y princesas Condé.

La Petite Singerie es similar a la Grand Singerie que se ubica justo encima, es el salón que separa los dormitorios del duque y de la duquesa.


EL GABINETE DE LOS LIBROS

En el Pequeño Palacio se creo el Gabinete de los Libros en 1876, cuyo diseño estuvo a cargo de Honoré Daumet.

Éste ideó un espacio para albergar la gran colección de libros del Duque de Aumale y que además tuviera espacio para leer y trabajar.


En cuanto a la decoración, no hay mucho lujo, solamente el techo que está decorado con las insignias de los compañeros del Gran Condé.


Dicha colección contiene unos 13000 volúmenes, más de 1500 manuscritos, unos 11000 textos literarios y unos 200 manuscritos medievales.


La colección de libros es de un valor incalculable, ya antes de la Revolución estos libros eran buscados por los coleccionistas por su valor y rareza, algunos de ellos libros fueron impresos antes del año 1500..



Vayamos ahora a la capilla:


La capilla data de 1882. Fue construida por Honoré Daumet por orden del Duque de Aumale, aproximadamente donde estaba la anterior capilla antes de la Revolución.


Para su constucción se inspiró en la de Écouen, de donde se trasladan sus vitrales, así como el altar y una parte de los revestimientos de madera.


Ésta alberga numerosas reliquias y destacan, entre otros elementos, las vidrieras y los paneles de marquetería.




LOS JARDINES.

 Ahora nos vamos al exterior. Aqui el tiempo se detiene, podemos deleitarnos recorriendo estos hermosos jardines sin prisas, hemos regresado a la corte de Versalles en todo su esplendor...

Los jardines del palacio son impresionantes, con una superficie de 115 hectáreas. 

Se trata de un inmenso jardín dividido en secciones que incluye un Gran Canal, cascadas... Ofrece un grandioso panorama sobre el arte del jardín occidental.

El Jardín Francés fue diseñado por Le Nôtre en el siglo XVII con el rasgo característico de que el eje del jardín no pasa por el palacio, sino por una estatua de Anne de Montmorency. 


 En el medio se encuentra el Gran Canal de Chantilly, de algo más de 3 kilómetros, superior al de Versalles. 

El agua canalizada es del río Nonette, un afluente del Oise.


La Aldea o Hameau que inspiró a Maria-Antonieta para la construcción del Petit Trianón de Versalles, se construyó en 1774 por orden del príncipe Luis José de Borbón-Condé.

Se compone cinco casas rústicas, simples en su exterior pero con mucho lujo en su interior. 

El encargado del proyecto fue Jean-François Leroy.


El Jardín Chino del siglo XVIII de inspiración inglesa y china, surcado por espléndidos canales.


La Isla del Amor era el lugar donde los príncipes de Condé recibían a los invitados en verano, está rodeada de fuentes y termina en una glorieta enrejada con una estatua de Eros.



El Templo de Venus, se ubica en un estanque con cisnes y en el centro se encuentra una copia de la estatua de Venus, diosa de la Belleza y el Amor.


 La Maison de Sylvie, del siglo XVII, la mandó a construir Enrique II de Montmorency y era el pabellón privado de la Duquesa de Montmorency.


En esta casa, al igual que hacía Maria Antonieta en el Petit Trianón, ella se evadía del palacio y de la vida social.

La Casa lleva el nombre de Sylvie, que era el nombre con el que apodó el poeta Theóphile de Viau a su esposa María Felicia Orsini.

 La Pista de Tenis, Jeu de Paume, la construyó en 1756 Claude Billard para Luis José de Borbón-Condé. Está construida en piedra y con los techos de pizarra.

El Duque de Aumale la transformó en sala de museo.

Julio Enrique de Borbón Condé, hijo del Gran Condé, la recontruyó a finales del siglo XIX.


 El Palacio de Enghien se levantó en 1769 con el diseño de Jean-François Leroy, con la finalidad de dar cabida a los muchos invitados.

Actualmente se encuentran en él las oficinas del Instituto de Francia.



El Jardín Inglés del siglo XIX, se ubica entre el palacio y las Grandes Caballerizas, salpicado de fuentes, con el Templo de Venus y la Isla del Amor en el centro del jardín.
  
Fue diseñado por Victor Dubois en 1819, durante la Restauración para el príncipe Luis José de Condé.

 Estos jardines ofrecen un testimonio único de la relación entre el hombre y la naturaleza en Occidente durante más de tres siglos.

Henri de Orleans: La historia del duque Aumale
Él era un hombre que lo tenía todo para ser rey. Su personalidad orientada a objetivos, su talento para el conocimiento y sus logros militares le pudieron haber llevado al trono de Francia en cualquier momento; sin embargo, se vio obligado a exiliarse desde muy temprana edad y sólo pudo poner su grandilocuencia en otras empresas.
Nacido en el Palacio Real de París, Enrique Eugenio Luis Felipe de Orleans - también conocido como el duque de Aumale - fue criado por sus padres con sencillez y se educó en el colegio de Henri IV. Fue el quinto hijo del rey Luis Felipe I de Francia, y con apenas ocho años heredó el Dominio de Chantilly del último príncipe de Condé y una fortuna de 66 millones de libras, aproximadamente 500 millones de dólares en la actualidad.
Cuando tenía 15 años, el duque de Aumale se enlistó en el ejército francés y obtuvo el rango de capitán de infantería, donde se distinguió durante la invasión francesa de Argelia y con el tiempo llegó a ser nombrado gobernador general de Argelia, una posición que ocupó desde septiembre de 1847 hasta febrero de 1848.
- See more at: http://www.eurochannel.com/es/Henri-de-Orleans-La-historia-del-duque-Aumale.html#sthash.CT3vyPkX.dpufEn 1830, Henri de Orleans, duque de Aumale (1822-1897), hijo del rey Louis-Philippe hereda la finca Chantilly de su tío abuelo, el Príncipe de Conde. Reconstruyó la Gran Castillo, arrasado después de la revolución, para instalar sus ricas colecciones de pinturas, dibujos, objetos de arte, libros ... Sin heredero directo, legó en 1884 la finca Chantilly al Institut de France sujetos a abrir el museo Condé al público, para preservar su presentación - típica de los museos del siglo XIX - y prohíben las obras de préstamos.
Henri de Orleans: La historia del duque Aumale
Él era un hombre que lo tenía todo para ser rey. Su personalidad orientada a objetivos, su talento para el conocimiento y sus logros militares le pudieron haber llevado al trono de Francia en cualquier momento; sin embargo, se vio obligado a exiliarse desde muy temprana edad y sólo pudo poner su grandilocuencia en otras empresas.
Nacido en el Palacio Real de París, Enrique Eugenio Luis Felipe de Orleans - también conocido como el duque de Aumale - fue criado por sus padres con sencillez y se educó en el colegio de Henri IV. Fue el quinto hijo del rey Luis Felipe I de Francia, y con apenas ocho años heredó el Dominio de Chantilly del último príncipe de Condé y una fortuna de 66 millones de libras, aproximadamente 500 millones de dólares en la actualidad.
Cuando tenía 15 años, el duque de Aumale se enlistó en el ejército francés y obtuvo el rango de capitán de infantería, donde se distinguió durante la invasión francesa de Argelia y con el tiempo llegó a ser nombrado gobernador general de Argelia, una posición que ocupó desde septiembre de 1847 hasta febrero de 1848.
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LOS ESTABLOS:

Conozcamos ahora Las Grandes Caballerizas, para ello daremos un pequeño paseo ya que no son adyacentes al castillo sino que se hallan un poco retirados.

Las Grandes Caballerizas o Grandes Ecuries, constituyen una auténtica obra de arte de la arquitectura del siglo XVIII.


Fueron construidas por Jean Aubert entre los años 1719 y 1740 por orden de Luis Enrique de Borbón-Condé, séptimo príncipe de Condé. 

Las caballerizas de Chantilly eran tan majestuosas que, bajo su cúpula, el "Grand Condé" había celebrado cenas de gala, a las que había invitado al Zar de Rusia y a Federico II de Prusia.


Milagrosamente no se vieron afectadas por la Revolución.
 
Podían albergar hasta 240 caballos y a los 500 perros repartidos en varias jaurías, para la caza que se practicaba a diario por los extensos bosques de Chantilly.

 En 1982 se instaló en ellas el Museo Vivo del Caballo, que muestra la relación entre el hombre y el caballo desde las primeras civilizaciones. Presenta más de 200 objetos y obras de arte en relación con el caballo y su historia.

 Las Grandes Caballerizas contribuyen a la reputación internacional de Chantilly, acogen hoy en día a 30 caballos y 8 amazonas, que ofrecen durante todo el año espectáculos de caballos de doma de alta escuela de arte, animaciones de adiestramiento y espectáculos ecuestres.


No teniendo ninguna subvención del estado, "Le Institut", para sufragar los brutales costes de su mantenimiento y conservación, además de disfrutar de ayudas privadas filantrópicas, como la Fundación Agha Khan y otros donantes, alquila algunas zonas al cercano hipódromo de Chantilly y presta, mediante pago pero no excesivo dado el marco suntuoso, sus dependencias y comedor para banquetes y recepciones privadas.


 A menudo, el fabricante de aviones Marcel Dassault, invita a Chantilly a posibles clientes, jeques árabes y demás.

Horarios

Palacio y Museo Condé:
Del 02.11 al 05.01 y del  01.02 al 28.03 de 10.30 a 17.00 de miércoles a lunes.
De abril a octubre de 10.00 a 18.00 todos los días.


Parque: 

Febrero y marzo de 10.30 a 18.00 de miércoles a lunes.
De abril a octubre de 10.00 a 20.00 todos los días.


Grandes Caballerizas y Museo del Caballo: 

 Febrero y marzo de 10.00 a 17.00 de miércoles a lunes.
 De abril a octubre de 10.00 a 18.00 todos los días.

Cierra del 6.01 al 31.01 y los martes del 1.10 al 31.03. 
 Precios de entrada

Parque + Palacio y Museo Condé + Grandes Caballerizas y Museo Vivo del Caballo:

20€ adultos; 10€ niños; 50€ familiar (2 adultos + 2 niños).

Por 10€ de suplemento se incluye en espectáculo de caballos.

Parque: 7€ adultos; 3,50€ niños.


Palacio y Museo Condé + Parque: 14€ adultos; 7€ niños.

Grandes Caballerizas y Museo Vivo del Caballo: 11€ adultos; 5,50€ niños.

Espectáculo caballos: 21€ adultos; 14€ niños.

Niños  -4 años gratuitos.


 Vayamos ahora con la historia de la creación de la famosa crema Chantilly:

Francois Vatel nació en Suiza en 1631 y aprendió el oficio de los fogones de su padrino.

Se convirtió en el mas grande de los cocineros de la época y uno de los creadores de la "haute cuisine française".

Con su genial forma de trabajar François Vatel fundó los cimientos de todo un protocolo de cocina y comedor que iniciaría la fama de la cocina francesa en el mundo entero.

 A él se le adjudica la invención de la crema chantilly, entre otras proezas culinarias.


 Se cree que fue durante el evento conocido como la fiesta de los tres días cuando, por un error en el postre de los invitados, Vatel inventó la famosa crema Chantilly la cual obtuvo mejorando una antigua receta de crema batida.


 El gran Vatel, como empezaba a ser conocido, elegía las recetas, supervisaba la elaboración de los platos, organizaba las compras, dirigía al personal de cocina y de servicio.

No conforme con esto, disponía la decoración de las mesas y diseñaba los espectáculos que divertirían a los comensales, su ingenio e imaginación le hicieron famoso entre la aristocracia francesa.


La cumbre de su carrera profesional la alcanzaría durante la llamada fiesta de los “Tres Días”.

Estaba a las ordenes del príncipe de Condé, el "Grand Condé" que se había enfrentado al cardenal Mazarin en la Guerra de la Fronda y fue exiliado por el rey Luis XIV.

Cuando fue perdonado, invitó al monarca a su castillo en el año 1671, organizó una fiesta en el palacio de Chantilly que duraría tres días y tres noches consecutivas.


Dicha fiesta se realizaba en honor de Luis XIV, el Rey Sol, junto con una selecta comitiva de dos mil invitados, toda la Corte de Versalles; con el único fin de deslumbrar a Luis XIV para conseguir que éste se reconciliara con el príncipe Condé y le añadiera a su ejército personal para la guerra contra Holanda.

 En esos tiempos la corte de Versalles era un lugar volátil, superficial y el grado de refinamiento llegaba a ser exagerado.

Vatel, que fue avisado de la celebración de esta fiesta con solo quince días de tiempo, se encargaría de todo el agasajo culinario.

Inició su trabajo diseñando los menús y puestas en escena que debían lograr asombrar a toda la corte de Versalles, lo cual fue una presión que terminaría en un acto trágico.

 Cuando llego el momento de la fiesta, todo marchaba a la perfección, todos se apresuraban en servir a los invitados, espectáculos de diversos, mantenían entretenidos a la aristocracia allí reunida.

 Durante el último día de la fiesta, era un viernes de vigilia, faltando poco para la gran cena, no habian llegado los rodaballos ("turbot") que formaban parte de uno de los entrantes del banquete.

El menú iba a tener pescado como plato principal, pero resultaría que el proveedor de pescado no llego a tiempo para abastecer las cocinas.


Cuenta la leyenda que, por motivos que aún se especulan, quizás por la presión recibida, quizás porque no había llenado unas expectativas que estaban desmesuradamente fuera de control.

Vatel que ha pasado a la historia como modelo de pundonor enfermizo, ante este percance y con los nervios a punto de estallar, no pudo con este contratiempo, terminó suicidándose con su espada en sus aposentos.


Unos minutos después de su muerte, fue anunciada la llegada del proveedor con el pescado para el banquete.

Así empezaron a llegar grandes carretas que, protegidas con hielo, en los bosques de Chantilly se han encontrado 9 pozos de hielo que podían conservar varias toneladas de nieve prensada.

Los pescados venían de las costas de la Bretaña con la "marée" o cosecha de pescado y marisco fresco.


Fue un final trágico para este gran personaje pero su legado en la cocina francesa nunca sera olvidado, pasando a formar parte fundamental de la historia de la gastronomía mundial y dejando múltiples recetas para la historia.

Estos hechos han sido objeto de un film interpretado por el actor francés Gérard Depardieu y que está magníficamente descrito en un libro "La mort de Vatel" en las cartas de Madame de Sévigné a su hija, que estuvo invitada en la cena.


Y ahora para deleitar el paladar, nada mejor que degustar la receta de Vatel.

Para preparar la crema Chantilly tenemos que tener en cuenta dos cosas muy importantes: la temperatura y el batido. 


La crema de leche debe estar bien fría en el momento de comenzar a batir, luego debemos batir hasta que vemos que queda firme. 

No nos podemos pasar de batido, ya que si lo hacemos se cortaría la crema y nos quedaría mantequilla dulce. 


Ingredientes:

500ml. de crema de leche o crema doble
4 cucharadas de azúcar glasé o azúcar impalpable (si no tenemos podemos usar azúcar común)
1 cucharadita de vainilla o esencia.



Preparación:

Con la crema bien fría la vertemos en un bol y batimos rodeando el bol con cubitos de hielo.

Vamos a notar que de apoco empieza a tomar forma, cuando vemos que está casi en el punto de firmeza que necesitamos, agregamos el azúcar y la vainilla y terminamos de batir. 


Se debe batir lo suficiente hasta notar que la crema se puede esparcir bien y tiene consistencia.

Para su conservación debe estar siempre a temperaturas bajas dentro del frigorífico, pero sin llegar a congelar, así puede durar varios días.


 Nota: 

Para realizar azucar impalpable en casa se debe colocar azucar en la licuadora o molinillo de café, en unos instantes estara listo.

Chantilly tiene, como habeis visto, mucho que ofrecer y ha sido escenario de varias palículas, entre ellas destacaremos la famosa de James Bond, Panorama para matar.

Espero que hayais disfrutado tanto como nosotros con la visita.


Continuaremos nuestro viaje, pero eso lo dejaremos para el próximo post.

Próxima parada :  Rohan y Haut - Barr.


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